EL ABORTO Y LA POSICIÓN EVANGÉLICA

Mario E. Fumero

Estamos debatiendo en Honduras la legalización del aborto, y preguntó: ¿Saben Uds. Que actualmente mueren en un año más niños abortados de forma criminal, que todos los muertos habidos en las dos guerras mundiales que se dieron en el presente siglo XX?[1] Este horrendo genocidio infantil es una de las vergüenzas más grandes del mundo moderno, y todo por dar lugar a unos principios llamados “el derechos de la mujer sobre su cuerpo”, el cual anula otro derecho sagrado como es “el de la vida”.

El aborto[2] puede ser natural o espontáneo, cuando por causas biológicas, y sin desearlo, la madre pierde a su hijo[3]. Tal situación, al ser involuntaria, se cataloga natural, pues no se usó ningún método externo para provocarlo, sino que fue el producto de una causa fisiológica. Después tenemos el aborto inducido o criminal, practicado terapéuticamente, el cual es un crimen porque interrumpe la maternidad, apelando al método destructivo de la criatura en los primeros meses de embarazo. Tanto la madre, como el médico que ejecutan el hecho, cometen un atentado cruento contra el mandamiento que dice “NO MATARÁS” o en versión original “NO ASESINARÁS”.

                Para justificarlo tal acción se emplean la excusa de que la mujer tiene derecho sobre su cuerpo, y aunque pueden haber hechos muy puntuales que lo puedan respaldar, en la mayoría de los casos tal acción legal no tiene justificación. Se trata de esgrimir varios argumentos para legalizarlo jurídicamente, tales como; “un embarazo no deseado”, “el no desear ser madre soltera”, “la falta de capacidad para ser madre”, “la vergüenza de una fornicación y el rechazo familiar o social”, “la justificación de haber sido violada”, etc. Estas son algunas de las excusas para establecer esta legislación. Ya es común que en muchos países, la puerta está abierta para la ejecución del aborto indiscriminado, según el capricho de la madre, sin existir para ello una causa lógica.

                El respeto a la vida nos lleva a condenar el aborto desde una perspectiva ética y teológica. Actualmente el 98% las iglesias evangélicas estamos en un mismo sentir al respecto. Creemos que la vida es un don de Dios, y la maternidad un regalo maravilloso que debemos respetar (Salmo 139:13-16). La iglesia evangélica, por regla General, ha presentado una actitud combativa frente a las nuevas leyes liberales que tratan de justificar y legalizar lo incorrecto, para ello tenemos un rotundo ¡NO!, al aborto.

Sin embargo, existe una discrepancia teológica respecto al uso de aborto clínico en dos situaciones de excepción, como son;

                1°- Por cualquier situación de peligro en la madre, o que haya una deformación fetal. En tal caso, se deja al matrimonio en libertad para tomar una decisión, no considerándose condenable tal aborto en situaciones como estas, siempre y cuando existan pruebas tangibles de ello.

                2°- En caso de violación sexual, siempre y cuando la violación haya sido ejecutada por la fuerza, y reportada inmediatamente de su ejecución, por lo que se actuará de forma inmediata, usando los procedimientos clínicos que eviten el embarazo. Esto nos debe llevar a buscar otras opciones cuando la denuncia es tardía y la cual no debe ser abortiva, como dar el niñ@ en adopción, etc. En estos casos señalados debemos dejar el asunto a conciencia de las personas afectadas. Existe el peligro de tomar la violación como excusa, para justificar el crimen, y debemos tomar en cuenta que, de no denunciarse inmediatamente una violación, no se podrá justificar el aborto posterior, objetándose el tal “supuesto”. Es común usar excusas falsas para justificar indiscriminadamente un aborto, tal hecho es un acto premeditado.

                Debemos definir claramente qué es “violación sexual”, y en estos dos puntos no podemos ser dogmáticos. Aquí quizás nos diferenciamos un poco de la posición conservadora de la Iglesia Católica, pero siempre mantenemos el concepto del peligro al dejar una puerta abierta, para que se usen falsos argumentos que justifiquen un crimen. De manera que una ley liberal en el plano del aborto sería un crimen, y por lo tanto, los que lo aprueben atentan contra lo ordenado por Dios porque “LA VIDA ES SAGRADA”, y nadie tiene derecho a quitarla por ninguna razón.

 mariofumero@hotmail.com

http://www.contralaapostasia.com

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[1] – Sabemos que los organismos internacionales estiman que cada año cincuenta millones de niños no llegan a ver la luz por causa del aborto; de ellos, la mitad perecen bajo el amparo de las leyes abortivas. El aborto en el mundo causa hoy, en un año, casi tantas víctimas como la II Guerra Mundial. Los datos también indican que unas veinte mil mujeres pueden fallecer en el mundo por las consecuencias negativas que para la salud de la madre se derivan del aborto. En Europa se producen anualmente trece millones de abortos. En España unos setenta mil. En España y en Europa el aborto ha pasado a ser la primera causa de defunción.

https://www.aciprensa.com/aborto/datos.htm

[2]-Aborto: Acción de expulsar un feto. “Océano Uno Color” Diccionario enciclopédico.

[3] -Se calcula que el 25% de los abortos son espontáneos.

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Este es un espacio para compartir temas relacionados con la apostasia en la cual la Iglesia del Señor esta cayendo estrepitosamente y queremos que los interesados en unirse a este esfuerzo lo manifiesten y asi poder intercambiar por medio de esa pagina temas relación con las tendencias apostatas existentes en nuestro mundo cristiano.
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1 Response to EL ABORTO Y LA POSICIÓN EVANGÉLICA

  1. Avatar de Don Jorge Don Jorge dice:

    ¿Es o no es pecado el aborto inducido?
    Sí; el aborto inducido, seguro ( quirúrgico) o inseguro (clandestino) es pecado cuando es provocado por decisión de los cónyuges.
    En cambio, cuando es espontáneo, y cuando es terapéutico con intención de salvar una vida, el aborto no es pecado. No lo es por la sencilla razón de que en la Biblia no existe mandamiento que diga: No abortarás.

    Pero si esto es así ¿por qué entonces es pecado cuando es por decisión de los cónyuges?
    En este caso lo es porque a los cónyuges, varón y hembra, al igual que a todas las especies fue dicho: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra…

    Cuando un hombre -o una mujer- decide evitar el proceso de reproducción, sea por vía del aborto o por medios anticonceptivos, está desobedeciendo un mandamiento. Desobediencia a Dios es pecado de muerte.
    Un ejemplo vívido de evitar el embarazo por medios anticonceptivos lo encontramos en Ge. 38:9-10, cuando Onán, hijo de Judá, se negó a dar descendencia a su hermano: Onán se negó a fecundar la mujer de su hermano muerto porque sabía que el hijo de ésta no sería primogénito suyo, sino de su hermano; por lo que decidió recurrir al más antiguo de los medios anticonceptivos … cuando se llegaba a la mujer de su hermano, vertía en tierra … es decir, evitaba el embarazo, lo cual equivale a provocar el aborto; desobedeciendo de esa manera la ley de Dios: Dar descendencia a su hermano. Esto … desagradó en ojos de Jehová… y a él también le quitó la vida.

    Ahora, alguien dirá: el Señor también dijo: No matarás.
    Con el aborto inducido por prescripción médica también se mata una criatura; ¿no significa esto desobediencia a Dios?
    En primer lugar, el aborto, sea espontáneo o inducido, no conlleva muerte de una criatura; el Señor lo dice bien claro:
    “Si algunos riñeren, e hirieren a mujer embarazada, y ésta abortare, pero sin haber muerte, serán penados conforme a lo que les impusiere el marido de la mujer y juzgaren los jueces.
    Mas si hubiere muerte, entonces pagarás vida por vida” (Éxodo AT).

    Las iglesias y organizaciones antiabortistas prefieren no mencionar estos versículos debido a que no pueden -o se resisten- explicar el aborto sin haber muerte o el aborto cuando hubiere muerte según lo dice la Biblia.

    -… e hirieren a mujer embarazada, y ésta abortare, pero sin haber muerte- (La Biblia).

    Aborto- Interrupción del embarazo por causas naturales o provocadas. (Diccionario de la lengua).

    Como se puede ver: en ninguna de las definiciones (Biblia y diccionario) la palabra aborto implica muerte. Sin haber muerte no se refiere al feto.
    Y cuando más adelante dice: Mas si hubiere muerte… se refiere a la mujer embarazada cuya muerte fuere causada por el aborto; por lo cual dice: … entonces pagarás vida por vida.
    Es decir: Causaste el aborto que ocasionó la muerte a una mujer embarazada; pagarás con tu vida por su vida.

    También dice -La Biblia- que los que … hirieren a mujer embarazada, y ésta abortare … serán penados conforme a lo que … juzgaren los jueces.
    Y el señor Jesucristo lo confirma cuando dice:

    “Dad a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios.” (Marcos NT).

    Lo cual indica que la decisión de si el aborto será penado como delito o no, deberá ser tomada por el congreso o por los tribunales de cada país.
    Es decir, la iglesia Católica, por ejemplo, puede -en el nombre del señor Jesucristo- prohibir el divorcio entre los miembros de su feligresía; pero no puede exigir, en el nombre de Dios, que los juzgados o tribunales fallen en contra del divorcio.
    De la misma manera, los feligreses (católicos o protestantes) pueden, como ciudadanos de un país, exigir ante los tribunales que se penalice el aborto; pero no deberán hacerlo, como Iglesia, en el nombre de Dios.
    Porque los tribunales son “de César” y la Iglesia es de Dios.

    *****

    En segundo lugar, el señor Jesucristo autoriza el aborto inducido por prescripción (terapéutico) cuando se trata de salvar una vida humana. Cabe aclarar que el aborto inducido quirúrgicamente no equivale a aborto terapéutico, pues en el primer caso la decisión puede ser tomada por uno o ambos cónyuges con el único fin de evitar el nacimiento de un ser humano. En el segundo caso la decisión es tomada categóricamente por un médico.

    Ahora, respecto al embarazo: Después de la fecundación, el óvulo (huevo o cigoto) se traslada al útero en el quinto o sexto día, dando comienzo a la primera etapa del embrión, llamado ahora blastocito el cual, una vez en el útero, se divide en dos partes: Un conjunto de estas células se convertirán en el feto y el otro se convertirá en la placenta que se adhiere a la pared del útero de la madre; comenzando así la unión del feto y la madre que proporciona nutrientes al feto a través del cordón umbilical. La unión física entre feto y madre se romperá a los 15 ó 20 minutos de nacida la criatura; pero mientras permanece en el vientre, el feto forma parte del cuerpo de la mujer.
    En el evagelio de San Marcos el señor Jesucristo nos autoriza, de ser necesario, cortar partes de nuestro cuerpo:
    “Si tu mano te fuere ocasión de caer, córtala;”
    “Y si tu pie te fuere ocasión de caer, córtalo;”
    “Y si tu ojo te fuere ocasión de caer, sácalo;”

    Si tu apéndice pudiera ocasionarte la muerte, córtalo.

    Y si tu embarazo puede ocasionarte la muerte, interrúmpelo: córtalo, saca de ti esa parte de tu cuerpo.

    En el nombre de nuestro señor Jesucristo de quien son el Reino, la majestad y la Gloria ahora y por los siglos de los siglos; eternamente. Amèn.
    -Todas estas cosas las veo y las toco, pero no sè encontrar las palabras convenientes para expresar lo que querrìa decir. Lo que he dicho, lo siento obrar dentro de mì espiritualmente.- [Sta] Catalina de Gènova.

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