“Me maravillo de que tan pronto hayáis abandonado al que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente; que en realidad no es otro evangelio, sólo que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Pero si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciara otro evangelio contrario al que os hemos anunciado, sea anatema. Como hemos dicho antes, también repito ahora: Si alguno os anuncia un evangelio contrario al que recibisteis, sea anatema”. Gálatas 1:6-9.
La palabra ecumenismo deriva del griego oikouemene, que significa “lugar habitado por la humanidad”. Este término fue usado en el imperio romano para referirse a la totalidad de las tierras conquistadas. Dentro del ámbito cristiano, la palabra ha sido usada más bien para referirse a un movimiento emprendido por diversas iglesias, con la intención de unificar las diferentes denominaciones cristianas; y algunos más liberales han querido unir diferentes religiones en un mismo movimiento ecuménico.
A simple vista, el ecumenismo presentaría aparentes ventajas. Pero las consecuencias serían tan devastadoras que los posibles beneficios se esfumarían rápidamente. El problema ha estado en que las iglesias interesadas en crear tal movimiento han tratado de enfatizar una unión en base al amor de Cristo, pero a expensas de la verdad. Lo que queremos decir con esto es que diferentes denominaciones cristianas, enfatizando exclusivamente el llamado a amarnos unos a otros, y dejando a un lado verdades cardinales de la fe, han intentado crear alianzas estratégicas de trabajo entre personas que a veces difieren enormemente en lo que creen. Algunas iglesias y/o denominaciones que se han desviado de manera significativa de la verdad han pretendido unirse con otras de corte ortodoxo, bajo una misma sombrilla, lo cual es una imposibilidad.
Si bien es cierto que Cristo oró en Juan 17:21, horas antes de su crucifixión, “para que todos sean uno. Como tú, oh Padre, estás en mí y yo en ti…“, no es menos cierto que Cristo no estaba pretendiendo con eso unir a los cristianos a expensas de lo que es su verdad. En esa misma oración, en Juan 17:17, Cristo dijo: “Santifícalos en la verdad; tu palabra es verdad”. De manera que para lograr una verdadera unificación de las iglesias tendríamos primero que ponernos de acuerdo primordialmente en lo que es la verdad.
El movimiento ecuménico ha logrado avanzar basado en un liberalismo, donde cualquiera que profese ser cristiano pudiera formar parte del mismo y ser aceptado, sin sentirse juzgado por nadie. Estamos de acuerdo con que no debemos vivir juzgando al otro, pero es la Palabra que juzga nuestras acciones. Y cuando la Palabra de Dios descalifica a un grupo para ser llamado cristiano por haber abandonado la verdad, entonces no podemos estrechar los lazos con aquellas personas que dicen ser discípulos de Cristo sin abrazar Su verdad. El apóstol Pablo lo explicó muy claramente en Gálatas 1:6-9:
“Me maravillo de que tan pronto hayáis abandonado al que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente; que en realidad no es otro evangelio, sólo que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Pero si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciara otro evangelio contrario al que os hemos anunciado, sea anatema. Como hemos dicho antes, también repito ahora: Si alguno os anuncia un evangelio contrario al que recibisteis, sea anatema”.
M.N.


Para muchos cristianos en el mundo sera muy difícil apartarse de las tradiciones familiares si no se tiene una verdadera revelación de la palabra,el ecumenismo se trasladara directamente a los hogares con las respectivas consecuencias,muchas de las familias en latinoamérica sufren un ataque masivo de desinformacion ,no existe una autoridad moral de nuestros dirigentes……..la corrupción a todo nivel a llenado de muchos vacíos la vida diaria de cada miembro en la familia y buscan mejorar su vida espiritual tomando cada uno una opción diferente(que se amolde a su conveniencia)el papa,el pastor,el maestro,los ancianos,el satanista,darán cada uno una idea diferente que al final en pos de la unidad familiar se respetara lo que cada uno quiera adorar…..Dios nos libre y tenga misericordia de nosotros y nos de la fortaleza para poder actuar con sabiduria y convicción frente a los desafíos que representan las ideas del ecumenismo y su nuevo orden mundial
Gálatas : 5: 16 – 22