RETORNANDO A LAS SAGRADAS ESCRITURAS -III-

 COMO IDENTIFICANDO LOS ERRORES MÁS COMUNES, IMPARTIENDO PRECISIONES BÍBLICAS

Marcos Andrés Nehoda,  pastor. Iglesia Cristiana Evangélica, Buenos Aires, Argentina

  • 6. Maldiciones Generacionales
  • 7. Mujeres y Varones en la Iglesia

6. MALDICIONES GENERACIONALES.

Hoy se habla mucho de Sanidad Interior, Maldiciones Hereditarias o Generacionales y de Liberación o Exorcismo. El pensamiento concluyente es que aquellos que han experimentado el Nuevo Nacimiento por haberse convertido a Cristo, aunque hayan sido perdonados por Dios y limpiados por la Sangre preciosa que derramó Jesucristo en la Cruz del Calvario, aún necesitan ser sanados interiormente, todavía necesitan que en sus vidas sean cortadas o quitadas las maldiciones que cargan en su familia desde tiempos inmemoriales; y que, aunque Jesucristo y el Espíritu Santo y el Padre están en sus vidas, aún tienen que ser echados fuera unos cuantos demonios.

Esta enseñanza pone en segundo término o en segundo lugar a la Obra Perfecta y Consumada de Jesucristo en la Cruz del Calvario, desacredita el poder de la Sangre del Señor Jesucristo derramada a favor de la humanidad y quita protagonismo y realidad al hecho de la presencia del Señor por Su Santo Espíritu en los corazones. Un cristiano, un hijo de Dios, uno que ha sido salvado del pecado y de la condenación, en el cual habita el Espíritu Santo y que ha experimentado el Nuevo Nacimiento, ¿necesita que le quiten por exorcismo supuestos demonios que aún habitan en su interior? ¿Será que la Obra Completa, Perfecta y Consumada de Cristo en la Cruz aún necesita ser completada, cortando las maldiciones familiares sufridas de generación en generación? ¿Será cierto lo que dice La Palabra de Dios “De modo que, si alguno está en Cristo, es una nueva persona, las cosas viejas pasaron; he aquí, todas son hechas nuevas” (2º Corintios 5.17) o necesitamos que alguien venga a hurgar en el basural de nuestra vida pasada, haciéndonos recordar los viejos pecados ya perdonados y olvidados por Dios, para pretender sanarnos interiormente lo que Dios ya sanó? ¿No será que estamos predicando mal el Evangelio? ¿Estaremos acaso predicando un evangelio diluido, liviano, centrado en las emociones y en los beneficios a recibir, en la prosperidad y sanidades físicas; en vez de anunciar “… acerca del Arrepentimiento para con Dios, y de la Fe en nuestro Señor Jesucristo”? (Hechos 20.21).

Con respecto al quiebre de maldiciones, sanidad interior y liberación, nosotros predicamos El Evangelio del Reino de Dios; Jesucristo reinando en las vidas. Decir ‘Evangelio’ solamente es decir ‘Buenas  Noticias’. Pero, ¿buenas noticias referidas a qué? El Evangelio del Reino de Dios. ¡Ahora sí tenemos la buena noticia completa! Las Buenas Noticias de que Dios quiere Reinar en las vidas. Éste es el Evangelio bíblico que nosotros predicamos. El evangelista pregunta: «¿Quién quiere ir al Cielo? Levante su mano». Y muchos la levantan. «¿Quién quiere ser feliz?» Y todos responden que sí. «¿Quiénes quieren que Dios reine en sus vidas?» ¡Pocos quieren esto! «Muchos son llamados, mas pocos escogidos» (Mateo 20.16). «No temáis manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el Reino». (Lucas 12.32). Cuando el Señor entra en el corazón hace perfectos para siempre a los santificados y nunca más se acuerda de nuestros pecados y transgresiones, porque los sepulta en lo profundo del mar; de modo que, el que está en Cristo, es una nueva persona; las cosas viejas pasaron y todas son hechas nuevas. (Hebreos 10.14 ‐ Hebreos 8.12 ‐ Hebreos 10.17 ‐ Jeremías 33.8 ‐ Miqueas 7.19 ‐ 2º Corintios 5.17).

Jesucristo no está llamando a la puerta de los corazones rogando entrar; Él reclama lo que es suyo, por haberlo pagado con Su Sangre Preciosa derramada en la Cruz. Cuando las personas abren la puerta con el picaporte que solamente está en su interior Jesucristo entra con valijas y todo; porque no viene como visita por un tiempo, viene como nuevo Dueño para quedarse allí, en forma definitiva. Las hace perfectas para siempre, les da vida eterna, no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de Su Mano, ni ninguna otra cosa creada las podrá separar del Amor de Dios; ahora son hijos de Dios, participantes de Su naturaleza divina. (Hebreos 10.14, Juan 10.28, Romanos 8.39, 1º Juan 3.2, 2º Pedro 1.4). Un texto bíblico clave está en Gálatas 3.13‐14: “Cristo nos redimió de la Maldición de la Ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: maldito todo el que es colgado en un madero), para que en Cristo Jesús la Bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la Promesa del Espíritu”.

7. MUJERES Y VARONES EN LA IGLESIA.

Dios creó al varón y a la mujer no solamente por la necesaria reproducción de la especie; porque el Creador podría habernos creado con la capacidad de reproducirnos en forma individual, sin la participación del cónyuge. Evidentemente, hay un Plan divino, sabio, al haber creado solamente dos sexos: mujer y varón. Nos necesitamos el uno al otro, no solamente para la reproducción, sino a fin de cumplir cabalmente el Plan de Dios para la Humanidad: “Pero en el Señor, ni el varón es sin la mujer, ni la mujer sin el varón”. (1º Corintios 11.11). Si Dios creó sólo dos sexos bien diferenciados, la lógica nos indica que cada uno de los dos sexos cumple una función propia de su género, masculino o femenino. Por ejemplo, un varón no puede amamantar ni puede dar a luz; es función o tarea propia de la mujer. Los problemas surgen cuando se pierde la diferenciación sexual o cuando no se asumen las responsabilidades propias que corresponden al varón o a la mujer.

Otra de las causas que originan problemas es cuando un sexo asume el rol que corresponde al otro sexo, o cuando pretende realizar lo que no es propio de su naturaleza. Muchas veces esto ocurre porque el varón o la mujer no están conformes o contentos con el sexo que les ha tocado representar o porque, si bien están conformes con el sexo que tienen, no están satisfechos con la responsabilidad o tarea que les corresponde asumir. Así, vemos a ‘pastoras’ en las congregaciones [no me refiero a la misma expresión que ahora se utiliza para denominar a la esposa del pastor], cuando Dios ha dispuesto que sea el varón quien asuma la tarea de pastorear una congregación. Algunos creen inocentemente que el varón está en la iglesia para predicar; y si no lo hace, no se siente ‘realizado’. Hay mujeres que creen que su función en la iglesia es cuidar de sus hijos en los cultos, y nada más. ¡Ojalá hubieran más varones estudiantes de Las Escrituras y más mujeres dispuestas a cuidar de los niños en los cultos, para que estos guarden silencio! Pero Dios ha ordenado todas las cosas en Su Sabiduría. Sólo resta acudir a las páginas de La Biblia, para conocer Su Voluntad al respecto. No es posible desarrollar un ministerio eficaz en la Iglesia, si primero no se desarrolla un ministerio eficaz en casa, en el hogar.

Todo comienza con un examinarse a sí mismo, si estamos verdaderamente en la Fe: “Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados?” (2º Corintios 13.5). Pasajes bíblicos que tratan sobre el rol de las mujeres y sobre el rol de los varones: Mateo 19.4, Marcos 10.6, Romanos 7.2‐3, 1º, Corintios 7.39, 1º Corintios 11.3, 1º Corintios 11.11‐12, Gálatas 3.27‐28, Hechos 18.2‐3, Hechos 18.24‐26, 1º Corintios 7.10‐13, 1º Corintios 11.5, 1º Corintios 11.34‐35 [Del griego 1135‐guné; gunaikes=esposas,  gunaiki=esposa; cuando dice vuestras mujeres, claramente expresa que se refiere a sus esposas, mujeres casadas. De allí que en el v. 35 dice que pregunten en casa a sus maridos]. 1º Timoteo 2.12 utiliza la misma expresión guné y se refiere a que la esposa debe observar el mismo orden en la iglesia que en su propio hogar, en donde el varón es cabeza en el hogar. En otras palabras, es incorrecto que ella sea la pastora o la enseñadora y su esposo sea un miembro más en la congregación, sin ocupar responsabilidad alguna, como lamentablemente vemos en algunas congregaciones. Cada uno y cada una deben ocupar su rol.

 

CONTINUARA

 

Acerca de unidoscontralaapostasia

Este es un espacio para compartir temas relacionados con la apostasia en la cual la Iglesia del Señor esta cayendo estrepitosamente y queremos que los interesados en unirse a este esfuerzo lo manifiesten y asi poder intercambiar por medio de esa pagina temas relación con las tendencias apostatas existentes en nuestro mundo cristiano.
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2 respuestas a RETORNANDO A LAS SAGRADAS ESCRITURAS -III-

  1. Panama dijo:

    y retenéis las instrucciones tal como os las entregué. 11:3 Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo. 11:4 Todo varón que ora o profetiza con la cabeza cubierta, afrenta su cabeza. 11:5 Pero toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta, afrenta su cabeza; porque lo mismo es que si se hubiese rapado. 11:6 Porque si la mujer no se cubre, que se corte también el cabello; y si le es vergonzoso a la mujer cortarse el cabello o raparse, que se cubra. 11:7 Porque el varón no debe cubrirse la cabeza, pues él es imagen y gloria de Dios; pero la mujer es gloria del varón.11:8 Porque el varón no procede de la mujer, sino la mujer del varón, 11:9 y tampoco el varón fue creado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del varón. 11:10 Por lo cual la mujer debe tener señal de autoridad sobre su cabeza, por causa de los ángeles. 11:11 Pero en el Señor, ni el varón es sin la mujer, ni la mujer sin el varón; 11:12 porque así como la mujer procede del varón, también el varón nace de la mujer; pero todo procede de Dios. 11:13 Juzgad vosotros mismos: ¿Es propio que la mujer ore a Dios sin cubrirse la cabeza? 11:14 La naturaleza misma ¿no os enseña que al varón le es deshonroso dejarse crecer el cabello? 11:15 Por el contrario, a la mujer dejarse crecer el cabello le es honroso; porque en lugar de velo le es dado el cabello. 11:16 Con todo eso, si alguno quiere ser contencioso, nosotros no tenemos tal costumbre, ni las iglesias de Dios.

  2. nidia dijo:

    se le olvida hermano que la mujer es mas obediente al llamado del señor incluso es la que mas se dispone en las tareas de la congregacion como el discipulado,fueron mujeres las primeras en llegar al sepulcro de Jesus y las primeras a quien se les anuncio su resucitacion, porque los hombres como hoy estaban asustados y escondidos perdiendo sus privilegios.

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