Mario E. Fumero

La fe cristiana se fundamenta en los principios del judaísmo, pues además de ser Jesús, judío, la promesa de bendición a los gentiles vino por medio de Abraham, a través de su línea genealógica, y ha sido este pueblo el canal por el cual nos ha legado el Antiguo Testamento y Nuestro Salvador, el Señor Jesucristo.

LA INFLUENCIA HEBREA EN LA FE CRISTIANA

            Nuestras creencias morales y espirituales se desprenden del “TENACH”, nombre judío que recibe el Antiguo Testamento[1]. Ellos lo clasifican diferente a nosotros, lo cual explicaré detalladamente. Las doctrinas y creencias judías se desprenden de dos fuentes: El Tenach, el Talmud, que se presenta como dos obras distintas que se suele presentar juntas y que son el “Mishná” y “Guemará”. EL TENACH (ANTIGUO TESTAMENTO) se clasifica en tres grupos de libros[2]:                             

• La Torá=Que contiene el Pentateuco o los libros de Moisés.
•  El Nevin = Que contiene a los profetas.
• Cetuvin= Que contiene los libros Poéticos.

 Los cristianos creemos en estos libros como inspirados por Dios. A través de ellos encontramos las evidencias que demuestran que Jesús es el Mesías, y que cumplió la promesa de Génesis 3:15 y 12:2-3, y nos revelan el plan de la Salvación: “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí” Juan 5:39.

En el TENACH se encuentra la descripción de la obra de Jesús proféticamente; su nacimiento, mensaje, vida y muerte, así como su resurrección. En el Nuevo Testamento hay más de 300 referencias a citas directas del Antiguo Testamento, y más de 1600 versículos que apoyan las doctrinas del Nuevo Testamento, y se parafrasea 1,000 versos con referencias a enseñanzas del TENACH. Pondré un ejemplo, aunque este libro no busca hacer un análisis comparativo entre el Antiguo y Nuevo Testamento, porque hay muy buenos estudios al respecto.

 «TENACH»  O ANTIGUO TESTAMENTO   EL NUEVO TESTAMENTO

 El Antiguo Testamento nos lleva a la revelación del Nuevo Testamento. Pondré un ejemplo: Tengo sobre la mesa una foto a color de un pavo asado al horno con papas, la miro, y al ver la imagen, me saboreo de lo rico que podría estar ese pavo, pero tan sólo es una imagen, una sombra de la realidad, y me despierta el apetito, pero no me sacia el hambre. De pronto me ponen sobre la mesa el plato con el pavo y las papas que había en la fotografía, inmediatamente siento el olor, ¡ya no es una imagen! Ahora es una realidad. Ahí está la realidad de la imagen, y como es real, puedo disfrutar del rico pavo. Esto ilustra las dos partes que tenemos en nuestra Biblia. Una es la sombra, (el A.T.) y la otra la realidad (el N.T.). En la sombra están las profecías, pero en la realidad se ve la manifestación de Jesús y su mensaje a los discípulos cumpliendo esas profecías.

Él vino a cumplir la ley, a darnos la vida que la ley no nos podía dar. No es que la ley dejó de ser, es que ahora la ley se encarnó en amor, y ese amor se manifiesta a los hombre por medio de Jesús, para que todo aquel que en Él cree no se pierda (Juan 3:16). El Tenach nos muestra a este YESHUA (ver Isaias 53), y todo su plan de salvación. Por medio de Él tenemos la seguridad de que Jesús es quien dice ser (Hechos 10:42-43).

LAS OTRAS NORMAS JUDÍAS

Pero además del Tenach, los judíos tienen otros libros a los cuales les dan poderes de inspiración similar al Antiguo Testamento. Uno de ellos es el Talmud. ¿Qué es el Talmud? Es semejante a un comentario bíblico como el que nosotros usamos. En él se recoge las doctrinas y tradiciones judías[3]. Fue elaborado por 70 sabios rabinos, y en la edad media alcanzó tanta importancia que desplazo al A.T. a un segundo plano. En él se interpretan y dictaminan las normas y conductas del creyente judío así como las enseñanzas y las interpretaciones que sobre el Tenach han hecho los grandes maestros que han existido a lo largo de la historia del pueblo judío, principalmente durante el período de cautividad. Como existen varias escuelas, las disputas sobre ciertos pasajes aplicados a la vida diaria pueden variar, es ahí cuando aparecen los fariseos[4] y los saduceos[5], que representan dos tendencias interpretativas dominantes en la época de Jesucristo.

El peligro, y error que los judíos han cometido en este aspecto, es darle a estos libros (de comentarios y reglas) un poder inspiracional semejante al del Antiguo Testamento, por lo que los cristianos evangélicos diferimos, ya que solo las Escrituras son de inspiración divina, y no los libros de doctrina o comentarios bíblicos. No ocurre lo mismo en la iglesia Católica, que tiene la misma tendencia que los judíos, al considerar los dogmas, las tradiciones y el derecho canónico con valor inspirado, semejante al de las Sagradas Escrituras. Todos los libros religiosos, sean de cánticos, oraciones, o de estudio, como el Talmud o el Tenach, son considerados sagrados por los judíos, y no se pueden quemar o destruir cuando se envejecen o deterioran. ¿Entonces qué hacen con ellos? Pues los empacan con sumo cuidado, y los entierran bien protegidos, como si fuera un muerto. Gracias a esta costumbre muchos libros, con datos bíblicos, han sido encontrados en investigaciones arqueológicas. Otro detalle curioso es que para los judíos está prohibido escribir el nombre de Dios en sus libros. En cierta ocasión un periódico hebreo escribió el nombre de Dios, y como tal escritura es sagrada, no podían destruir el periódico. ¿Qué hicieron los ortodoxos frente a este problema? Fueron a comprar todos los periódicos con el nombre de Dios, y los sepultaron, pues no está permitido destruir o quemar cualquier objeto que tenga el nombre de Dios, y mucho menos pronunciarlo. ¡Sería una terrible blasfemia!

  Pero además del Talmud, existen otros libros con valor inspirado como por ejemplo el «Mizna», que recoge tradiciones y prácticas históricas del pueblo hebreo en los períodos de oscuridad o exilio[6]. Algunos grupos judíos añadieron otros libros que no son aceptados por la mayoría de los ortodoxos, como es el de la Cábala.[7]

LA LITERALIZACIÓN DE ALGUNAS ORDENANZAS

   Al igual que ocurre en la enseñanza evangélica, entre los judíos habían grupos muy ortodoxos que literalizaban el sentido bíblico. Unas veces lo espiritualizaban, otras lo “carnalizaban”, <por no decir naturalizaban>. Por ejemplo, cuando leemos las enseñanzas respecto a la oración y la lectura de los Salmos, se habla de hacerlo con gozo y con todo el corazón, (Deuteronomio 10:12, 2 Crónicas 30:21) ¿Cómo interpretan los maestros judíos esta enseñanza? Pues que cuando se ora, o se adora a Dios, es deber moverse, balancearse de atrás para delante, de acuerdo a los latidos del corazón, y tener la cabeza tapada. Es por ello que los judíos cuando están adorando a Dios en la sinagoga, o en el muro de las lamentaciones, se balancean como péndulos, a la velocidad que consideren late el corazón, porque a Dios hay que adorarle con todo el corazón y gozo. Esta acción es una literalización, que puede ser buena como costumbre, pero no indica una verdadera adoración, porque una cosa es hacerlo, y otra cosa es sentirlo.

¿De dónde se desprende esta actitud de balanceo al momento de orar? De las enseñanzas dadas por los rabinos en el pasado, ya que originalmente, y según nos muestra el A.T. los creyentes judíos adoraban a Dios de rodillas o tirados en el suelo, con el rostro tocando la tierra (Josué 5:14, Ruth 2:10, Ezequiel 9:8, Daniel 10:9) ¿Por qué los judíos dejaron de hacerlo? Hay varias teorías al respecto, pero las de más peso es que no querían imitar ni a los cristianos, ni a los islámicos, que comenzaron a adoptar esta postura en sus oraciones. Ellos dejaron de practicarlos, considerando que sería una ofensa a Dios hacer lo que hacen los gentiles.

En la iglesia evangélica se ha espiritualizado muchas partes del A.T. Hay una corriente que trata de manipular la historia para darle un sentido que no es correcto en su aplicación práctica. Para ello pondré un ejemplo: Hablaremos de la caída de los muros de Jericó. Algunos cristianos enseñan que para derrumbar fortalezas (hablando de Guerra Espiritual) hay que darle siete vueltas a los muros (o templo, qué puede ser el local de culto, o un lugar indeterminado de la ciudad etc.) y después dar un grito de júbilo o de guerra, para ganar la batalla contra Satanás. De esta forma espiritualizan un hecho que fue real. El texto bíblico en Josué 6:1-16 nos presenta un acontecimiento literal: Las murallas eran reales, y los enemigos también. Dar siete vueltas y tocar bocinas por seis días, para en el último día gritar y hacer ruido con fuerza, era una estrategia militar que espantó a los enemigos, creyendo estos que eran muchos por lo que tuvieron miedo y buscaron escapar. Dios se encargo de derribar los muros, los cuales eran reales. En la Guerra del Yom Kippur[8] que comenzó el 6 de octubre de 1973, en la cual Egipto y Siria, trataban de recuperar los espacios que había conquistado Israel en la guerra de los Seis Días (1967), se relata una historia similar. Un soldado israelí se encontraba cerca de las colinas de los altos del Golán, conduciendo un tanque. De pronto divisó las tropas Sirias que con cientos de tanques que se acercaban para invadir el territorio judío y tomarse la zona del lago de Galilea. El pobre soldado solo tenía un tanque, y los refuerzos no habían llegado. Rápidamente elaboró una estrategia que se llamo “Jericó”… se movió de un sitio para otro, detrás de unas montañas, disparando a lo loco, iba a la izquierda y disparaba, después a la derecha y hacia lo mismo. Se trepo un poco en un cerro, y sin dejarse ver apenas, volvía a disparar. Los Sirios, creyendo que habían muchos tanques, decidieron retroceder y no avanzar hasta la noche, lo que le permitió al ejercito Israelí movilizar su aviación para detener la invasión a las 6 de la tarde, al terminar la fiesta de Yon Kippur, la aviación Israelí despego hacia la zona en conflicto. En esa maniobra el ejército israelita destruyó 800 tanques sirios, y conquistó los altos del Golán, entrando hasta el territorio Sirio. Fue la intervención de la ONU la que detuvo el avance israelí mas adentro hacia la capital Siria que era Damasco, pese a que este país contaba con el apoyo de Jordania e Irak.

FUNDAMENTOS VERSUS TRADICIONES

Recibimos de los judíos el Tenach (A.T.), y estamos agradecidos. Consideramos su origen profético, y admiramos su espíritu de sacrificio, pues son porta-dores de una bendición para nosotros, por la cual han tenido que pagar un alto precio histórico. Pero no podemos aceptarlo todo, incluyendo sus tradiciones y costumbres. Es de gran estima su entrega en la conservación de nuestra herencia bíblica. Creemos que sus raíces monoteístas nos han inspirado en nuestra fe cristiana, y debemos reconocer en ellos el celo por las enseñanzas trasmitida proféticamente. Pero ¿volver al error de los Gálatas?, No es el camino correcto. Nosotros ponemos nuestra fe en lo que es fundamental, sólido y escrito. No creemos, ni apoyamos nuevas revelaciones, ni tradiciones de hombres, por muy hermosas que sean. No aceptamos dogmas proclamados por los nuevos maestros en la Palabra llámense “profetas” o “apóstoles”. Nuestro fundamento está claro, como dijo San Pablo en Gálatas 1:8: “Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciáremos otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema”.

No quiero terminar este capítulo sin hacer alusión al hecho de fidelidad a su patrimonio que tienen los judíos, que pese a la diáspora de casi dos mil años, las terribles persecuciones de que fueron víctima, y su mezcla con otras naciones, no perdieron su idioma, costumbres, principios y valores, resurgiendo de la nada como una de las naciones más poderosas y sólidas del medio oriente. Este pueblo ha logrado en sus casi 60 años de existencia un progreso que no ha sido alcanzado por los países latinoamericanos en sus 200 años de independencia. Han logrado hacer florecer los desiertos como dice la profecía: “En las alturas abriré ríos, y fuentes en medio de los valles; abriré en el desierto estanques de aguas, y manantiales de aguas en la tierra seca.Daré en el desierto cedros, acacias, arrayanes y olivos; pondré en la soledad cipreses, pinos y bojes juntamente,para que vean y conozcan, y adviertan y entiendan todos, que la mano de Jehová hace esto, y que el Santo de Israel lo creó” Isaías 41:18-20, y solidificar una de las democracias más estables del Medio Oriente pese a que viven rodeados y amenazados por sus enemigos que les rodean, los cuales tienen como meta arrojarlos al mar, pues les consideran usurpadores de un territorio que afirman le pertenece a los palestinos.