La pérdida de una perspectiva bíblica y teológica respecto al quehacer del líder cristiano en el marco político, más la ambición de algunos pastores, que no conforme con mercantilizar el evangelio, buscan el poder y el protagonismo social mediante el involucramiento en política, está conduciendo a la iglesia evangélica a la politización.
Tristemente olvidamos la historia, la cual se repite, y caemos en la ilusión de que involucrando a la iglesia en asuntos políticos podemos detener la avalancha de inmoralidad que actualmente existe en los países latinoamericanos. Hemos olvidado el hecho de que con la entrada en política de líderes cristianos como Rios Mont y Jorge Serrano[1] en Guatemala, y la afrenta que sufrió el evangelio en Perú cuando fue electo Fuyimori, en donde los evangélicos quedaron mal parado ante la opinión pública. También ignoramos el daño que en la Edad Media ejecutó el dominio religioso del Catolicismo Romano en los gobiernos europeos, por lo que la persecución, inquisición e injusticia se prolifero. Durante la Reforma del siglo XVI aquellos reformadores que pretendieron mezclar política y religión acabaron en el más terrible fracaso, por eso, escarmentados de la experiencia, los grupos anabaptistas enseñaron la doctrina de la separación entra la iglesia y el estado. Fue la revolución francesa la que rompió el vínculo iglesia-estado, para que el estados proclamara la libertad de culto, rompiendo la hegemonía del Catolicismo Romano, y por otro lado, la iglesia se librará de la corrupción política que tantas manchas había causado a la proclamación del evangelio a lo largo de la Edad Media.
Hoy, la iglesia evangélica, ignorando los errores históricos cometido por la Iglesia Romano en el pasado, está incursionando por medio de pastores ambiciosos en política, de forma tal, que se corre el riesgo de contaminarse con la corrupción imperante dentro de este mundo plagado de demagogias, mentiras, engaños y poderes económicos corruptos. Creo que los pastores que ejercen una función ministerial no deben alinearse bajo un partido político, aunque tengan aspiraciones de grandeza, pues en tal caso deben abdicar su puesto pastoral y actuar como laicos. ¿Puede una gota de agua dulce cambiar lo salobre del mar? Lo que propone algunos líderes evangélicos al incursionar en el mundo politico, es el alcanzar el poder para sanear y moralizar la sociedad. En este punto hay un tremendo error teológico que enfocaremos posteriormente, pues ha dado lugar a la teología del Dominianismo.
¿SE PUEDE REGENERAL UN ESTADO CORRUPTO?
No se puede regenerar la conducta humana a través de leyes. La moral es un principio ético, no jurídico, y está vinculado a los valores espirituales que recibimos en nuestros hogares. Los males de corrupción son consecuencias del pecado. El pecado no se puede resolver asumiendo un puesto de diputado en el congreso, sino en la proclama del arrepentimiento y el conocimiento del Hijo de Dios. La Iglesia debe ser apolítica y el Estado laico. Ambos principios son garantes de la libertad de culto y de la opción de conversión. Sin un nuevo nacimiento no hay cambio de actitud. El ideario marxista era perfecto, proclamaba una sociedad sin desigualdades, clases o privilegios, pero fracaso. ¿Por qué? Porque no se puede obligar a dar, amar y producir mediante leyes impositivas. Podemos cambiar de sistemas, pero si no cambiamos el corazón y la actitud de los seres humanos, nada estamos haciendo. Una ley seca no resuelve el alcoholismo. Una comisión anticorrupción no puede eliminar la misma, aunque la presida un santo hombre de Dios.
La idea de algunos pastores de cambiar el futuro es una utopía absurda e imposible, porque cada vez la raza humana se degrada más y las profecías bíblicas anuncian que antes del fin de los tiempos, vendría la apostasía y se manifestaría la iniquidad y reinaría la violencia y corrupción (Mateo 24:37, Génesis 6:11, 2 Tesalonicenses 2:3, 1 Timoteo 4:1,). La megalomanía de pastores que sin dejar el ministerio, quieren ser políticos, afecta el testimonio de la iglesia evangélica, al decir que Dios le ha escogido para cambiar LA NACIÓN, lo que evidencia un síndrome de iluminado que pone en peligro la credibilidad del evangelio, y todo aquel que atente contra sus pretensiones de político se le cataloga enemigo de los pastores, hijo del diablo, enemigo de Dios, un Sanbalat[2] y un ignorante.
Los miembros y líderes laicos de la iglesia deben votar, aspirar a puestos políticos y cumplir todos los deberes ciudadanos, incluso respetar y orar por los gobernantes, sin importar que partido que rija los destinos de la nación. Los pastores debemos proteger a la sociedad de los antivalores, educando a nuestra gente a elegir aquellos hombres y mujeres que tengan valores morales, porque al fin y al cabo, todos los partidos buscan el bien común. Sé que los que defienden la politización de la iglesia son los de las asociaciones de pastores y la confraternidad evangélica, pero ¿cómo frenar el alineamiento religioso en las luchas políticas? ¿Deberé quedar callado y dejar que las iglesias se contaminen en acciones políticas y mundanas por medio de pastores que tienen ambiciones de poder y grandeza? Jamás callare ante aquellos que atenten contra los principios proclamados por Jesús.
Vamos a analizar las razones, en forma puntual, de el porqué la iglesia y los ministros deben ser apolítico y el Estado laico. Tome nota de lo aquí expuesto para no quedar involucrado en asuntos que nos pueden traer descrédito.
LO QUE AFIRMAN LOS PASTORES POLITICOS
La teoría que esgrimen los que desean involucrar la iglesia en política es la influenciar que los cristianos puede hace para cambiar el sistema corrupto imperante conquistando el poder. Estos han sido influenciado por la llamada “teología de la guerra espiritual” que afirman que; “atando al hombre fuerte (Satanás) podremos conquistar el territorio”. Sin embargo esta pretensión carece de respaldo bíblico, y para ello debemos ir a la historia misma de Jesús.
MARCO HISTORICO DEL MINISTERIO DE JESÚS
En los años posteriores al nacimiento de Jesús, el territorio palestino y el pueblo judío sufrió diferentes invasiones, cautiverios y luchas internas. En el 198 a.C Siria arrebato el reino judío que estaba en manos de los egipcios, y durante el reinado de Antíoco IV llamado “El Loco” (175 a.C.) los lugares sagrados fueron profanado y este personaje trato de adoctrinar a los judíos a que aceptaran sus ideas, a lo cual se opusieron, sin embargo, quedaron huella de algunos rasgos de la cultura helenista. Los Macabeos lucharon fuertemente contra el dominio extranjero y a los atropello a que fue sometida la religión judía (135 d.C), pero, desgraciadamente, las luchas internas y el afán de poder, abrieron las puertas a la ocupación romana del territorio palestino.
Para el año 37 a.D. Roma coloca en Palestina un rey títere del pueblo judío llamado Herodes el Grande, el cual con un sistema represivo y tiránico controlo esa región hasta la época en que nació Jesús. Con su muerte sus tres hijos heredan el trono, dividiéndose el territorio en tres partes. Herodes Antipas gobernaba Galilea, su hijo Felipe recibe el territorio noroeste y Arguelao el territorio central que abarcaba Jerusalén[3]. Varios movimientos rebeldes surgieron en estos periodos. Todos ellos buscaban cambios políticos y trataban de romper la sojuzgación romana. Ya habían aparecido anteriormente los “hasideanos” (que significan piadosos) los cuales resistieron la cultura griega en tiempos de los macabeos.
En los días de Jesús aparecen los “zelotes”, grupo guerrillero que luchaba contra el invasor romano y con el cual trataron de asociar a Jesús, debido a que en algunas ocasiones se expreso con términos que parecían indicar su simpatía hacia ellos[4] al denunciar ciertos abusos e injusticia. Los rebeldes zelotes estaban dispuestos a eliminar a todos los que estuviesen asociados con Roma, entre ellos los cobradores de impuestos, que en su mayoría eran judíos. Sin embargo, para neutralizar la creencia de que Jesús se alineaba con los grupos “independentista” de su época, el Señor escogió entre sus discípulos a cobradores de impuestos como Mateo, y visito algunos de los ricos que estaban al servicio de Roma como Zaqueo. Además enseño el amor a los enemigos y la esperanza de un reino que no era terrenal. Entre sus seguidores habían discípulos que anterior al llamado seguían diferentes corrientes políticas[5].
UN REVOLUCIONARIO APOLÍTICO
Jesús fue un revolucionario pacifista, sin intenciones políticas, pese a la situación caótica que se vivía en su época bajo un dominio extranjero. Se enfrento a los poderes religiosos para desmantelar su legalismo e inflexibilidad frente a la ley. No busco riqueza, más bien la condenó, porque las considero causa de las injusticias imperantes en su época (Lc 6:20-24). Fue duró con los ricos y poderosos, mientras tuvo misericordia de los pecadores y desposeídos. Condenó la explotación que hacían los fariseos a los pobres al diezmar más allá de lo legal y llegar hasta exigir el diezmo de las plantas; “el eneldo, la menta y el comino” (Mt 23:23), y estrangular a las pobres viudas con demandas económicas injustas (Mt 23:14). Por otro lado, respeto el sistema dominante, y pago sus impuesto a Roma, incluso aquellos impuestos injusto como era el del templo (Mt 17:24-27). Es curioso, pero Jesús jamás condenó la invasión y el dominio romano, pero si condenó la dureza e incredulidad de los judíos. No se asocio con ninguno de los dos partidos existente en la política de su época dentro de los judíos, como era el de los fariseos, saduceos o zelotes[6], y en algunos momentos, arremetió contra ellos por su hipocresía.
LOS DOS PARTIDOS EN LA ÉPOCA DE JESÚS
El partido de los saduceos era de la clase acomodada, rica y noble, de donde proviene la mayoría de los sacerdotes, establecidos mayormente en Jerusalén. Estaban vinculados con los intereses del imperio romano, convirtiéndose en los instrumentos de estos para la sojuzgación del territorio de Palestina. Eran escépticos en cuanto a aceptar la enseñanza oral de los fariseos, y se limitaban a los escritos de Moisés, por lo que negaban el infierno, la resurrección, la inmortalidad y la vida futura. Eran liberales y toleraban el divorcio por cualquier causa.
El partido de los fariseos era el ala conservadora y rigurosa con actitudes radical. En cuanto a la Torah eran estrictos. No les interesaba la libertad, sino el sometimiento estricto a la ley oral, estableciendo reglas de santidad rígidas. Ellos operaban en Jerusalén y en las aldeas de palestina a través de las Sinagogas, siendo apoyado por los escribas, que formaban un grupo dentro de este partido.
Jesús jamás busco protagonismo, ni trato de exhibirse pese a que tenía todo el poder dado de lo alto, y de forma constante se enfrento a estos dos grupos que habían viciado la verdad divina al asociarse con la corrompida Roma y proclamar principios que no vivían en sí mismo.
Los zelotes eran un grupo de resistencia, algo así como unos guerrilleros o terroristas que luchaban contra el dominio romano. Estos fueron la facción más violenta del judaísmo de su época, enfrentándose frecuentemente a otras facciones como los fariseos o saduceos, a quienes acusaban de tener «celo por el dinero» y aliarse con el invasor. El vocablo zelota ha pasado a ser sinónimo en varios idiomas de intransigencia o radicalismo militante. Algunos historiadores los consideran como uno de los primeros grupos terroristas de la historia que utilizaban el homicidio de civiles que a su entender colaboraban con el gobierno romano, para disuadir a otros de hacer lo mismo. Dentro del movimiento zelote, había una facción radicalizada conocida como los sicarios, los cuales se distinguían por su particular virulencia y sectarismo. Se cree que Barrabas, el cual fue puesto en libertad para sacrificar a Jesús, era líder de este grupo. De ahí se desprende la palabra sicario.
RIQUEZA Y PODER POLITICO
Uno de los factores más influyente en la política es el poder económico. Sabemos que el que dominaba lo económico y era rico, podía adquirir un puesto político o manipular el sistema. Riqueza y poder van de la mano, y esta es el arma más potente que tiene el diablo para destruir la fe y corromper a los ministros. Recordemos que en la tentación de Jesús, Satanás le ofreció estos dos ingrediente: “poder y riquezas” (Mt 4:8-9). Jesús sabía que si quería transformar las estructuras del poder político, debía combatir la riqueza como meta, pues los males de la pobreza proceden de las riquezas injustas. Pero no se puede enseñar el desprendimiento, ni la dependencia a Dios, si no estamos dispuesto a dejar a un lado nuestro sentido de tener para ser, esto es desprendernos de nuestra soberbia y egoísmo.
Pese a las aberraciones que proclaman los predicadores de la prosperidad, Jesús nació, vivió, y murió pobre. Condeno la ambición y sobre todo, el poder económico como fórmula de felicidad. No podemos negar lo que afirma Donald B. Kraybill: “Los factores económicos sí moldean poderosamente la forma en que vemos las cosas… Así pues, nuestra billetera con demasiada frecuencia mueve nuestras creencias. Esto contradice el patrón bíblico”[7]. Nadie llega a ocupar un puesto político en la actualidad si no tiene quien lo financie, y la verdad es que quien maneja la plata, maneja la política, y detrás de los gobernantes existen poderes económicos terribles y esclavizantes.
Las bases del evangelio descansan en una separación de iglesia-estado porque el mismo Jesús enseño que debemos esquivar todo aquello que envuelva ambición y deseo de tener y poder. Nadie puede negar que en el mundo político los intereses económicos dominan sobre la misma justicia. La riqueza y el dinero ofuscan el alma de aquellos que alcanzan el poder. Un pastor político corre el riesgo de contaminarse con un sistema dominado por los intereses creados, porque bien lo dice la Palabra “raíz de muchos males es el amor al dinero” (1 Tim 6:10) y debemos apartarnos de ello para evitar que nos corrompa.
JESÚS Y SU POSICIÓN HACIA LAS RIQUEZAS Y EL PODER
El Señor Jesús culpo al poder económico de los males existente y alabo al pobre (Lc 6:20) mientras rechazo al rico (Lc 6:24,Mt 19:23). Para Jesús el hecho de tener muchos bienes, posesión y riquezas conduce al ser humano a la ansiedad y además es un estorbo para lograr vivir una vida plenamente cristiana (Lc 12:22-34, Mt 6:19-21, 25-33). El sabía que el poder económico y político corrompía, y fue por ello que se mantuvo al margen de estas dos situaciones. Sus enseñanzas giraron en torno a estos principios:
– No podemos servir a dos señores, refiriéndose a Dios y las riquezas (o intereses de este mundo) Mateo 6:24.
– Nos mando a no buscar posiciones terrenales de grandeza, política o dinero, sino las cosas del reino, Lucas 12: 29-31.
– El ser importante, político o eminente no tiene valor para Dios, si no vivimos en su Palabra. Lucas 16:15.
– Las riquezas terrenas no pueden satisfacer las necesidades espirituales y no da la vida eterna. Mateo 6:20
– Cada cosa tiene su lugar, y no debemos mezclar el reino de Dios con los reinos de este mundo, por lo cual hay que dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Lucas 20:25.
– El cristiano comprometido con la predicación del evangelio no puede, ni debe hacer pactos o yugo (compromisos) con los incrédulos. 2 Corintio 6:14.
– Aquel que se alista en el ejercito de Dios no puede ni debe comprometerse con los negocios de este siglo, a fin de agradar al que lo tomó por soldado. 2 Timoteo 2:4
La lógica de nuestra posición frente a un ministro del evangelio que desea un puesto político cuando ha sido llamados a predicar el evangelio se hace evidente cuando el Señor llamó a Mateo, que era cobrador de impuesto del imperio romano: no se puede servir a Roma y al Señor, y Mateo tuvo que dejar su puesto político, para ser siervo de Jesucristo que le dijo con voz firme “sígueme”, sin dar otra opción (Mt 9:9).
UN REINO DENTRO DE OTRO REINO
Uno de los principios más importante en la proclamación del evangelio es el concepto del “REINO”. El contenido teológico de esta proclama establece claramente que Jesús vino a establecer un reino dentro de otro reino. Esta fue la clave y centro de su predicación a lo largo de todo el Nuevo Testamento (NT). Era la proclamación de una luz en medio de las tinieblas (Jn 8:1), por lo que existen desde el marco doctrinal del evangelio dos reinos:
· El reino de este mundo, cuyo príncipe y gobernador es Satanás (Jn 14:30, Efe 2:2).
· El Reino de Dios, cuyo príncipe y gobernador es Jesucristo a quien Dios ha hecho Señor <KYRIOS> y Cristo y cuyo reino es eterno y comienza cuando el orden actual deje de existir (Hch 2:36, 5:13, Fil 2:11).
LA PROCLAMA DEL REINO
Juan el Bautista inicia su ministerio preparando el camino del que habría de venir (Mt 3:2). Una vez que entre Jesús a escena, Juan proclama la llegada del reino de los cielos a la tierra (Mt 3:2)[8]. Esto representaba el establecimiento de un gobierno divino en medio de los hombres, por lo que algunos interpretaron que era un sistema humano que venía a destruir el sojuzgamiento del imperio romano sobre Palestina. Lentamente Jesús define en qué consiste este reino, por lo que rompe con la idea de proclamar un reino terrenal, razón que frustro a Judas Iscariote al final de su ministerio, traicionándolo. No solo Judas, incluso algunos de sus discípulos no entendieron la magnitud de este reino hasta después de su resurrección y el derramamiento de Pentecostés.
El reino de los cielo se introduce en el dominio del maligno para deshacer sus obras y liberar a los oprimidos del diablo, como proclamó Jesús al leer Isaías en la Sinagoga (Lc 4:18-19). ¿Cuáles son las bases de ese reino? Su proclama, la cual les revela a los discípulos de Juan que le piden que defina los principios de su reino, entonces les dice: “Id y hacer saber a Juan las cosas que oís y veis: Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio” Mateo 11:4-5. En ningún momento existe una pretensión política, ni de establecer el reino de los cielos en el reino terrenal, porque Él venía para preparar en un futuro no lejanos, un nuevo reino en el cual no cabía el maligno, y cumplir así la esperada profecía de reinar con su pueblo Israel por mil años, para establecer entonces el verdadero reino celestial en la tierra como se lo anuncio a Daniel (Dn 7:13-14) y lo cual ratifica el libro de Apocalipsis (Apo 20:4-6). Es un error tratar de influir en este reino terrenal para sanearlo desde un puesto político, en donde la iglesia trata de hacer lo que solo Jesús podrá realizar cuando tome el control del reino, y para ello deberá atar a Satanás (Apo 20:2).
LA PREDICACIÓN DEL REINO (EVANGELIO)
Jesús ordenó a sus discípulos predicar un evangelio del reino <esto es un nuevo estilo de vida diferente al de este siglo> (Mt 24:14), dejando por sentado ante el interrogatorio de Poncio Pilato que aunque era rey, y predicaba un reino, ese reino no era ni político, ni terrenal (Jn: 18:36) y que no buscaba el poder humano. Ya en la cena de despedida, Jesús le declaró a sus discípulos que no probarían más de la vid hasta que el reino de Dios venga, <lo cual es un anunciamiento escatológico al reino final después del milenio> (Lc 22:18) el cual se proclama cada vez que participamos de la Cena del Señor porque: “La muerte del Señor anunciáis hasta que el venga” (1 Cor 11:26).
Ese reino de Dios, que está en Cristo y su Palabra, no está fundamentado en un cambio de sistema, sino de corazón. No se fundamenta en palabras demagógicas, como las promesa del político, sino en poder (1 Cor 4:20). No está fundamentado en comida, bebidas, títulos, espectáculo, sino en frutos espirituales (Rom 14:17). Vamos forjando un pueblo de toda tribu y lengua que aspira reinar en el cielo en donde esta nuestro reino final y ciudadanía (Fil 3:20). Allí no podrán entrar los fornicarios, ladrones y corruptos de este sistema (1 Cor 6:9-10). Los principios evangélicos nos obligan a vivir en el mundo con la conciencia de que no somos del mundo (Jn 17:15-16), por lo que somos peregrinos y extranjeros (1 Pd 2:11), y toda alianzas o pactos con el mundo nos hace enemigo de Dios (1 Jn 2:15, 2 Cor 6:14)). Si esto es así, ¿Cómo es posible que aspiremos a ser ministros del evangelio y a la vez involucrarnos con la corrupción de este mundo mediante ambiciones políticas? (2 Pd 1:4,11).
LA IGLESIA PRIMITIVA FRENTE A LA POLITICA
Al estudiar la posición de los apóstoles en la naciente iglesia durante los primeros 300 años de la historia del cristianismo, no encontramos ninguna referencia a que la iglesia tratará de intervenir en política, más bien vemos todo lo contrario, mostró su total rechazo a vincularse con los negocios del mundo secular y mantuvo la distancia del alineamiento con el sistema romano. Frente a la realidad de su tiempo, no hay ninguna referencia en el libro de los Hechos ni en las Epístolas, ni en los padres de la iglesia que vincule a la iglesia en intervención política, pues para ellos la única misión era la proclamación del reino de Dios dentro del reino de los hombres. Los apóstoles San Pablo y San Pedro le piden a los cristianos que oren por los gobernantes y se sometan a ellos (1 Tim 2:2, 1 Pd 2:13-14) aceptando el hecho de la justicia romana, incluyendo la pena de muerte como norma jurídica (Rom 13:4). Aunque se practicaban deportes violentos en los circos romano, en donde muriendo miles de gladiadores y cristianos para divertir al pueblo mediante una violencia en vivo, la iglesia se mantuvo al margen de esta terrible realidad, predicando el amor y el perdón. Aunque llegado el tiempo, un cristiano, Telémaco, se opuso a la pelea entre gladiadores cuando la sociedad aceptaba con la boca los valores cristianos. Pagó con su vida por ello, pero ganó la batalla. Los cristianos primitivos respetaron las normas impuestas por la política de Roma, excepto aquellas que les prohibían la proclamación del evangelio (Hch 5:29) o atentaran contra el mandato divino, porque en tal caso, debían obedecer a Dios antes que a los hombres. Todos estos hecho ocurrieron dentro de un imperio esclavizante, cruel, inhumano, invasor, corrupto y degenerado. Tan solo el Apóstol Pablo ataca la depravación moral de los romanos al entregarse a acciones contra natura (Rom 1:24-27), pues la homosexualidad y corrupción moral era común denominador dentro de la elite gobernante en Roma.
No cabe duda que la condición política en la época bíblica del Nuevo Testamento, bajo el imperio romano, era más depravada e inhumana que la nuestra actualmente, pese a toda la corrupción existente, sin embargo, los cristianos no trataron de intervenir en política, ni cambiar desde el senado la degradación del sistema romano. Su mensaje era dado en las calles y en los circos romanos, siendo víctimas del sistema injusto que imperaba. Ellos sabían que las leyes no puede regenerar el corazón si no experimentaban el Nuevo Nacimiento (Jn 3:3-4).
CUANDO LA IGLESIA SE CONTAMINO
Mientras la iglesia no se identifico con el poder dominante, su mensaje fue poderoso y su moral impactante, pero una vez que fue apoyada por el emperador Constantino (año 313 d.C) y se mezclo con el poder político y económico romano, su corrupción fue acelerada y desvirtuante, a tal grado, que después que el imperio Romano cayó, la iglesia adquirió poderes de imperio, y su degradación en la Edad Media fue total. Basta echar un vistazo a la historia para verificar estos hechos. Su mensaje de perdón, pobreza, humildad y misericordia se torno en guerra, persecución, inquisición, imposición, riqueza y soberbia[9]. Apareció otro evangelio diferente, y la Palabra quedo escondida en los sótanos de los conventos. La Iglesia de Roma controlo la política, la ciencia, la economía y la vida de gran parte de Europa, y sin embargó la violencia, pobreza y corrupción siguió imperando, combatida por personas aisladas y tan emblemáticas como Francisco de Asís, pero poco o nada pudieron hacer frente a los poderes religiosos y políticos dominantes.
La Reforma de Martín Lutero (1517) rompe el poder Papal sobre la política, pero algunos movimientos protestantes repiten la historia. Entre ellos el reformador protestante Juan Calvino (1536), que después de proclamar el evangelio, regresa a Ginebra en donde ocupa puestos políticos y desde esa plataforma persigue a los predicadores disidentes de su doctrina, matándolos, entre ellos a Miguel Servet, médico español el cual negaba la trinidad. Esta alianza política-religiosa causo escándalo en el movimiento protestante, porque trato de repetir la historia de la Iglesia Romana; “usar el poder político para imponer sus ideas religiosas”.
NACIMIENTO DEL ESTADO RELIGIOSO
La llamada ciencia política abarca el análisis de cómo se debe gobernar los poblados a través de la creación de órganos locales. Como base de ello surgen varias teorías sobre cómo se debe estructurar la autoridad y los deberes ciudadanos por medio de un gobierno que dan origen a un Estado. Uno de los que estableció el concepto de Estado y diseño el modelo prevaleciente a lo largo de la historia sobre una republica fue el filosofo griego Platón (428-347 a.C.).
Fue en la Edad Media cuando algunos escritos vincularon y unieron la religión a la política, siguiendo la vieja costumbre que arranca de los mismos albores de la humanidad: Sumer, e incluso el estado judío, cuando los reyes tenían que ser ungidos por los profetas y sacerdotes, y aunque Israel tuvo una teocracia política, el elemento dominante durante el periodo de los reyes judíos fue la corrupción constante del sistema, por las influencias del paganismo vecino. Uno de los más sobresaliente defensores del poder entre el Papado y el Sacro Imperio Romano fue el teólogo italiano Santo Tomás de Aquino, quien defiende el papel de la Iglesia frente al Imperio Romano en su obra llamada “Summa Theologiae” (1265-1273). Dante Alighieri, en su obra “De Monarchia” (Sobre la Monarquía, 1313), aboga por un mundo cristiano unido bajo un emperador y un Papa, cada uno de ellos con poder absoluto en su ámbito. El político italiano Nicolás Maquiavelo (1513), superó el tradicional debate Iglesia-Estado al analizar de forma realista los problemas y las posibilidades de los gobiernos que intentan conservar el poder mediante el uso de la religión y la fuerza.
EL MÉTODO MAQUIAVÉLICO
En sus escritos Maquiavelo establece con astucia, estrategias de engaño y demagogia, para realizar acciones que justifican el uso de medios incorrectos para alcanzar el poder político. Según dice la enciclopedia: “En su libro <El príncipe> (escrito en el1513 y publicada en 1532), describe el método por el cual un gobernante puede adquirir y mantener el poder político. Este estudio, que con frecuencia ha sido considerado una defensa del despotismo y la tiranía de dirigentes como César Borgia, está basado en la creencia de Maquiavelo de que un gobernante no está atado por las normas éticas: ¿Es mejor ser amado que temido, o al revés? La respuesta es que sería deseable ser ambas cosas, pero como es difícil que las dos se den al mismo tiempo, es mucho más seguro para un príncipe ser temido que ser amado, en caso de tener que renunciar a una de las dos”[10]. De Ahí nace una expresión muy popular dentro de los medios políticos que proceden del maquiavelismo, es esa expresión que dice que <el fin justifica los medios>, lo que hace la política turbia, ambiciosa, mentirosa y algunas veces corrupta.
REALIDAD POLÍTICA ACTUAL
No podemos ignorar el deterioro moral que ha sufrido el mundo, dominado por los antivalores que nacen del cinismo político y del afán de riqueza de algunas familias poderosas. En todos los países del mundo el sistema político ha sufrido un grave deterioro. Los peores enemigos del político son la ambición, el deseo de poder y la riqueza fácil. ¿Dígame en donde no ha habido escándalos políticos de corrupción? Tristemente el mundo de la política se encuentra arropado por la enmarañada realidad del interés creado, manipulación, engaño, mentira y de convenios y políticas económicas internacionales inmorales, de la cual no se puede escapar nadie. Cuando un líder cristiano llega a un puesto clave en el engranaje gubernamental se encuentra atado a convenios internacionales que le inhiben de poder hacer los cambios morales que desea, por lo que ha caído en una trampa sin salida. Muchos hombres honestos que han alcanzado el poder político con el deseo de hacer cambios a favor del pueblo, se han encontrado impedido de ejecutarlos, porque los convenios, los intereses creados y las presiones de los organismos internacionales se lo han impedido, y el chantaje y la corrupción institucionalizada ha prevalecido sobre las buenas intenciones. En la actualidad la globalización ata a los países a pautas rígidas dentro de una filosofía mercantilista, relativista y materialista que aumenta la pobreza e impone reglas del juego contraria a la Palabra de Dios. ¿Puede un cristiano participar en este juego sucio, sin contaminarse? Y un pastor, ¿cómo puede mantener su voz de profeta si es parte del sistema corrupto?
EL CAMBIAR LO PROFETICO Y ALTERAR LA HISTORIA
Los que siguen la corriente politizante del dominionismo[11] de la iglesia, y que se hacen llamar apóstoles y profetas, actúan de forma contradictoria, pues proponen una actitud contraria a toda escatología y enseñanza bíblica. Ellos afirman que pueden cambiar desde el Congreso de la Nación y a través de la plataforma política, la decadencia moral, social y económica que vive Honduras, algo así como que van a establecer un milenio sin Jesús y van a evitar la degradación que vive la humanidad[12]. ¿Puede un iluminado detener el cumplimiento profético de la apostasía en los últimos tiempos?
Quiero presentarle las afirmaciones y mensajes que nos tramiten los predicadores del evangelio de fantasía, y aquellos que buscan el poder económico y político, adulterando la Palabra de Dios (2 Cor 2:17, 4:2), pero es necesario que según vayan leyendo las afirmaciones, busquen en su Biblia las citas que desvirtúan tales afirmaciones.
– “Vienes tiempos maravillosos y veremos la prosperidad y la abundancia” Mateo 24:6-8.
– “La iglesia va a reinan y gobernar nuestra nación y no habrá maldad” Mateo 24:12, 32-38.
– “Nos espera un futuro glorioso de paz y prosperidad” 1 Tesalonicenses 5:1-3, Mateo 24:37, y comparar con Génesis 6:11-12
– “Vamos a sanear la corrupción, detener el pecado y restaurar la fe”. 1 Timoteo 4:1, Mateo 24:22, 2 Tesalonicenses 2:3.
– “Viene un gran avivamiento, el mundo se convertirá a Jesús, veremos señales y milagros”. Mateo 24:22,24. , Lucas 18:8
– “Restauraremos los valores, uniremos las familias, restauraremos el país bajo un gobierno de Dios” 2 Timoteo 3:1-6.
– “Seremos ricos, prósperos, bendecidos y andaremos con los poderosos de la tierra, gobernaremos y reinaremos” Apocalipsis 3:15-19
– “Te proclamaremos un evangelio de gozo, sin sufrimiento, de prosperidad, en donde ocuparas puestos eminente con los reyes de la tierra, rico y dejaras de sufrir” 2 Pedro 2:3, 2 Timoteo 2:3, Juan 17:14, Mateo 10:16. Juan 16:33
Todos estos textos son suficiente para desmantelan la teoría que desde la plataforma de la política podemos detener el pecado y la injusticia, porque vamos hacia un gobierno mundial en donde el anticristo se enseñoreara de las naciones, pero la iglesia tiene una promesa especial de irse con Jesús antes de que tome todo el control mundial (Jn 14:1-2, 1 Tes 4:13-18)
¿CAMBIO DE SISTEMA O CAMBIO DE CORAZÓN?
En la década del 1960 y 1970 floreció entre algunos religiosos progresistas de América Latina la “teología de la liberación”. Los precursores fueron Rubén Alves y Gustavo Gutiérrez, los cuales proclamaron la idea de que la los cristianos deberían involucrarse en producir cambios políticos que modificaran el sistema explotador de una sociedad viciada por el capitalismo. Después se añadió el teólogo brasileño Leonaldo Boff. Ellos fabricaron todo un andamiaje interpretativo del hecho del Éxodo y la esclavitud de los Hebreos en Egipto, para promover los cambios revolucionarios adaptando ideal del ideario marxista a la teología bíblica, lo que dio origen a la “Teología de la Liberación”, que tomo fuerza en los países pobres de Latinoamérica.
Esta teología proponía un cambio de estructura para modificar la injustita prevaleciente en muchos países, dominados en aquel entonces por regímenes militaristas, dictatoriales o corruptos. Se quería cambiar la injusticia por medio de los cambios revolucionario, o sea, cambiar de sistema sin hacer un cambio de corazón.
IDEARIO DEL CAMBIO POLÍTICO DE LA TEOLOGIA DE LA LIBERACIÓN
Rápidamente esta corriente cautivo la atención de muchos cristianos que formaban comunidades de base y muchos pastores y sacerdote se involucraron en esta corriente. Entre los postulados de esta teología de la liberación figuraban los conceptos siguientes:
1- Eliminar la pobreza mediante una justa distribución de las riquezas al estilo marxista. Para ello la iglesia primitiva fue una mancomunidad de bienes, lo que era algo semejante al comunismo.
2- Énfasis al concepto de liberación del Éxodo aplicado a producir cambios radicales y a veces violentos.
3- Un concepto del Reino de Dios establecido en la tierra para lograr justicia y paz por medio del poder político y revolucionario.
4- Establecer un nuevo cielo y una nueva tierra sin tener que esperar la promesa escatológica del futuro. Nosotros podemos forjar aquí y ahora ese reino. Así lo dice la Internacional Comunista “pues nosotros mismos haremos nuestra propia redención”
Estos principios debían alcanzarse mediante el esfuerzo de la lucha, no solo en el campo político y democrático, sino por la fuerza, si fuera necesario.
En la medida que fracaso el sistema comunista, base de la dialéctica, el concepto liberacionistas perdió fuerza, y es que no se puede moralizar y cambiar un sistema con leyes o fuerzas impositivas si primero no existe un cambio profundo de corazón mediante el nuevo nacimiento. Podemos cambiar los sistemas, pero mientras no cambiemos al hombre que forma estos sistemas, los males seguirán existiendo, porque el pecado no se puede erradicar por medio de una ley ni por revoluciones sociales o políticas, sino por medio de la conversión y arrepentimiento.
¿Puede un congreso democrático dominado por pastores evangélicos erradicar el pecado mediante un decreto legislativo? ¡No! Más bien podemos caer en un gobierno semejante al de la Edad Media, de inquisición al que no acepte los postulados de la iglesia, o al de los talibanes, se imponen la ley del Corán como sistema de estado por medio impositivos. El cristianismo bíblico no se fundamente en política, ni en moral impositiva, sino en valores concretos que nacen como producto de una experiencia profunda y personal con Jesucristo. Cuando un pastor en función decide ser político para sanear la sociedad se está proclamando un iluminado, un mesías, un cristo que proclama un contra-evangelio, porque el cambio bíblico es personal, directo y no político.
Dejemos de hacer del evangelio un negocio. Dejemos de hacer de la iglesia una plataforma para alcanzar un curul de diputado o alcalde o presidente. Dediquémonos a hacer aquello para lo cual Jesús nos ha llamado: “Predicar a tiempo y fuera de tiempo” (2 Tim 4:2). Quiero terminar con una historia de una bella anécdota que obtuve de Internet y que escribió Don Whitney sobre la cita de un autor cristiano llamado Os Guinness y que relata el hecho de un hombre de negocios japonés que dijo: “Cada vez que conozco a un líder budista, conozco un hombre santo. Cada vez que conozco un líder cristiano, conozco a un administrador”. La ruina de un ministro cristiano al volverse un simple administrador religioso es tal vez el mal más grande de la iglesia en estos tiempos, pero tristemente es inevitable, porque el deseo de grandeza y poder se ha adueñado de muchos predicadores. No seas un “manager” o “político, sino un ministro de Jesucristo. Sea un hombre santo. Y para ser un hombre santo de Dios usted tiene que estar sumergido en las cosas de Dios.
LA IGLESIA FRENTE A LA POLITICA
Se hace necesario establecer tres conceptos básicos que definan la posición de la iglesia cristiana frente al estado y la política, principalmente en estos tiempos tormentosos, en donde algunos pastores, olvidando su llamamiento divino, tratan de enrolarse en los negocios de este siglo, sin dejar sus funciones ministeriales.
El Estado es el territorio que identifica una nación y establece leyes y políticas para regular la convivencia ciudadana dentro de un régimen de derecho. En el Estado convergen todas las ideologías, creencias y costumbres dentro de un marco legal que regulan la libertad y los deberes del individuo. El diccionario define al Estado como: “denominación que reciben las entidades políticas soberanas sobre un determinado territorio, su conjunto de organizaciones de gobierno y, por extensión, su propio territorio”. Todos los que vivimos en un Estado, por ley, debemos respetar las autoridades establecidas (Romanos 13:1-5) y estas a su vez, deben de actuar con igualdad, sin discriminación de raza, sexo o religión.
La Política a su vez es el aglutinamiento de diferentes tendencias o ideologías dentro de un estado, que por medio electoral, buscan ejercer el gobierno para implementar su ideario político, el cual a su vez, debe estar sujeto a las normativas constitucionales y democráticas. El diccionario define el término política o político como: “Dicho de una persona que interviene en las cosas del gobierno y negocio del Estado”. La política crea al político. Este busca llegar al poder del Estado para gobernar o legislar desde una perspectiva laica. Laico es el término que define a un estado neutral, en aquellos temas que no sean políticos. En otras palabras, un Estado sin vínculos o pactos religiosos con tal o cual corriente. Hay que tener cuidado, porque el Estado laico debe ser respetuoso de las creencias de sus súbditos, y tener valores, y no convertirse en un Estado profano, que irrespete los principios básicos de su herencia cristiana.
La Iglesia a su vez es el reino de Dios en la tierra y aunque influye en el Estado y la política, sus aspiraciones van más allá de reinar aquí, porque su reino no es de este mundo (Juan 18:36) ya que Jesús enseño que no somos del mundo (Juan 17:16). La Iglesia es por lo tanto (como cuerpo de Cristo), apolítica, o sea, no tiene una definición teológica a favor o en contra de un partido o ideología, aunque sí define y señala los principios morales y éticos que deben regir, pero en todo partido político hay propuestas y hombres buenos y malos.
Un Estado laico y una Iglesia apolítica da libertad a sus miembros para que se adhieran o abrasen cualquier partido o ideología, siempre y cuando no nieguen la fe, ni vinculen lo bíblico con lo político, excepto en la moral y valores cristianos (su estilo de vida). Por otro lado, la Constitución de la Republica del 1982 establece este principio, tanto para el Estado, como para los que ejercen funciones religiosas. Al respecto la carta magna dice en el artículo 77: “Se garantiza el ejercicio de todas las religiones y cultos sin preeminencia alguna, siempre que no contravengan la ley y el orden público” y después afirma respecto a lo que ejercen funciones religiosas: “Los ministros de las diversas religiones no podrán ejercer cargos públicos, ni hacer ninguna forma de propaganda política, invocando motivos de religión…”.
Un ciudadano normal, aunque profese una determinada fe, puede aspirar a un puesto político siempre y cuando no politice la iglesia o no sacralice el estado con una determinada confesión. Si un pastor o ministro del evangelio desea entrar en política, deberá abdicar sus funciones ministeriales (no su fe), y actuar como civil, despojándose de la representación eclesial. Entonces podrá obrar como un ciudadano sin vínculos religiosos, por lo que sus acciones serán personales y no eclesiásticas, salvando así el testimonio y la neutralidad de la Iglesia. Entonces al gobernar, o legislar, lo hará para todos los ciudadanos, sin acepción de persona.
Es necesario tomar nota de esto, y entender que las acciones de un pastor o líder religioso en política pueden afectar a toda la iglesia evangélica. Entonces muchos podrán señalarnos como una iglesia alineada con tal o cual tendencia ideológica. La historia revela el peligro que ha causado al evangelio el alineamiento político de líderes religiosos, lo cual ha traído escándalo al evangelio. Por favor, no repitamos la historia.
BIBLIOGRAFIA
- 1] Asumió el poder en 1991 como presidente (electo) y en 1993 se dio un Autogolpe, siendo destituido en medio de un gran escándalo. El Lic. Ramiro de León Carpio fue designado por el Congreso como su sucesor.
- [2]– En Nehemías 2:19 aparece un personaje que se opuso a que el profeta Nehemías reedificara el muro. Es común que los que defienden posiciones antibíblicas usen textos fuera del contexto.
- [3]– “El Reino al reves”, Donald B. Kraybill. Publicado por Ediciones Clara Semilla, España 1995.
- [4] – Toman el hecho que dijo que vino a traer espada (Mt 10:34) criticó a los reyes que gobernaban el pueblo (Mr 13:32) y llama a Herodes zorra (Lc 13:32) ordeno a sus discípulos comprar espadas (Luc 22:36) y expulso a los cambistas del templo con violencia (Jn 2:15) y uno de sus discípulo era zelote (Lc 6:15).
- [5] –Mateo era publicano, Simón celota y Judas Iscariote sicario.
- [6]– En el segundo siglo antes de Cristo aparecieron dos partidos políticos religiosos que mantenían posturas opuesta sobre lo que debía ser la vida dentro del reino judíos, los fariseos y los saduceos que a su vez desarrollaron dos escuelas de interpretación bíblica del Talmud. Los Zelotes eran una facción religioso-política judía, conocida por su resistencia fanática al dominio romano en Judea durante el siglo I. Los zelotes surgieron como grupo político durante el reinado (37-4 a.C.) de Herodes el Grande. En el año 6 d.C., cuando Judea pasó bajo dominio directo de Roma y las autoridades ordenaron elaborar un censo para aplicar impuestos, los zelotes, dirigidos por Judas de Galilea, convocaron a la rebelión.
- Microsoft ® Encarta ® 2009. © 1993-2008 Microsoft Corporation.
- [7]– “El Reino al Reves” Ediciones Semilla, España 1995, Pagina 96.
- [8]-El término reino ( del hebreo. malƒk_uÆt_ sûaµmayim) se origina con la expectativa judaica tardía acerca del futuro, en la que denotaba la decisiva intervención de Dios, ardientemente esperada por Israel, para restablecer la fortuna de su pueblo y librarlos del poder de sus enemigos. La venida del reino es la gran perspectiva del futuro, preparada por el Mesías venidero, que allana el camino para el reino de Dios. Tomado del Nuevo Diccionario Bíblico Certeza.
- [9] – Ver el libro “Historia de la iglesia” de
- [10]–Tomado de la Enciclopedia Encarta 1993-2003 Microsoft Corporation.
- [11] – El dominionismo proclama la falsa teología de “el reino ahora”. Según las enseñanzas de la iglesia de Roma, de Orígenes, Agustín, o del mismo Earl Paulk, la iglesia debe conquistar el mundo, o lo que ellos llaman el poder universal (catolicismo) o temporal. En otras palabras, cada uno de los estamentos de un estado (político, cultural, militar, económico, religioso, etc.) debe ser conquistado por la iglesia y mientras eso no ocurra, dicen ellos, Cristo no puede regresar. Es decir, la soberanía del Señor y Salvador se ve obstaculizada por la de sus criaturas. Evidentemente esto no tiene sustento bíblico.
- [12]– El pastor Mario Tomas Barahona declaró en una entrevista en mayo del 2005 en la emisora HRN que si a él no lo inscriben para diputado la iglesia evangélica se lanzaría a la calle, y en un programa que tiene “decreto que la Iglesia iba gobernar a Honduras” siendo esto casi una herejía.



ESTOY HARTA DE ESCUCHAR HABLAR DE LÍDERES CRISTIANOS
ES UN TÉRMINO QUE NADA TIENE QUE VER CON LA PALABRA DE DIOS.
ES UN INVENTO EVANGÉLICO, DISFRAZADO DE CRISTIANISMO, PERO QUE ENCIERRA EL ANSIA DE VER A LA IGLESIA DE CRISTO COMO UNA ESTRUCTURA PIRAMIDAL, DE MANDO, A IMAGEN Y SEMEJANZA DE LOS ORGANIGRAMAS PROPIOS DE LAS EMPRESAS DEL MUNDO.
LOS DISCÍPULOS DE CRISTO, COMO POR EJEMPLO EL APÓSTOL PABLO, JAMÁS HABLARON DE LÍDERES. ¡ COMPRENDIENDO QUE TODO LO QUE DIJERON FUE INSPIRADO POR DIOS!
POR OTRA PARTE, EL VERDADERO SIERVO O SIERVA DE DIOS SABE MUY BIEN QUE NADA TIENE QUE VER CON LA POLÍTICA PORQUE TIENE UN MANDATO ABSOLUTAMENTE SUPERIOR: ¡PREDICAR EL VERDADERO EVANGELIO DE CRISTO, BAUTIZANDO EN EL NOMBRE DEL PADRE, DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO DE DIOS.!
DEJEN DE HABLAR DE LÍDERES Y PIENSEN QUE LOS MINISTERIOS DADOS POR LOS HOMBRES DE LA IGLESIA DE NADA SIRVEN.
LO IMPORTANTE SON LOS MINISTERIOS DADOS POR ¡ DIOS!
DEJEN DE AFERRARSE A CREDENCIALES PLASTIFICADAS Y TÍTULOS HONORARIOS DADOS POR HOMBRES. ES UNA GRAN HIPOCRESÍA. UN VENENO PARA LA IGLESIA.
PENSEMOS Y VIVAMOS A IMAGEN Y SEMEJANZA DE JESUCRISTO, EL REY de reyes y EL SEÑOR DE señores, QUE NO ANDABA POR LAS CIUDADES DICIENDO QUE ERA EL LÍDER CRISTIANO SINO QUE VINO EN CALIDAD DE SIERVO, PARA SALVARNOS.
AMEN AMEN…
DONDE QUEDA ENTONCES ESTER , MARDOQUE ,JOSE ,DAVID ,DANIEL Y JEREMIAS 29.7 ORAR Y TRABAJAR POR LA CIUDAD
Creo que el hermano Mario, se refiere a la corrupción de pastores, que dicen amar a Dios, pero que aman a 2 señores. De acuerdo a las Escrituras, los personajes que usted menciona, cumplieron el propósito de Dios,en sus roles. El caso de Ester, José, y Daniel, de los otros 2 usted tiene la respuesta. Fueron situaciones circunstanciales que les llevó a formar parte de esos gobiernos, fungiendo como funcionarios ejemplares, ellos no eran sacerdotes, ni políticos de oficio, ni dirigían una sinagoga. Sin embargo se habla aquí de pastores del siglo XXI que han hecho pacto con Dios y quieren hacer caso omiso. O eres o no eres.
De una misma fuente no puede salir dulzura y amargura, no os engañéis, Dios no puede ser burlado.
Excelente catedra hermano Mario, a los pastorcillos les chima esto, ya que en sí mismos ellos creen que ya tocan las estrellas, y que casi hablan con Dios, como Moisés. Nunca he visto un pastor que dice que ama a Dios, que está acomodado en una iglesia, con un buen diezmo, decir que va a trabajar sin percibir salario. Eso fue lo que Cristo hizo, EL nunca estuvo pendiente del dinero del tesoro que andaba Judas. Ahora bien, no quiero decir que no tengan derecho a comer; Los pastores que se coluden con la política, no están conformes sólo con el diezmo de su iglesia, quieren tener poder, y posición social en nombre de Dios. Prometen que van a cambiar lasl eyes del país para el bienestar del pueblo. Un adagio dice: «El que con lobos anda, aullar aprende», «Dime con quién andas, y te diré quién eres», Una golondrina no hace verano, más temprano que tarde terminan siendo parte de la corrupción, porque es más fácil acomodarse a la circunstancia, que amar a Dios. Dijo el Señor: » Dónde esté tu tesoro, allí está tu corazón», ¿qué pastorcillo, va a renunciar a un jugoso salario?. seguro que Cristo, comprenderá que lo hacen por amor a él; además no es ilegal. Bueno, aunque se les mencionen mil, versículos bíblicos, jamás darán la razón, ya que siempre se justificarán, porque como se dice: » se las saben todas.»