Mario E. Fumero
Vivimos en un mundo en donde la ambición conduce al mundo a guerras, hambres, miseria y violencia, y todo surge por el amor desmedido al dinero, bajo la falsas perspectiva de que el dinero es la solución a todos los problemas.
El apóstol Pablo se refirió al dinero como la raíz de todos los males (1 Timoteo 6:10) y es cierto, el dinero puede comprarlo todo, como por ejemplo la conciencia. Los puestos políticos y aun los puestos religiosos, puede comprar la justicia y el poder político, en fin, puede comprar un sin número de cosas y es por ello que hombres se afanan por tener, ignorando que, aunque es cierto que el poder económico tiene un determinado poder en la realidad social, no sirve para lo más importante, porque hay tres cosas que el dinero no puede comprar y esto vamos a analizar.
Lo primero que no podemos comprar con dinero es la felicidad. Hemos visto gentes millonarias, que tienen y lo poseen todo, pero son infelices, y viven sumergido en depresión y angustia, porque descubrieron que todo lo que se compra, aun las amistades son falsas, y nada les da satisfacción, ya que, cuando no hay ilusión de luchar por algo, la vida pierde sentido. Sin embargo, hay gente humilde que viven en los campos, que no tienen nada, pero son felices porque la felicidad no depende de lo que tenemos, sino de lo que somos, esperamos, esperamos y creemos.
Lo segundo que el dinero no puede comprar es la vida. Cuándo una persona estás agonizando en un hospital, con una enfermedad terminar como le ocurrió a Steve Jobs, fundador de Apple y multi millonario, el cual pese a toda su fortuna no pudo comprar ni un año más de vida frente a una mortal enfermedad, falleciendo a los 56 años de edad, se descubre que en vano nos afanamos y acumulamos riquezas, sin considerar que la vida no tiene precio, y por lo tanto, debemos disfrutarla desposeído de la ambición. Podrás tener todos las riquezas del mundo pero tristemente no te servirán para comprar unos años más de vida, porque la vida no se vende y la muerte es el final inexorable de la existencia. Es por ello que Jesús dijo “Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate, pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será? (Lucas 2:19-20) porque la vida no se puede comprar, sólo se puede perder.
La tercer que no se puede comprar con el dinero es la eternidad. Cuando morimos nos espera un juico y un castigo o recompensa que no se pudo comprar con las obras que hicimos, por más dadivosos que fuéramos, sino por la vida que vivimos en cuanto a la integridad que tuvimos. Si somos cristianos seremos juzgados por nuestros hechos y nos espera un cielo o un infierno si eres evangélico, pero si fuéramos católicos te espera un cielo, un infierno o un purgatorio. Si fueras musulmanes te espera un Harén con hermosa mujeres o un castigo terrible.
Esa eternidad que no puedes comprar en la tierra, sólo la puedes ganar con tu vida y tu ejemplo, así que por más rico que seas y por más tesoros que acumules, el dinero podrá comprarlo todo, pero no puede comprar a Dios ni la felicidad, ni la vida, la eternidad, así que piensa bien que vas hacer con lo que has acumulo en la tierra, por qué tarde o temprano tendrás que irte tal como viniste al mundo cuándo naciste porque nada trajiste y nada se podrá llevar, así que “no hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan” Mateo 6:19.