Publicado por periódico digital Nueva Republica.

Kay Valle Corresponsal en Honduras

Aunque la dependencia a las drogas es un problema de salud pública, el presupuesto que las autoridades gubernamentales dedican a la rehabilitación y la prevención es limitado.

El trasiego de drogas de Sudamérica a Norteamérica, ha provocado una avalancha de narcomenudeo en Honduras. “Eso representa para el Estado un problema geopolítico y un grave problema de salud para los hondureños”, según el titular de la Dirección de Lucha Contra el Narcotráfico (DLCN), coronel Santos Aguilar.

“Se está disparando el número de personas que consumen drogas, y ahora los jóvenes en las zonas deprimidas económicamente del país se está dando al consumo crack”, sostuvo Aguilar.

A pesar de eso, en el país existen pocos centros de rehabilitación de la farmacodependencia. No obstante, el más notorio por sus logros es el Proyecto Victoria, fundado en 1977 por el reverendo Mario Fumero, de origen cubano.

Este centro, está ubicado en la aldea Cepate, en la comunidad de Cofradía, a unos 25 kilómetros al norte de Tegucigalpa, en la antigua carretera que conduce al departamento de Olancho. Allí se atiende a personas con problemas de drogas, alcoholismo y asociación a pandillas o menores en riesgo social. También cuenta con una seccional en la colonia del Valle, en San Pedro Sula.

“Les proporcionamos tratamiento de rehabilitación humana (medicina, psicología, psiquiatría, capacitaciones y terapias grupales) y espiritual por medio de Jesucristo como el único que les puede liberar de todas sus ataduras y hacerles una nueva criatura”, afirmó el reverendo Fumero.

Los centros de Tegucigalpa y San Pedro Sula tienen capacidad para 160 pacientes. El ingreso es libre, sin embargo, para inscribirse se debe cumplir con varios requisitos importantes como no haber estado más de dos veces en el centro y cumplir con el reglamento interno.

Los internos reciben talleres de carpintería, computación, soldadura, panadería y serigrafía; y la terapia que reciben consiste en tres fases: desintoxicación, deshabituación de las drogas y reinserción social.

“He perdido la cuenta de cuántos jóvenes se han rehabilitado, pues lo importante es el trabajo de rescate que se realiza”, dijo el reverendo Fumero y agregó que Proyecto Victoria posee uno de los índices de rehabilitación más alto de América Latina: el 45% de los que ingresan son reinsertados en la sociedad.

CONTRA HURACANES Y CARENCIAS

Sumada a la crisis económica mundial, producida en 2008, la naturaleza también ha puesto a prueba el funcionamiento del centro, pues en 2010 vientos huracanados azotaron el área donde está ubicado, provocando la caída de varios árboles de pino.

Los daños ascendieron a 11 mil dólares (unos 220,000 lempiras al cambio actual). Además, el presupuesto ideal para que el centro opere es de 250 mil lempiras (unos 12,500 dólares) mensuales.

El reverendo Mario Fumero sabe que el centro enfrenta una de sus peores crisis económicas, sin embargo, eso no impide que continúa su labor en pro de la juventud.

“El aporte de los internos cubre al menos el 30% del presupuesto, sin embargo, desde 2011 ya teníamos un déficit de 450,000 lempiras (alrededor de 22,500 dólares)”, reveló Fumero.

El entrevistado reveló que la cuota mínima que hacen los familiares de los pacientes es de 3,000 lempiras mensuales (alrededor de 150 dólares), para cubrir la alimentación, es decir que el aporte cubre cada tiempo de comida con 33 lempiras.

“Por parte del Estado no recibimos un presupuesto fijo, pero en cada gobierno desde 1998, los presidentes del Ejecutivo y del Congreso Nacional han ayudado, unos con apoyos fuertes y otros con ayudas esporádicas”, dijo el reverendo Fumero.

Agregó que las ayudas y donaciones, en efectivo o insumos, de iglesias y particulares suman un 10% del presupuesto, lo que mantiene a flote el centro. Por eso se implementó el Plan de Padrinazgo, que es una aportación voluntaria para sostener a un joven en su proceso de rehabilitación.

TRABAJO VERSUS ADICCIÓN

Para conocer la rutina de los jóvenes y adultos que ingresan al Proyecto Victoria, hay que permanecer todo el día pues los horarios de comida y terapia son estrictos y cubren desde el amanecer hasta la hora de dormir.

Entre las actividades están los talleres de soldadura, carpintería, panadería, tortillería y la granja avícola. Cabe mencionar que en la tortillería no sólo se elaboran productos para el autoconsumo, sino que se incluye las labores de siembra y cosecha del maíz para elaborar las tortillas.

Y en particular están las clases de computación que reciben de lunes a viernes, por más de una hora diaria, para completar un curso de dos meses que los prepara en contenidos de informática.

Además, los talleres de soldadura son respaldados por el Instituto de Formación Profesional (INFOP). Estos módulos garantizan a los pacientes que al salir de su tratamiento contarán con las herramientas necesarias para retornar a la sociedad de forma integral.

Los jóvenes que ingresan al Proyecto Victoria en búsqueda de una segundad oportunidad, reciben talleres de soldadura, carpintería, panadería, tortillería y granja avícola.

La ventaja de este programa de rehabilitación es que se integra a la familia en el proceso por medio de actividades familiares. También, los orientadores y consejeros son en su mayoría ex pacientes, lo que enriquece el proceso con la experiencia de haber logrado vencer la dependencia.

Los orientadores y consejeros reciben continuamente capacitaciones en prevención y rehabilitación para asistir a los pacientes. De igual forma, están prestos para apoyar a los centros educativos que los soliciten y brindar charlas de prevención y concienciación sobre los efectos nefastos de las drogas y prevenir el uso de las mismas. Todo esto es más que una razón para continuar o comenzar a apoyar este programa. Para más información sobre ingreso o apoyo al Proyecto Victoria comunicarse a:

Teléfono: (504) 2230-3601

Celular: 9983-6911

Email: proyectovictoriahn@yahoo.com, mariofumero@hotmail.com