Mario E. Fumero

¿Son los policías empleados públicos?  Sí y no. En el sentido de que son sostenido por el gobierno, SI,  pero en cuanto a que reciben un trato igualitario a los demás empleados del gobierno, No, porque según se dice, están bajo un régimen diferente a los empleados público,  y aunque no son militares, vale la pena destacar  que en  tiempo atrás la policía nacional, conocida como FUSEP, fue parte del engranaje militar. Al separarse del ejército, la policía conservo el régimen disciplinario y de mando del ejército, y es que en todas las partes del mundo, la policía es un cuerpo de seguridad, disciplinado y sujeto a un régimen de manda diferente al de los empleados públicos y similar al militar. El policía hondureño tristemente vive dentro de un esquema laboral muy rígido y mal pagado. Goza de poca protección, y esta a expensa de ser víctima de enfrentamientos que le pueden conducir a la muerte. Su salario es el más bajo del los empleados del estado y su responsabilidad es muy grande. Trabajan largas horas, más de lo normal, muchas veces mas allá de lo que una persona puede soportar psicológicamente. Están constantemente señalados por los medios, amenazados por los delincuentes y censurado por los derechos humanos, principalmente cuando en su actuación mata a un delincuente, o cometen un error, producto muchas veces de la presión social y de mando bajo la cual viven sometido. Su mísero sueldo lo hace vulnerable a la corrupción, y es ahí en donde se tienen que hacer grandes cambios para tener una policía confiable. Un agente mal pagado es presa fácil de la llamada «mordida»  o soborno, razón por lo cual se corrompe. Además el sistema de turnos y de rotación de lugares les afecta emocionalmente, pues tienen que dejar abandonada  a su familia, lo que también le produce estrés y conflictos familiares. Sería bueno hacer un estudio de cómo les afectas a los  policías, incluyendo a los oficiales, la separación tan larga de su entorno familiar. Tristemente la mucha presión sobre los agentes es un detonante de la crisis existente en las fuerzas del orden. Todo el esquema actual produce vulnerabilidad a la corrupción, temores excesivo por su vida, tendencias de alcoholismo por su soledad, problema con sus hijos, al no estar cerca de ellos, y lo peor de todo, los traumas que sufren cuando un compañero es asesinado por los maleantes y no tienen ayuda psicología o espiritual dentro de sus postas Tristemente la policía no cuenta con un departamento de orientación psicológica y espiritual, no hay una capellanía policial, ni un plan de salud mental, con retiros y trabajo con la familia de los agentes. Las muchas horas de trabajo, mas la mala paga y la presión social y delincuencial unido a la falta de incentivos motivacionales, son males que tenemos que enfrentar en el proceso de la depuración y restauración de la policía. Es razonable que frente a la situación económica del país, los agentes reclamen un poco de dignidad, aunque al hacerlo ponen en peligro la seguridad de la población, porque cuando los policías hacen huelga, los delincuentes hacen fiesta. Es necesario una revisión del estándar de vida de los agentes, y humanizar un poco su trabajo, dándole incentivo a los buenos agentes, de la misma forma que aplicamos castigo a los agentes corruptos. Por lógica de la Seguridad del Estado, no es aceptable que los policías, como los médicos, abandonen su trabajo, porque tal acción pone en peligro la vida de los ciudadanos, sin embargo, también es necesario revisar su situación y escuchar sus reclamos dentro de un plan en donde no se lleguen a extremos que afecten la paz y la convivencia social.