Mario E. Fumero
Los conflictos originado por la problemática política y social dentro de la Confraternidad Evangélica de Honduras y otras organizaciones afines en diversos países de América Latina requiere una especial atención, e incluso, una definición ética desde una perspectiva cristiana, para mantener la unidad entre iglesias en aquello aspectos en que no existen puntos doctrinales conflictivos. Es importante separar lo que es doctrina y sistemas de gobiernos eclesiásticos, con temas concernientes a la ética social desde una perspectiva teológica y cristiana.
Es mi propósito enfocar los temas éticos y sociales que tienen directa vinculación con los principio del evangelio de la iglesia. Es por ello que analizare los siguientes temas.
- –El aborto.
- –El matrimonio gay.
- — La política y la iglesia.
- — La justicia social.
- — La pena de muerte.
- — El amor libre.
- — Fecundación In vitro
- — Eutanasia
- —Distanasia
EL ABORTO
El aborto es una tendencia fuerte que arropa al mundo. Es un fenómeno social que debe ser considerado por la iglesia. ¿Saben Uds. que actualmente mueren en un año más niños abortados de forma criminal, que todos los muertos habidos en las dos últimas guerras mundiales que se dieron en el presente siglo XX?
Este horrendo genocidio infantil es una de las vergüenzas más grandes del mundo moderno, y todo por dar lugar a unos principios llamados “los derechos de la mujer”, el cual anula otro derecho “que es el de la vida”. El aborto[1] puede ser natural o espontáneo, cuando por causas biológicas, y sin desearlo, la madre pierde a su hijo[2]. Tal situación, al ser involuntaria, se cataloga natural, pues no se usó ningún método externo para provocarlo, sino que hay una causa fisiológica.
Después tenemos el aborto inducido o criminal, practicado terapéuticamente, el cual es un crimen, porque interrumpe la maternidad, apelando a métodos destructivos para la criatura en los primeros meses de embarazo. Tanto la madre, como el médico que ejecuta el hecho, cometen un atentado cruento contra el mandamiento que dice, “NO MATARAS”. Las excusas que se esgrimen para su ejecución, en la mayoría de los casos, no tiene justificación. Se alega para ello un “embarazo no deseado”, “el no desear ser madre soltera”, “la falta de capacidad para ser madre”, “la vergüenza de una fornicación, y el rechazo familiar o social” etc. Algunas legislaciones dejan la puerta abierta para la ejecución del aborto por capricho de la madre, sin existir para ello causa lógica.
En este aspecto, todas las iglesias evangélicas en un 98%. no aceptan este tipo de aborto. Creemos que la vida es don de Dios, y la maternidad un regalo maravilloso que debemos respetar (Salmo139:13.16). La ética cristiana condena cualquier acción arbitraría de crimen en situaciones de indefensión, lo cual se llama “genocidio infantil”.
La discrepancia teológica al uso del aborto clínico o terapéutico, aparece en dos situaciones de excepciones, como son:
1º- Por cualquier situación de peligro en la madre, o que haya una deformación fetal. En tal caso, se deja al matrimonio en libertad de tomar una decisión, no considerándose condenable tal aborto en situaciones como éstas.
2º. En caso de violación sexual, siempre y cuando la violación haya sido ejecutada por la fuerza, y reportada inmediatamente de su ejecución, por lo que se actuará de forma inmediata. Aunque se deberá buscar otras opciones que no sean abortivas, como la adopción etc. debemos dejar el asunto a conciencia de la persona afectada. Existe el peligro de tomar la violación como excusa, y para evitar esto, se debe tomar en cuenta que de no denunciarse inmediatamente, no se podrá justificar el aborto terapéutico, objetándose el tal “supuesto”, por lo cual, se consideraría una excusa falsa para un acto premeditado. Debemos definir claramente que es “violación sexual” y en estos dos puntos no podemos ser dogmáticos. Aquí nos diferenciamos de la posición conservadora de la Iglesia Católica. En cuanto al aborto, el sentir evangélico es el mismo que el de los católicos romanos[3], aunque en la planificación familiar sí tenemos grandes diferencias, ya que la iglesia católica solo acepta el método del ritmo como el único valedero, para regular la maternidad, y la mayoría de los evangélicos dan más libertad al respecto (son menos dogmáticos), dejando éste tema a la conciencia de la pareja, pero estableciendo el criterio de que cualquier método que atente contra la salud o la integridad física de la madre, o la criatura en formación, debe de ser rechazado y condenado, ya que somos templos del Espíritu Santo (2 Cor 3: 16’17, 6:16.). Creemos que desde el momento en que una criatura es concebida, ya forma parte del plan de Dios[4]. Nadie debe talar el derecho a nacer. Dice la Palabra: “Vino pues, palabra de Jehová a mí, diciendo: antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieras te santifiqué, te di por profeta a la naciones” Jeremías 1:4-5. Cuando nacemos formamos parte del plan de Dios, y nadie debe alterar este destino, tan solo el creador puede dar y quitar la vida.
EL MATRIMONIO GAY
La Biblia, la ley, la biología y la estructura social determina la existencia de dos sexos, femenino y masculino. Partiendo de este principio, la iglesia no puede alterar el orden divino para aprobar el matrimonio gay e igualarlo al matrimonio heterosexual.
El mundo ha creado un tercer sexo neutro o mutante. Este es un fenómeno impuesto por los pragmáticos y relativistas del post modernismo, y tiene su raíz más en la filosofía liberal, que en la lógica científica y bíblica. Podemos aceptar las tendencias homosexuales, y respetamos a los que actúen de acuerdo a sus costumbres. La ley puede aprobar la homosexualidad y el matrimonio gay, pero el hecho que la ley lo aprueba, no exime tal conducta de constituirse un pecado señalado claramente en la Biblia. El sistema jurídico puede tolerar, bendecir y apoyar muchas conductas pecaminosas y aceptarlas como «normales», pero a la luz de la Palabra de Dios, tales acciones tienen un nombre «pecado» y este concepto se extiende a las tres grandes religiones monoteístas, como son la judía, la cristiana y la islámica.
Hoy se considera un derecho la relación entre personas del mismo sexo, después se reclama el derecho del genero a tener relación con animales, después con niños que buscan a los adultos, porque definieron de pequeño su género, y por último, se aprueba el vivir y tener relaciones con un cadáver. Hacia esta dimensión nos puede llevar la liberación del género sexual, sin embargo, la iglesia debe apegarse al concepto de la Palabra que determina toda desviación sexual como aberrante, pecaminosa y condenable por Dios
LA POLITICA Y LA IGLESIA
Se hace necesario establecer tres conceptos básicos que definan la posición de la iglesia cristiana frente al estado y la política, principalmente en estos tiempos tormentosos, en donde algunos pastores, olvidando su llamamiento divino, tratan de enrolarse en los negocios de este siglo, sin dejar su función ministerial.
El Estado es el territorio que identifica una nación y establece leyes y políticas para regular la convivencia ciudadana dentro de un régimen de derecho. En el Estado convergen todas las ideologías, creencias y costumbres dentro de un marco legal que regulan la libertad y los deberes del individuo. El diccionario define al Estado como: “denominación que reciben las entidades políticas soberanas sobre un determinado territorio, su conjunto de organizaciones de gobierno y, por extensión, su propio territorio”. Todos los que vivimos en un Estado, por ley, debemos respetar las autoridades establecidas (Romanos 13:1-5) y estas a su vez, deben de actuar con igualdad, sin discriminación de raza, sexo o religión.
La Política a su vez es el aglutinamiento de diferentes tendencias o ideologías dentro de un estado, que por medio electoral, buscan ejercer el gobierno para implementar su ideario político, el cual a su vez, debe estar sujeto a las normativas constitucionales y democráticas. El diccionario define el término política o político como: “Dicho de una persona que interviene en las cosas del gobierno y negocio del Estado”.
La política crea al político. Este busca llegar al poder del Estado para gobernar o legislar desde una perspectiva laica. Laico es el término que define a un estado neutral, en aquellos temas que no sean políticos. En otras palabras, un Estado sin vínculos o pactos religiosos con tal o cual corriente. Hay que tener cuidado, porque el Estado laico debe ser respetuoso de las creencias de sus súbditos, y tener valores, y no convertirse en un Estado profano, que irrespete los principios básicos de su herencia cristiana.
La Iglesia a su vez es el reino de Dios en la tierra y aunque influye en el Estado y la política, sus aspiraciones van más allá de reinar aquí, porque su reino no es de este mundo (Juan 18:36) ya que Jesús enseño que no somos del mundo (Juan 17:16). La Iglesia es por lo tanto (como cuerpo de Cristo), apolítica, o sea, no tiene una definición teológica a favor o en contra de un partido o ideología, aunque sí define y señala los principios morales y éticos que deben regir, pero en todo partido político hay propuestas buenas y malas, hombres buenos y malos.
Un Estado laico y una Iglesia apolítica da libertad a sus miembros para que se adhieran o abrasen cualquier partido o ideología, siempre y cuando no nieguen la fe, ni vinculen lo bíblico con lo político, excepto en la moral y valores cristianos (su estilo de vida). Por otro lado, la Constitución de la Republica del 1982 establece este principio, tanto para el Estado, como para los que ejercen funciones religiosas. Al respecto la carta magna de Honduras dice en el artículo 77: “Se garantiza el ejercicio de todas las religiones y cultos sin preeminencia alguna, siempre que no contravengan la ley y el orden público” y después afirma respecto a lo que ejercen funciones religiosas: “Los ministros de las diversas religiones no podrán ejercer cargos públicos, ni hacer ninguna forma de propaganda política, invocando motivos de religión…”.
Un ciudadano normal, aunque profese una determinada fe, puede aspirar a un puesto político siempre y cuando no politice la iglesia o no sacralice el estado con una determinada confesión. Si un pastor o ministro del evangelio desea entrar en política, deberá abdicar sus funciones ministeriales (no su fe), y actuar como civil, despojándose de la representación eclesial. Entonces podrá obrar como un ciudadano sin vínculos religiosos, por lo que sus acciones serán personales y no eclesiásticas, salvando así el testimonio y la neutralidad de la Iglesia. Entonces al gobernar, o legislar, lo hará para todos los ciudadanos, sin acepción de persona.
Es necesario tomar nota de esto, y entender que las acciones de un pastor o líder religioso en política pueden afectar a toda la iglesia evangélica. Entonces muchos podrán señalarnos como una iglesia alineada con tal o cual tendencia ideológica. La historia revela el peligro que ha causado al evangelio el alineamiento político de líderes religiosos, lo cual ha traído escándalo al evangelio.
Es lógico que ciertas posiciones públicas respecto a lo político limiten nuestras expresiones partidista, aunque sean revelaciones. Todos sabemos que los magistrados, militares y personas con cargo importantes, deben abstenerse de expresar inclinaciones políticas de forma pública. De igual forma, los pastores y sacerdote deben abstenerse de inmiscuirse en política, tomando partido.
¿Por qué debo abstenerme de hablar, si tengo derecho como ciudadano? Porque como ministro del evangelio la Palabra de Dios nos ordena mantener la unidad en el amor entre los hermanos (1 Corintios 16:14, Colosenses 3:14), y a no inmiscuirnos en los negocios de este siglo (2 Timoteo 2:4). Porque debemos, sobre todo, mantener la unidad de la Iglesia (Efesios 4:3), sabiendo que en lo ideológico secular hay muchos hermanos que tienen opiniones diferentes, y la iglesia debe prevalecer, predicar y orar por cualquier gobernante, sea quien sea el que gobierne. Eso lo enseño el Apóstol Pablo, pese a que en su época había una dictadura colonialista que dominaba el mundo (Roma). No aparece en el Nuevo Testamento ninguna declaración de los apóstoles relacionada con los gobierno terrenales y sus sistemas injustos. ¿Por qué? Porque la Iglesia era un reino dentro de otro reino (Juan 18:36).
JUSTICIA SOCIAL
La iglesia no puede darle a espalda a la injustica social, y menos aun, callar ante aquellas medidas que violenten los principios cristianos de libertad y derecho. Como profeta, denunciamos el pecado, y señalamos lo incorrecto, sin inmiscuirnos en política o violencia. La palabra griega cuando se habla de justicia es «krisis» (palabra que al latín pasó como «crisis», y de aquí al español). Jesús la uso para decirle a los fariseos que olvidaron, tanto la justicia con los oprimidos, como el amor a Dios (en este sentido, Lc 11, 42) explotando la fe. Cuando Jesús pide a sus discípulos que sean perfectos como el Padre (Mt 5, 48), en realidad les está pidiendo que sean misericordiosos como Él mismo lo hace (Lc 6, 36; St 5, 11). Este aspecto de la misericordia incluye la capacidad de hacernos prójimos del otro, como en el episodio del buen samaritano (Lc 10, 25-37), o de perdonar. ¿Quién es el prójimo? El próximo. Hacer justicia entonces, es ser compasivos como Dios lo es con nosotros (Mt 18, 23-35) y socorrer al necesitado, siendo desprendido y solidario.
La palabra «justicia» aparece muchas veces en la Biblia, pero va adquiriendo mayores alcances hasta llegar a Jesús. Cuando el Señor nos habla en el Sermón del Monte declara enfáticamente que «Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados» (Mt 5, 6), en este texto está utilizando una palabra (dikaiosyne) que hace parte de toda una terminología en el Nuevo Testamento. La volverá a utilizar para advertir que si nuestra justicia no es más perfecta que la de los fariseos, no entraremos en el Reino de los Cielos (Mt 5, 20), lo cual se mencionará de nuevo más adelante. Con la misma palabra en griego, Pablo nos pide llevar una vida de rectitud (1 Tm 6, 11).
No podemos imponer una justicia social a un mundo dominado por el príncipe de las tinieblas, en donde reina el pecado, pero dentro de la Iglesia y hacia afuera, en nuestra comunidad, debemos ser ejemplo de justicia, la cual se revela cuando amamos al perdido y socorremos al necesitado. También nos compromete para denunciar abiertamente el pecado, aunque este legalizado dentro del sistema social imperante.
PENA DE MUERTE
Este punto es uno de los más controvertido dentro de los problemas ética y social de la Iglesia, porque aunque el evangelio es amor y vida, la Biblia no rechaza ni condena la pena de muerte cuando la misma es ejercida dentro de un sistema judicial, y es más, fue establecida por Dios en el Antiguo Testamento.
Dios prohíbe el tomarse la justicia por su mano. La Biblia establece dentro del sistema judicial judío la pena de muerte en algunos casos puntuales, y por otro lado prohíbe radicalmente el tomarse la justicia por nuestra propia mano, pues uno de los mandamientos dice que «no mataras» (Éxodo 20:13). Sin embargo, lo que en el sentido hebreo se trata de decir es que «no asesinaras», lo que se traduce como «no mataras», pero el fondo es advertir que nadie puede tomándote la justicia por tu mano. Para ello el mismo Dios estableció el principio de que «Mía es la venganza y la retribución;» (Deuteronomio 32:35) y para evitar las acciones personales, determinó un sistema judicial y de tribunales para sancionar a los infractores, estableciendo la pena de muerte en algunos casos (Deuteronomio 23:15 al 24:22), y vemos después de Éxodo 20:13, que en el capitulo 21:12-25 como determina los casos de pena de muerte por medio de un tribunal, pero para ello se debe seguir un proceso con testigos y evidencias. Aunque la pena de muerte no es rechazada por la Biblia, pues Pablo la menciona como un hecho normal en el sistema jurídico romano (Romanos 13:1-5) su implementación en un sistema tan contaminado judicialmente como el nuestro, sería desastroso, porque morirían inocentes, para ocultar a los culpables. En tal situación debemos de abstenernos de apoyarla.
AMOR LIBRE
La enciclopedia wikipedia define el Amor libre como «una expresión utilizada para describir un movimiento social que rechaza el matrimonio, que es visto como una forma de esclavitud social. El objetivo inicial del movimiento fue separar el estado de los asuntos sexuales como el matrimonio, control de la natalidad, y el adulterio. Afirma que esas cuestiones debían preocupar a las personas involucradas, y nadie más» Como podemos ver el amor libre es una rama del anarquismo y el relativismo filosófico moderno que trata de destruir los valores del cristianismo y refleja una filosofía civil libertaria, apoyando la unión libre, o sea júntense y déjense cuando quieran, y en algunos estados europeo gozan de beneficios fiscales, pues al declarar sus impuestos separado obtienen más beneficios.
El fundamento bíblico de la sociedad con principios cristiano descansa en la familia forjada mediante el matrimonio, dentro de un régimen de monogamia y fidelidad conyugal. Aunque el divorcio es un mal social inevitable, debemos mantener el principio de la unidad indisoluble del matrimonio, y rechazar las tendencias neo-liberales del llamado «amor libre» el cual produce fenómenos sociales que afectan a los hijos, ya que tristemente generan el terrible flagelo de la paternidad irresponsable.
Dentro del tema del combate al amor libre, debe descansar el principio del matrimonio responsable, de la formación de la pareja para la formación de los hijos, y de la inminente enseñanza sexual, en donde la castidad es el valor intrínseco previo al matrimonio, como principio bíblico, evitando así la fornicación y el adulterio.
FECUNDACION IN VITRO
Las nuevas tecnologías de la ingeniera genética esta produciendo avances que debemos analizar detenidamente, porque la ciencia está jugando a ser Dios. ¿Qué es la ingeniería genética? «es la tecnología del control y transferencia de ADN de un organismo a otro, lo que posibilita la creación de nuevas especies, la corrección de defectos genéticos y la fabricación de numerosos compuestos»[5]. Dentro de esta ciencia se habla de la clonación y de la manipulación genética, y dentro de estas tecnología, esta la llamada fecundación in vitro.
No es lo mismo usar la ingeniería genérica para jugar con la vida, que para proteger la vida. Lo que hace mala una ciencia es el fin para lo cual se use. Por lo tanto en el caso especifico de la fecundación in vitro, se puede aceptar cuando su fin sea dar vida y no jugar con la misma.
Para aquellos que ignoran el fondo de este tecnología podemos afirmar que la fecundación in vitro es (FIV o IVF por sus siglas en inglés): una técnica por la cual la fecundación de los ovocitos por los espermatozoides se realiza fuera del cuerpo de la madre. La FIV es el principal tratamiento para la esterilidad cuando otros métodos de reproducción asistida no han tenido éxito. El proceso implica el control hormonal del proceso ovulatorio, extrayendo uno o varios ovocitos de los ovarios maternos, para permitir que sean fecundados por espermatozoides en un medio líquido. El ovocito fecundado (que algunos denominan como preembrión) puede entonces ser transferido al útero de la mujer, en vistas a que anide en el útero y continúe su desarrollo hasta el parto»[6]. Cuando el uso tecnológico obedezca a un fin positivo, salud, vida, modificación genética de enfermedades hereditarias etc., debemos aceptarlo, pero no aprobar el juego con la creación de una manipulación genética que altere los factores normales de la vida, creando clones o especies fusionadas en un juego para ser Dios.
“LA EUTANASIA” MUERTE INDUCIDA
¿Tiene derecho el hombre a disponer de la vida cuando considere que su cuerpo está al borde de la muerte y vive en sufrimiento? ¿Tiene derecho la ciencia o el Estado a eliminar a los que están en etapa terminal, o son un estorbo social?. Estas preguntas nacen en una sociedad en donde la falta de principios por un lado y los intereses creados por otros se plantean el dilema de la “eutanasia”.
Esta realidad se ha puesto de moda debido a la tremenda realidad de la proclamación de que “Dios ha muerto” hecha en el 1989 por el profesor Theodore Altizer. Después aparece el Dr. Jack Kevorkian proclamando la eutanasia y ayudando a las personas a morir, convirtiéndose en el “dios” que determina la muerte de un enfermo . Estos hechos han ido abonando el camino para que la eutanasia se convierta en un estilo de conducta social que se está legalizando en muchos países, como por ejemplo Holanda. Antes de analizar el tema debemos, plantearnos el significado del término “eutanasia”.
Esta palabra “eu” y “tanacia” se compone de dos vocablos griegos “eu” que significa “claro o bueno” y “thánatos” que significa “muerte o muerto”. Al unirla el sentido es inducir la muerte para evitar el sufrimiento, provocándola mediante la administración de cierto medicamento. Cuando se comenta la eutanasia, se dice que este método se le aplica a las personas como solución al sufrimiento, pero la enciclopedia afirma que “hay otros medios lo suficientemente eficaces para aliviar los últimos días a cualquier enfermo incurable”[7] sin tener que provocar la muerte para evitar el sufrimiento. Así que ese argumento no es valedero.
¿Qué promueve la eutanasia en nuestro tiempo? La aplicación de la muerte a aquel que lo pida. Existen dos razones básicas para que la misma funcione a nivel legal.
La primera está vinculada a la persona misma o sus familiares. El enfermo desea evadir el sufrimiento de una enfermedad letal, dolorosa o que le lleva a una vida vegetativa[8]. Antes de llegar al punto crítico de la agonía o coma, éste solicita a sus seres queridos o al médico que le produzcan la muerte a través de un procedimiento clínico, para así no sufrir él, ni sus seres queridos. En esta situación se alega el derecho de la personal a no sufrir, y la muerte es como una forma de escapar a una realidad inminente. En los países en donde la eutanasia es legal, como en Holanda, el médico le pone una inyección letal, y así se evita llegar al punto crítico de la etapa terminal.
El segundo caso de eutanasia es la dispuesta por el sistema social, para eliminar a los que ya no tienen solución a su mal y se convierten en una carga pública, social y económica para el Estado. Aquí no solamente se plantea la eliminación de los enfermos terminales, sino también de los ancianos o minusválidos que sean una carga para el erario público.
Las estadísticas de muchos países industrializados, que practicaron una planificación rigurosa de la familia, revelan que su población está en proceso de disminución y envejecimiento, por lo que hay más ancianos que jóvenes. Esto hace que la fuerza productiva de la nación se reduzca, habiendo una descompensación entre jubilados y trabajadores. La tasa de pensionados sobrepasa la capacidad de ingresos de la seguridad social, pues existe por cada cinco personas jubiladas, dos personas jóvenes que trabajan. Al ser más los pensionados que la fuerza productiva, por el decrecimiento poblacional, el colapso económico de los sistemas de seguridad social producirán una bancarrota. Los recursos médicos para atender a tantos ancianos llevaran a una crisis financiera caótica. Si esto es así ¿Cómo resolver el problema? Es ahí cuando entra en escena la idea absurda de producir una eutanasia institucionalizada, para quitar del medio toda carga publica[9]. Eliminando ancianos, enfermos terminales y minusválidos inútiles se logra reducir la carga financiera del sistema.
Esta idea, escondida, pero latente en círculos financieros de las altas esferas, se ha revelado en algunas películas de cine, donde en el mundo del futuro todos tienen derecho a vivir mientras sean productivos, determinando un “dios estado” quienes pueden vivir y quienes deben morir.
LA DISTANASIA: UNA MUERTE DIGNA
Una vez analizada la eutanasia, ahora cabe la pregunta ¿hasta dónde tiene derecho la ciencia médica y los familiares de evitar que una persona se muera cuando su mal ya no tiene remedio. Es ahí cuando aparece lo que algunos llaman “eutanasia pasiva” y yo llamo “distanasia” que significa el derecho a que una persona tenga una muerte digna, no obligándole a mantenerse vivo por medios mecánicos o artificiales.
La palabra “distanasia” es el compuesto del griego “dys” que significa difícil o malo y “thánatos” que es muerte. En algunas enciclopedias se le define como “una muerte lenta y dolorosa[10]”, aunque se puede matizar el dolor, controlándolo, y sí dejar que sea una muerte lenta o natural. En su sentido castellano representa la negación a la evasión de la realidad de la muerte. Significa dejar que la muerte venga por sí solo, de forma natural, como un mal inevitable que debemos de aceptar, pues está en la soberanía de Dios el dar o quitar la vida.
La distanasía es el punto de vista contrario al de la eutanasia. Lo enfocaríamos gráficamente así:
| DISTANASIA | EUTANASIA |
| El derecho al enfermo a que no se le obligue a mantenerse vivo por medio de maquinas o resucitadores artificiales cuando su mal es irreversible y le lleve a un estado de coma o paro cardiaco.Que se le alivie clínicamente los síntomas del dolor y que no se le fuerce a morir a menos que el cuerpo no responda, y la muerte llegue de forma natural.
Qué en caso de esta en comá y dependiendo de una maquina, cuando los médicos dictaminen muerte cerebral, los familiares puedan solicitar que se le desco-necte de las maquina y le dejen morir en paz.
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El derecho a cortar la vida provocando la muerte por medios humanos para evitar que entre en los estados agudos de coma o agonía.Que se evite el dolor produciendo la muerte física.
Qué al estar en coma, aunque haya posibilidad de recuperación, no solo se le desconecta de las maquina, sino inducirle la muerte con alguna inyección letal. |
Debemos diferenciar entre el derecho a que un enfermo muera dignamente, sin que se le fuerce a vivir mecánicamente, a la acción de inducirle la muerte para evitar el sufrimiento, pues en tal situación estamos frente a un suicidio o asesinato.
La medicina se ha vuelto mercantilista. Muchas veces los médicos y hospitales privados mantienen vivo a una persona de forma mecánica para obtener más ganancia. La medicina privada es uno de los negocios más rentable, pues se explota el dolor humano. Mientras que a muchos pobres se les deja morir sin recurrir a ningún recursos tecnológico, los ricos, aunque estén muertos cerebralmente, se les sigue manteniendo vivo de forma artificial, para obtener más ganancias por los servicio prestado, y esto es injusto y poco ético.
¿Hasta dónde tiene derecho la ciencia médica de alargar o quitar la vida? Hasta donde Dios se lo permita. Tanto el médico, como el científico no deberán asumir el papel de Dios. Él debe usar todos sus recursos para el bien humano. Debe luchar porque cada individuo viva dignamente, y a la vez muera de la misma forma. Mientras hay vida y esperanza, debe hacerse todo lo que se pueda para restaurar la salud. Cuando ya nada se pueda hacer, cuando la muerte sea un hecho irreversible, entonces debemos aceptar la derrota, y proporcionarle al enfermo todos los recursos necesarios para que cuando llegue la muerte, este preparado para el encuentro con Dios, y no evitarla ni provocarla, usurpando el papel de Dios.
BIBLIOGRAFIA
1] – Aborto: Acción de expulsar un feto. “Océano Uno Color” Diccionario enciclopédico.
[2] – Se calcula que el 25% de los abortos son espontáneos.
[3] – Dice el “Catecismo de la Iglesia Católica” < La vida humana debe ser respetada y protegida de manera absoluta desde el momento de la concepción> Página 624, Inc 2270. Editorial Image Doubleday, Ney York, 1995.
[4] – Sexo: Lo que debe saber todo joven,,,” Roberto K. Vargas. Sendas de Vida Publicaciones, Co. , 1997.
[5] – Tomado de Wikipedia.
[7] – “Diccionario Enciclopédico Salvat”. Barcelona, España. 1955 .Vol VI, página 492.
[8] – No confundamos eutanasia pasiva que yo llamo distansia y que es no detener la muerte artificialmente con eutanasia activa que es provocarla por medio humanos.
[9] – En países como en Perú se descubrió que para frenar la superpoblación organismo internacionales en combinación con el gobierno esterilizaron a mujeres indígenas sin información ni permisos de ella. Si se ha hecho para frenar la superpoblación ¿qué no harán para equilibrar sus descompensación?
[10]– Enciclopedia Universal Sopena, Vol 3 página 2852.

