Jonas G Lapaix Trabajo en una escuela en la ciudad de New York y siempre trato de hablar de la palabra de Dios con mis compañeros de trabajo que no conocen el Evangelio. Siempre que tengo la oportunidad les predico, pero Ayer escribí en una pizarra una frase que parece simple pero que es poderosa. Lo que escribí fue “Jesus is de Lord que en español significa Jesucristo es el Señor”. Después de escribir la misma la borré, pero al borrarla sentí una reprensión que estuve que escribir con más fuerza «Jesus is the Lord«, porque Él sí es Él el Rey de Reyes y Señor de Señores. Hoy mi supervisor me llamó para decirme que él sabía que yo había escrito la frase en la pizarra y que los jefes estaban buscando para ver quien lo había hecho para amonestarle, y me dijo que él me entiende que estoy correcto pero que en las escuelas no era permitido publicar mensajes alusivos al Evangelio. Mi supervisor también es cristiano, y aunque no me lo prohibió tampoco me apoyó a seguir declarando que Jesús es el Señor. Me callaré de proclamar quien es mi Señor?

Yo siempre había escuchado de los fundamentos Bíblicos sobre los cuales están fundadas las leyes de Los Estados Unidos USA, incluso la constitución la cual fue escrita por Thomas Jefferson reza muchas frases las cuales están basadas en las santas escrituras. Pero después de estudiar en un College en New York y haber dado la clase History USA o Historia Americana, pude entender cuantas hipocresías existen detrás del telón las cuales muchas veces ignoramos y no salen a la luz pública porque desconocemos las mismas o muchas veces preferimos no mencionarlas para adecuarnos al sistema o porque no nos conviene hablar de las mismas. Les recomiendo que lea el libro «Give me Liberty» para que entienda mejor de que le estoy hablando. En las escuelas Americanas celebran el día de holloween o noche de brujas cada final de octubre de cada año de una manera espantosa y asombrosa. Lo digo porque soy testigo de la celebración de este día. En mi trabajo es celebrada de una manera muy organizada donde la misma es hecha para traerle toda la gloria a Satanás y sus demonios. Cada año para holloween puedo ver todo un primer piso de mi trabajo con luces apagadas, humos, disfraces satánicos, carabelas, dulces y objetos demoniacos incontables todos acordes con demonios para la celebración de este día. Lo más triste es ver como nuestros niños al junto de las mismas autoridades escolares celebran sin dar una explicación adecuada del verdadero origen y que se esconde detrás de toda esta celebración de este día. Tampoco las autoridades escolares les piden permiso a los padres para que sus hijos participen en tal celebración.

Vemos esos niños como esperan ese día con fervor y devoción para traerles toda pleitesía a Satanás y sus demonios sin ellos darse cuenta de que es así. Pero me está prohibido profesar o escribir que Jesucristo es el Señor. Así de esta manera le han robado la gloria a quien merece toda celebración y es nuestro amado maestro Jesús de Nazaret quien nos compro a precio de sangre para que le honremos y le adoremos. Es tiempo queridos hermanos y amigos que aunque nos quieran callar para que no proclamemos que Jesucristo es el Señor no dejemos de hacerlo. La Biblia dice en el Evangelio según San Lucas 19:40 que si nosotros callamos, entonces las piedras hablarían. Cuando vivía en mi país predicaba en calles, ciudades, barrios y aun día por día durante los días de clase predicaba dentro de la universidad donde estudié. Pero al venir a este país he podido notar como el diablo nos ha querido neutralizar con una mentira que procede del mismo infierno y es que no podemos predicar en lugares públicos porque es prohibido. Si leemos la palabra podemos ver en Hechos 24:5 que al Apóstol Pablo se le acusó de ser una plaga por profesar las buenas nuevas de salvación, pero él nunca paró de hacerlo. Me sorprendo al ver que sectas que no tienen la verdad aquí mismo dentro de la nación Americana llevan su mensaje desde por las mañanas por las calles y tocando puerta por puerta en edificios, y usted y yo estamos callados porque el diablo nos ha anestesiado para creer lo que él dice a través de leyes anticristianas de que no hablemos que Jesús es el Señor. Usted no tiene que ser un ilustre en la palabra para proclamar las buenas nuevas de salvación, pero tampoco es un trabajo solo del pastor o el líder, más bien es un trabajo de toda persona que se sienta agradecida de esa sangre inocente, de esa sangre preciosa y pura que un día fue derramada en el calvario para redimirnos del pecado. A nosotros en el nombre de Cristo nadie puede callarnos de seguir testificando que Jesús es el Señor. Solo tiramos la semilla reconociendo que El Espíritu Santo es quien convence y es quien hace el trabajo. Solo tenemos que dejarnos usar por el Espíritu Santo para la gloria de nuestro Dios y cosas grandes sucederán si no desmayamos.

En días pasados me monté en el tren y estuve una bella experiencia al ver un joven Afroamericano predicar en el vagón que me toco sentarme. Este joven tatuado en todo su cuerpo por la mala vida vivida en el pasado y aun sin una Biblia en sus manos decía unas pocas palabras pero si que eran poderosas, con las mismas pude sentir la presencia de Dios de una manera linda en aquel tren. El joven del tren, como desde ese mismo día le he llamado y por el cual he orado para que Dios lo siga usando solo decía: “Jesus changes, He changed my life. I’m telling you that Jesus changes, He change my life. If I tell you my testimony you cry, I’m telling you, Jesus changes” Que en español es;» Jesús cambia, El cambio mi vida. Yo te lo estoy diciendo que Jesús cambia, El cambio mi vida. Si te digo mi testimonio tu llora, te lo estoy diciendo Jesús cambia». Esas fueron las únicas palabras de nuestro hermano del tren, agradecido por el cambio experimentado en su vida. Con unas palabras no elocuentes pero poderosas, este hermano no callaba porque él sabía que Jesús había cambiado su vida. Si Jesús ha cambiado tu vida que nadie apague la convicción de profesar el que El ha hecho en ti. No dejes de testificarlo y siempre recuerda de mencionar donde quiera que estés, que Jesús es El Señor.

Si te menosprecian o aun no te quieren en el lugar donde estas nunca deje de proclamarlo que El Rey de reyes te va a respaldar siempre y cuando proclames que Jesús es El Señor. Digamos como dijeron aquellos tres jóvenes Sadrac, Mesac y Abed-nego en Daniel 3:17-18, He aquí nuestro Dios que servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey nos librará. Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado. Queridos hermanos no nos convirtamos al sistema, tenemos que tratar de mantenernos rectos en lo que Dios nos ha enseñado a través de la Biblia. No callaremos de proclamar el nombre de nuestro Dios aunque al momento pareciera que perdemos familia, trabajo o cualquier cosa material. Hagamos como el Apóstol Pablo que dejó todo su intelecto y su clase social, la cual era pasajera para obtener una ciudadanía eterna en el reino de los cielos. En mi trabajo y donde quiera que esté seguiré diciendo que Jesús es El Señor, no me callaré en el nombre de Cristo y estaré abrazado en la declaración que hizo El Apóstol en Romanos 8:18 donde dice, Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse. Si tú ha sido identificado con este tema, haz un comentario y nunca deje de proclamar que Jesucristo es El Señor. Dios te bendiga; Tu amigo y hermano, Jonas G Lapaix