Tu y yo vivimos en un mundo en donde aparentemente casi todas las personas estamos bien comunicadas entre nosotras con la ayuda de sofisticados aparatos digitales y los avances tecnológicos de punta; solo basta apretar una tecla, y a veces ni eso necesitamos, pues con los programas de reconocimiento de voz ya podemos “conectarnos” y saber que ocurre a miles de millas de distancia al otro lado del mundo sin movernos de nuestras habitaciones; podemos hablar con nuestros amigos en el lugar más recóndito del planeta ; observar en directo y a todo color en un televisor plasma gigante conectado al satélite la salida del sol en Japón cuando en América cae la noche.
La televisión, la radio, el celular, el internet, los periódicos y cualquier otro medio de comunicación nos informan casi al instante los detalles de lo que está ocurriendo a 3000 kilómetros de distancia en el sitio mismo del suceso, con imágenes y sonidos en vivo; sin embargo los 30 centímetros que separan a una esposa disgustada de su esposo recostado en la misma cama no pueden ser recorridos con unas pocas y sencillas palabras, dichas con tranquilidad para comunicar lo que ella siente o piensa; en su lugar están el silencio o los gritos, las palabras sarcásticas y las burlas, los insultos o la indiferencia que han sustituido a las palabras de amor, de comprensión y de respeto que deberían haber…a eso llamaremos estar EMOCIONALMENTE INCOMUNICADOS. Le pasa cada día a millones de esposos y esposas; pero también ocurre entre los padres y sus hijos; entre los hermanos que compartieron en su momento el mismo vientre materno….y todas estas son personas que viven bajo el mismo techo, que comen en la misma mesa, que se sientan a ver televisión uno al lado del otro…diremos con tristeza: INCREIBLEMENTE TAN CERCA Y AL MISMO TIEMPO TAN LEJOS.
Pero entonces, ¿Por qué pasa esto, si la distancia entre ellos es tan corta? ¿Cómo pueden no entenderse si comparten diariamente tantas cosas en común? ¿Cómo tienen tantos problemas para comunicarse, si comparten los mismos genes? La mayoría de veces no es una sola razón, sino la combinación de muchas que se han acumulado con el paso del tiempo ; mencionemos unas pocas ; entre ellas las ofensas que nunca recibieron perdón, las frases hirientes y groseras dichas en el peor momento de una amarga discusión, las infidelidades conyugales, las mentiras y los engaños, el egoísmo y el orgullo, la falta de tiempos de juegos compartidos en la infancia, los problemas económicos que asfixian la paz mental, las repetidas faltas de respeto, los vicios que degradan y embrutecen… en fin, cualquier cosa que haya sido causa de la ruptura de la Comunión y la Armonía familiar; y que por el motivo que sea; no se haya reparado a tiempo, sino que se le dejó seguir en su cauce hacia la continua frustración y rencor , volviéndose en un torrente de amargura y odio.
Creo que lo más oportuno es mencionar lo que la Biblia nos enseña acerca de este tema; señalando de entre muchas razones, una de las que da origen a este problema de la falta de comunicación en el hogar; pues al poder reconocerla oportunamente, tenemos la mejor forma de prevenirla y evitarla ; en la carta del apóstol Pablo a los Efesios 4:25-28 se nos dice “Por lo cual, desechando la mentira, HABLAD VERDAD cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros. Airaos, pero no pequéis; NO SE PONGA EL SOL SOBRE VUESTRO ENOJO, ni deis lugar al diablo”.
El consejo de la Escritura es que No permitamos que llegue la noche y comience un nuevo día, llevando el enojo por la ofensa recibida este día; dada en el enfrentamiento verbal con mi esposa o esposo, por la acción equivocada de un ser amado en el hogar en contra mia y por mil cosas originadas en los roces personales en el diario vivir en familia .No podemos cerrar los ojos por el sueño sin haber perdonado TODAS las ofensas recibidas ,o haber pedido perdón por las TODAS las ofensas que hayamos cometido contra otros ; el mandato es que el enojo no se acueste a dormir con nosotros en la cama y se levante por la mañana habiéndole dado lugar al diablo para que siembre rencor en nuestra alma. Debemos caminar la milla extra, perdonando a todas las personas que nos han ofendido, aun a aquellas que NO nos han pedido perdón; la razón de esto es sencilla : si NO guardamos enojo en nuestro corazón , NO nace el resentimiento, y sin resentimiento NO hay lugar para la amargura y sin ella en medio, podemos hablar sin obstáculos (comunicarnos de forma adecuada) incluso con nuestro más grande ofensor, teniendo la buena disposición de perdonarle ; y también podemos pedir perdón al que hemos ofendido y agraviado en nuestra familia; Dios mismo nos manda que perdonemos a otros sus ofensas, para ser perdonados en las nuestras , y que nuestra comunión con Él no se vea interrumpida por falta de perdón en nuestro corazones . Si tenemos paz con Dios es imposible no tener la suficiente paz en nuestro corazón para con nuestro cónyuge , hijos y hermanos ….pero si dejamos de comunicarnos correctamente por falta de perdón , poco a poco el amor mutuo se marchita , el respeto se pierde y la distancia entre nosotros se vuelve más difícil de recorrer aunque sean unos pocos centímetros…HOY ES EL MEJOR DÍA PARA EMPEZAR A PERDONAR AL QUE NOS OFENDIÓ Y A BUSCAR COMO COMUNICARNOS CON EL, Y TAMBIEN DE PEDIR PERDÓN AL QUE HEMOS OFENDIDO …no será fácil al principio, deberás luchar con tu orgullo , pero si insistes en ser humilde tomando de Dios la fortaleza y tratas de estar en paz con quien haz estado enojado en tu casa , es seguro que Dios bendecirá tu buen propósito , y la comunicación se dará poco a poco….Gálatas 6:9-10 nos dice : “No nos cansemos, pues, de hacer bien; PORQUE A SU TIEMPO SEGAREMOS, si no desmayamos. Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe”. Ten animo que Dios está contigo y te ayuda.



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