Mario E. Fumero
El gobierno del Presidente Nicolás Maduro se encuentra en una situación muy conflictiva, y sin sabiduría para manejar la diplomacia, dando muestra de una gran vulgaridad al arremeter contra el máximo representante de la OEA, Luis Almagro al decirle, de forma grosera, «que se podía meter la carta democrática por donde le cupiera», mostrando un nivel muy bajo de ética, así como un alto nivel de vulgaridad, propia del agentes sin educación y dominio propio. Esto demuestra que Maduro está desesperado y dando manotada de ahogado.
Tristemente estamos siendo participe de la forma más baja en que un gobernante, desesperado por un mar de problemas, afronta de forma incoherente una actitud prepotente, que lo coloca en una posición de dictador, más que de gobernante democrático y coherente a la realidad nacional.
La hermana república venezolana, rica en recursos naturales, se debate en una situación evidentemente caótica en todos los aspectos de la sociedad. Ocupa los primeros lugares en delincuencia y criminalidad en América Latina. Afronta una de las inflaciones más grandes del mundo, y la gente se muere porque en las farmacias no hay medicamentos. Las colas para conseguir los productos básicos de la canasta son tremendas. Todos los economistas afirman que el país estaba en quiebra económica, pese a las grandes riquezas petroleras que tiene. Sin embargo, el poder ejecutivo no quiere reconocer su fracaso económico, ni tampoco quiere dialogar con la oposición, culpando de todos los males existentes a la ultraderecha, al imperialismo y la supuesta guerra económica que vive el país.
La única forma de evitar la confrontación es a través del diálogo. Todo diálogo tiene que ser horizontal, poniendo sobre la mesa los problemas reales, y no los intereses personales o partidistas. El Presidente Maduro muestra su incapacidad de dialogar, al radicalizar su posición y tratará a los que no comparten su criterio como traidor, instrumentos del imperialismo y enemigos de la patria. Quizás el concepto mental de Maduro es que todos el que se opone a la dialéctica del difunto Chaves, es un traidora la patria, pero sobre las ideologías políticas, están los bienes comunes de la sociedad. Si el pueblo está contento con el socialismo del siglo XXI, no hay que temerle a un plebiscito ni a un referéndum, pues sabemos en la democracia, el poder está en la opinión de la mayoría.
Es preocupante lo que está pasando en Venezuela, porque la salida a los problemas internos no está sino en la expresión del pueblo a través de las urnas. Los golpes de estado no son una salida saludable a los problemas, pues dentro de la constitución, y de la carta democrática, hay fórmulas para poder salir de los atolladeros, sin tener que acudir a la ruptura del orden constitucional mediante golpes de estados, o invasiones extranjeras.
Es necesario que todo el pueblo de Dios en América Latina interceda en oración para que haya una salida pacífica, coherente y constitucional a la sería situación que viven nuestros hermanos venezolanos. Orar por el presidente Maduro para que tenga ecuanimidad y sabiduría en lo que hace y lo que dice. Oremos para que esta división caótica, que confrontan las personas en esta nación, no terminen en muerte o violencia, así como en el establecimiento de una dictadura que pueda romper el orden constitucional, en el cual se fundamenta la democracia en los países latinoamericano
mariofumero@hotmail.com


De acuerdo con usted. Me gustaría también que escribiera acerca de la problemática de Honduras, quiero saber su opinión respecto a la reelección, muchas gracias.
Honduras va por ese camino
Alta corrupcion en las esferas gubernamentales, Pais mas pobre, corrupto y violento del Mundo y con un dictador llamado JOH