Huri Cañas. Enero 2009

INTRODUCCION

“El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas. Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán! Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia. Por lo cual, oh amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz. Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación; como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito, casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición. Así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza. Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.” II Ped. 3:9-17

Toda apología o defensa ante una determinada doctrina es siempre radical y de contenido fuerte, no importando el esfuerzo del escritor por suavizar el tono de su postura. Esto es así debido a que las Escrituras siempre tienen una postura rigurosa en lo que respecta a la defensa de la fe que ha sido una vez dada a los santos. Sea por ignorancia o por el deseo consciente de engañar a cuanto incauto sea posible,la Bibliasiempre se pronuncia en términos claros y fuertes respecto a todo líder que tuerza una doctrina bíblica hacia intereses que no son los de Cristo (ver Mt. 7:22-23, Hec. 20:29-30, II Cor. 4:2, 11:13-15, Ef. 4:14, 5:6-11, Fil. 3:18-19, I Tim. 1:3-11, II Tim. 4:3-4, Tit. 1:16, Heb. 13:9, II Ped. 2:1-3, 12-22, , I Jn. 4:1, II Jn. 7-11, Jud. 4)

¿Por qué la Palabrade Dios es tan fuerte en este particular? La respuesta es sencilla: por aquello que está en juego. No se trata de la reputación de un líder eclesiástico, o de las finanzas o planes de determinada iglesia o grupo. Se trata de la salvación del hombre de la IraVenideradel Cordero. El apóstol Pedro lo establece en su segunda carta, capitulo 3, verso 16 “…casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición.” (énfasis añadido). El Nuevo Testamento nos advierte en muchos pasajes respecto al peligro que existe de los falsos profetas y maestros que arrastrarán a muchos a su error para ganancia propia.

Fil. 2:21 “Porque todos buscan lo suyo propio,  no lo que es de Cristo Jesús.”

Por lo tanto, a todo creyente se nos llama a contender ardientemente por la fe genuina. Jud. 3 “Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos.”

¿Y cómo podremos detectar alguna alteración doctrinal? Solamente conociendo TODO el consejo de Dios, el mismo que el apóstol Pablo se esforzaba por enseñar en todas las iglesias en las que tenía la oportunidad de enseñar (Hec. 20:27). No debemos olvidar que la gran mayoría de las herejías provienen de alguna desviación del Evangelio de Cristo cuando la Bibliano es tomada en todo su contexto, sino haciendo énfasis temáticos de varios versículos específicos y desestimando otras partes de la Escritura. Poresto la Palabramisma se “auto vigila”, condicionando su enseñanza solamente a los aprobados, y no a neófitos reprensibles. I Tim. 3:6, 9,10 “no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. Que guarden el misterio de la fe con limpia conciencia. Y éstos también sean sometidos a prueba primero, y entonces ejerzan el diaconado, si son irreprensibles.”

Tit. 1:5-9 “Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y establecieses ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé; el que fuere irreprensible, marido de una sola mujer, y tenga hijos creyentes que no estén acusados de disolución ni de rebeldía. Porque es necesario que el obispo sea irreprensible, como administrador de Dios; no soberbio, no iracundo, no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas,  sino hospedador, amante de lo bueno, sobrio, justo, santo, dueño de sí mismo, retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada, para que también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que contradicen” (énfasis añadido)

II Tim. 2:15 “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.” (énfasis añadido)

La Verdad, aunque en si es pura, verdadera y eterna, puede ser mal usada, tergiversada, manipulada y fraccionada a fin de presentar un mensaje sesgado (I Tim. 1:8). Es por esto que abundan las advertencias acerca de los falsos maestros en el Nuevo Testamento, a fin de que seamos diligentes en cuanto a la doctrina se refiere (I Tim. 4:16).La Palabrase interpreta y se aprueba a sí misma. Esta es la característica principal en la que se basala INERRANCIAdela Biblia.Esla palabra profética más segura (II Ped. 1:19), es la palabra viva y eficaz (Heb. 4:12), inspirada por un Dios que no se equivoca ni miente (II Tim. 3:16). Si esto no fuera así, estaríamos viviendo la mentira más grande conocida en la historia del hombre. Pero gloria a Dios que ninguna jota ni una tilde pasará dela Leyhasta que todo se haya cumplido (Mt. 5:18). La coherencia de las Escrituras en su conjunto es divinamente perfecta, por lo que si se comprueba que una postura doctrinal determinada entra en conflicto con otro pasaje dela Escritura, nos estamos encontrando con una sutil herejía quela Bibliamisma se encarga de condenar, como lo hemos visto anteriormente.

Por esta razón, es la intención del escritor presentar una postura bíblica ortodoxa acerca de este movimiento de la “dimensión socio-política de la fe” que a simple vista podría parecer válido y enriquecedor,  pero que en su núcleo contradice el Espíritu de las Escrituras. Entiéndase bien que este tratado no es un ataque a una persona o iglesia en particular, sino más bien la defensa bíblica ante las posturas que varias congregaciones han asumido, corrigiendo lo deficiente en amor, con espíritu de mansedumbre y en el único afán de edificar el Cuerpo de Cristo.

Este tratado se presentará desde tres puntos de vista diferentes, cimentados desde la siempre infalible Palabra de Dios:

–        Concepto Histórico – Eclesial.

–        Concepto del Reino de Cristo.

–        Concepto de Eternidad.