MANIPULANDO LAS MASAS

Mario E. Fumero

La forma más fácil para manipular los ánimos de las personas se da cuando estos forman un grupo. Somos, por naturaleza emotivos, sugestivos e imitativos  los estereotipos existentes, por lo que la manipulación colectiva es la más factible. Esto lo podemos comprobar a lo largo de la historia. Muchos pueblos han ido al desastre cuando hombres enfermos de poder han tomado, de forma colectiva, las mentes de la gente y ciegamente les han arrastrado a guerras y acciones fratricidas. Era, como dijo Jesús, “ciegos que guiaban a los ciegos” (Mt 15:14).

El condicionar a las masas para llevarles a una programación colectiva es una de las artes más prominentes en nuestro mundo. Los que se entrenan en este arte no se les llaman manipuladores, sino técnicos en marketing o imagen. Ellos diseñan los esquemas para que artistas, políticos y predicadores puedan manipular, con sus actuaciones, a la multitud, ante la cual se presentan. Los efectos a producirse y la forma de actuar pueden ser diversos, abarca desde la forma de vestir, hablar, dramatizar y hasta el entorno de la reunión, en donde el factor de imagen es vital para obtener el propósito deseado. Dependiendo del marco de donde sea el grupo, así sera la dinámica manipulativa que se emplee. Existen varias fórmulas para influenciar en el medio. Vamos a analizar algunas de ellas.

ESTIMULOS AUDIO-VISUALES

En la mayoría de los eventos artísticos el uso del sonido a altos decibelios y los efectos de luces contribuyen a influenciar en el auditorio. Si se le añade a esto el humo y ciertos decorados, el poder de impresión será mayor. Hay que añadir a estos complementos del entorno, la forma de presentarse del grupo y la coreografía: Su ropa, movimientos, posturas, expresiones, articulaciones, gritos etc. Esta combinación bien ejecutada producirá un efecto manipulativo en los presentes, que puede ir desde la exaltación hasta la histeria colectiva. Por regla general estas son las características existentes en las discotecas o conciertos de música rock, donde a veces se fortalece estos estímulos internos con el uso de algún alucinante (o drogas psicotrópicas).

En cierta ocasión un cantante cristiano me comentó que el éxito de sus conciertos se debio mucho al cambio de luces, humo y otros ingredientes parecidos a los esquemas del mundo, y  dijo que eso le ayuda a; “manipular los ánimos de las personas y llevarlos a la adoración”. Es ahí en donde cuestiono si la adoración es una expresión que nace del corazón, o una influencia externa ejecutada por la manipulación del medio. Muchas acciones manipulativas se obtienen condicionando el medio para un fin determinado, logrando así exaltar las emociones y sentimientos hacia donde uno desee. Toda emoción llega a un límite explosivo en donde podemos producir fácilmente un estallido de histeria colectiva, cosas que se da en conciertos y eventos artísticos donde la combinación ritmo-luces-decibelios son factores desencadenantes.

ESTÍMULOS  IDEOLÓGICOS

Nuestra forma de pensar, o creer, puede ser manipulada para conducirnos a acciones incoherentes. A lo largo de la historia de la humanidad ha habido hombres con ideales que han podido impactar en millones de vidas, ya sea para bien o para mal. Algunos sentimientos humanos pueden ser manipulados por medio de ideologías exóticas que encuentran acogida en el corazón de los oyentes frustrados. Ejemplos de ello lo tenemos en la explotación que se hace de los sentimientos nacionalistas,  racistas, de superioridad, de pobreza o riquezas, de creencias o de resentimiento hacia alguna otra tendencia o nación etc. Se puede manipular los errores humanos de gobiernos, partidos o iglesias para inducir reacciones negativas a través de consignas ideológicas o de propaganda bien montadas.

El factor ideológico dividió nuestro mundo en dos bloques. Creo las condiciones para establecer dictaduras y justificarlas. Fue el factor detonante de la Segunda Guerra Mundial, y el concepto alemán de una raza superior  justificó la matanza de seis millones de judíos.

Actualmente el factor ideológico aplicado a las creencias religiosas convierte a los creyentes cristianos e islámicos en instrumentos de violencia. Estas realidades las podemos ver en la lucha del IRA[1] entre católicos y protestantes, los suicidios colectivos de fanáticos seguidores de líderes iluminados y los kamikazes islámicos que se inmolan como bombas humanas en pro de Alá. Todas estas son las nuevas corrientes programadoras de las manipulaciones ideológicas.

ESTIMULOS SUGESTIVOS

Somos seres influenciables cuando se nos llena de temores y supersticiones. Muchas manipulaciones surgen de actitudes sugestivas[2] y en este campo si ejecuta un trabajo bien metódico en la mente del individuo. Todos los que caen en este tipo de estímulo sugestivo son manejados por personas que trabajan con él en forma individual a través de consejería o adoctrinamiento. En el trabajo de manipulación sugestiva se pueden usar muchas técnicas, como el hipnotismo, la inducción de ciertos tipos de temores, la desestabilización de los sentimientos, la repetición de mantras, la socavación de sus creencias anteriores con nuevos conceptos disfrazados de verdades transcendentales, el uso de relatos fantásticos que emocionan y condicionan al individuo a reproducir experiencias parecidas, la meditación trascendental, o las técnicas de regresión, y un largo etcétera.

Las  metodologías de la Nueva Era para adueñarse de la mente de los niños a través de la televisión y el cine está llena de métodos sugestivos mezclados con fenómenos paranormales[3]. Algo curioso, pero en un mundo tan científico y tecnológico, como el nuestro, está floreciendo la credulidad en fantasía absurda más que nunca en la historia de la humanidad, proliferándose los astrólogos, adivinos, brujos, curanderos por doquier, invadiendo éstos todos los círculos sociales y culturales, incluso se infiltran dentro de la iglesia.

ESTIMULOS MÍSTICOS O PARANORMALES

Junto a la manipulación sugestiva aparece su mejor aliada; la búsqueda de experiencias místicas[4] y paranormales.          La credulidad mal fundamentada se ha convertido en el caldo de cultivo diabólico para inducir a millones de sinceros creyentes al error y la predisposición a la manipulación. Hay una necesidad interior que nos lleva a buscar experiencias espirituales que nos liberen de esta materia en que estamos inmersos. El gnosticismo promueve la elevación de la mente sobre la materia, considerando que todo lo concreto es imperfecto y todo lo abstracto es perfecto.

Ser perfectos para el gnóstico es liberar el espíritu de las ataduras materiales, y encontrar en el cosmos para encontrar los espíritus guías que nos lleven a forjar nuestro “ente divino”, por medio del cual nos convertimos en “diosecitos”. Es por medio de la meditación trascendental, del yoga, del relajamiento y de contemplar el mundo de lo oculto, como potenciamos el poder mental para entrar en la iluminación final que nos lleve a la plena realización. El movimiento G-12 a tomado estas ideas y por medio de los psicodramas y programa de regresión obtienen adeptos que quedan imbuido en falsas experiencias que les lleva a la frustración. Para lograr esto necesitamos poner nuestra mente en blanco, lo que representa quedar listos para ser programados a través de las revelaciones místicas a las fuerzas ocultas que nos hacen esclavos del diablo.

EL PELIGRO DE LA SUPER-ESPIRITUALIDAD

Las influencias del gnosticismo platónico ha condicionado la mente del ser humano a creer que el mundo material es malo e imperfecto. Así lo enseñaron muchos padres de la iglesia en los primeros tres siglos de cristianismo. Se asocia el sexo, la vida dentro del mundo y los valores materiales como agentes contaminantes y pecaminosos, ignorándose las Palabras de Jesús cuando dijo en Juan 17:15  “No te ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal”. Estas influencias gnósticas produjeron el misticismo y contemplatismo que aisló a muchos cristianos de la realidad social, para llevarlos, como ermitaños, a buscar una perfección aislada del mundo. Muchos grupos han considerado que esta es la fórmula más perfecta para alcanzar la unión con Dios y es una forma falsa de buscar la realización espiritual.

Algunas comunidades religiosas han elegido el camino del retiro de lo mundano, del rezo y  la contemplación para lograr la perfección, y han aparecido ideas enajenantes, que llevaron a muchos a la flagelación para purificarse, siendo programados para vivir siempre atormentados por el pecado, un pecado que fue quitado con la muerte de Jesús en la cruz del Calvario. Así nacieron muchas órdenes contemplativas y secretas que existen en nuestro tiempo; Los rosacruces, masones y ciertos grupos gnósticos. Sin embargo, hay que evitar pensar en una dicotomía absoluta y creer que todo es imperfecto al grado tal, que atentemos contra el orden natural de Dios en la creación y dejemos la puerta abierta a la manipulación del maligno.

El creyente no debe aislarse de la realidad material. Somos seres materiales que debemos vivir en armonía con el espíritu. La radicalización de la espiritualidad  nos lleva a un misticismo que da lugar a que seamos programados por el diablo para caer en herejías o errores doctrinales. Casi todos los movimientos heréticos que han conducido a suicidios colectivos se han apoyado en esta realidad.

En el mundo de hoy la manipulación por medio de visiones, revelaciones, sueños y profecías se ha convertido en el pan cotidiano del quehacer religioso[5] principalmente dentro de los movimientos apostólicos. Es el arma muy usada y peligrosa de manipulación es la proclamación de una nueva revelación y las falsas profecías de los falsos profetas. No debemos ser incrédulos respecto a lo que Dios puede hacer, pero tampoco debemos ser tan crédulos que demos lugar a que nos programen fuera de su voluntad[6] por lo cual debemos probar los espíritus como enseña la Palabra .

Como seres inteligentes, debemos probar los espíritus y discernir hasta donde podemos someternos a manifestaciones místicas o espirituales y saber ¿qué cosas puede y no puede ordenar el Señor? Esto requiere un amplio conocimiento de la verdad revelada, la cual regula las diferentes manifestaciones espirituales. Debemos también examinar al que nos trae Palabra de Dios, ya sea en profecía, revelaciones o sueños, y juzgar más allá de sus palabras. Debemos preguntarnos ¿Qué propósito tiene tal manifestación? Prefiero pecar de incrédulo cuando recibo algo de otra persona, que dar por cierto todo lo que me dicen, y caer en el error o fracaso. Al fin y al cabo, el Señor puede hablarnos a nosotros mismos directamente, y llevarnos a comprobar que tal o cual revelación es o no de él. Nunca debemos obviar los textos que dicen que “hay que probar los espíritus porque no todo viene de Dios” (1 Juan 4:1).