(A la memoria de Gautama Fonseca)
Mario E. Fumero
En los años 1999, y durante el periodo del presidente Carlos Roberto Flores el ministro de Seguridad Gautama Fonseca diseño una estrategia para contrarrestar la delincuencia, y sanear la policía, iniciando una depuración que después fue anulada, y además implemento cambios en los centro penales para que los reos tuvieran un uniforme de presos, con un número que los identificaran, así como ponerlos a trabajar para que pagaran, con su trabajo, su proceso de rehabilitación, y el sostén de los centro penales. Estas medidas tristemente no progresaron, porque los defensores de los derechos humanos se opusieron a tal actitud, determinando que era discriminatoria y atentatoria contra la dignidad del detenido.
Debemos considerar que el sentenciado a prisión debe pagar una pena por un acto cometido. Que al violentar la ley y ser juzgado, debe perder todos sus derechos, junto con su libertad, y de alguna manera, demostrar su cambio pagando con acciones positiva el daño causado a la sociedad. Este principio es lo que denominamos teológicamente «reparación de daño». No es suficiente aceptar, confesar o demostrarse un delito, es debe del que cometo una falta, reparar el daño. La cárcel no es una pensión, ni un hotel, sino un lugar en donde el reo page por un delito, y sobre todo, debe ser productivo dentro de un programa de rehabilitación, en donde este ocupado, en vez de estar maquinando cosas negativas.
Uniformar a los presos y hacerlo sentir mal es parte del proceso. Llevarlos a trabajar e imponerles tareas productivas es parte de la rehabilitación. No es justo que el Estado, con los impuestos de los ciudadanos honestos, mantenga en los presidios a una pila de presos que no hacen nada, y por las limitaciones económicas, viven en condiciones infrahumanas.
Es necesario que el Estado pueda llevar a los reos a un mejor proceso de tratamiento, que pueda bajar los costos operativos, y que con el trabajo de los sentenciados, se mejore las condiciones alimenticia de los mismos, sin agravar tanto el erario público.
Deben ejecutar trabajos forzados, sin abuso, y compensar el daño causado a la sociedad. Es ilógico, absurdo e impropio que los reos hagan de su prisión un hotel con televisión, negocios, celulares y empresa personales. Es ilógico que los reo tengan derechos personales, y reclamen las mismas prerrogativas que los ciudadanos normales que viven honestamente. La prisión es un castigo que le priva no solo de la libertad, sino también de muchos derechos sociales, los cuales se les pueden dar como privilegios, según evolucionen en su comportamiento. Meritos adquiridos es igual a recompensa. Si se comporta bien, se le concede visitas, y participación en ciertos eventos dentro del presidio. Si actúa mal, se le priva de estos derechos, como parte de una disciplina correctiva.
Si las pautas trazadas por el extinto ex ministro de Seguridad Gautama Fonseca hubieran prevalecido, y no la hubieran destruido los defensores de los «derechos humanos» en aquel tiempo, otra seria la realidad de la policía y de los centro penales, pero los errores tarde o temprano nos pasan factura.
En lo personal, Gautama Fonseca fue un gran amigo desde que fue ministro de Trabajo en la década del 70. Él tuvo una visión clara de la problemática nacional sobre la situación de la policía y la delincuencia, y con una inteligencia espectacular, trató de cambiar los Centro Penales para hacerlos productivos. Sus planes para mejorar la seguridad dieron al traste por los factores ya señalados, un sistema de derechos que tuercen la libertad y la seguridad nacional. Nunca lo olvidare, máxime en estos momentos en que buscamos una solución a la ola delincuencia que vive el país. Gautama fue un profeta secular y un visionario cuando me dijo una vez que visito el Proyecto Victoria siendo Ministro de Seguridad, «si no saneamos la policía y hacemos reforma en los centro penitenciario, tendremos con el tiempo una bomba de tiempo». Y ahora puede afirmar que esa bomba ya exploto.
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Felicito a este portal que esclarecey y aporta la verdad en la defenza de los valores biblicos,sigan adelante y que Dios los bendiga abundantemente.