Mario E. Fumero
Tristemente el Medio Oriente es un polvorín, a punto de desencadenar una guerra de proporciones alarmante. Los grandes países árabes, como Siria y Egipto, viven situaciones conflictivas que desencadenan muerte, violencia y anarquismo social. Se vislumbran acciones intervencionista de los Estados Unidos, con tan solo el apoyo de Francia, para descargar su poder contra el gobierno Sirio por la supuesta masacre de ciudadanos en Damasco con el uso de armas químicas, alegando que las mismas son un peligro para todos los países. ¿Qué ocurre en Siria? Este país, como la mayoría de los países árabes, son victima de dictaduras, hegemonías e influencias radicales, en donde se mescla lo religioso con lo impositivo. Es ahí donde los grupos radicales, antiamericanos y pro Islámicos se aprovechan para imponer su ideario de forjar un estado islámico semejante al de Irán. La guerra en Siria es una lucha contra el estado, pero a la vez entre muchas fracciones internas de los rebeldes, todas ella contra el gobierno dictatorial de Bashar al Assad, pero además, es una lucha entre los opositores, pues hay muchas tendencias, predominando los radicales islámicos, y esto hace factible que desemboquen hechos semejantes a lo que está ocurriendo en Egipto, si llegan a derrocar al régimen de Bashar. Estos convierte el panorama Sirio en una guerra en donde todos están contra todos y todos están contra el régimen y nos lleva a una disyuntiva: ¿A quién apoyar y como puede terminar el derrocamiento del régimen actual? ¿Podría ser el cambio un mayor problema en el futuro? Recordemos que todos los grupos rebeldes son de tendencia Islámicas y enemigos acérrimos de los Israelitas y norteamericanos. ¿Debe occidente sudar calentura ajena? ¿Es prudente intervenir cuando las luchas internas no son claramente el camino a una democracia con libertades? Ahí tenemos el modelos de lo que está viviendo Egipto, con su primavera, que se ha convertido en tormenta. ¿Y qué decir de Libia, Afganistán e Irak? Los Estados Unidos ponen sus recursos para combatir un régimen dictatorial, que da paso a otro parecido, y a veces más radical. Ello, (los norteamericanos) ponen el dinero y los muertos, y después ¿Qué?. Los grupos radicales seguirán luchando, matando, imponiendo su doctrina de La-Yijad y amenazando mas el territorio de América, y se acrecienta el odio hacia el «protector» de las libertades. Esto debe llevar a los Estados Unidos a ser más austero en sus aspiraciones de defender a los países del Medio Oriente, porque a la larga, no se lo van a agradecer, y al contrario, incrementaran su odio hacia ellos. No es bueno decir esto, pero cada país tiene el gobierno que se merece, y aunque se coman entre ellos, debemos respetar la libre determinación de los mismos, porque si no han un cambio de corazón, nada podremos hacer con las armas y las guerras. Aunque el conflicto de Siria está lejos de Honduras, y envuelve a los Estados Unidos, no cabe duda que la intervención Yanquis envuelve riesgos para todos, principalmente originaria una crisis energética y económica que llevaría a las economías débiles de los países pobres al colapso. Esperemos los acontecimientos, y oremos porque no pase a más el conflicto, aunque el Medio Oriente es sin duda alguna una bomba de tiempos para la paz mundial y un protagonista en las profecías biblias de la famosa guerra del Armagedón. mariofumero@hotmail.com http://www.contralaapostasia.com

