“… De gracia de recibisteis, dad de gracia” Mateo 10:8
Hay muchas formas y motivos para diezmar u ofrendar. Podemos dar con el propósito de obtener un beneficio, en tal caso lo hacemos por interés. Podemos dar para cumplir una obligación, en el caso lo que hacemos es para pagar los impuestos, y podemos dar como una expresión gratitud, en este caso, no hay ni intereses, ni estamos pagando un impuesto, sino que estamos expresando gratitud.
Una de la triste realidades de muchas iglesias evangélicas, es que se le han dado tanta importancia al “dar y pedir dinero” que muchas veces llegan al extremo de mercantilizar el evangelio, y satanizar al que no dé lo que se le demanda. Es por ello que muchos están mirando a la iglesia como un negocio, porqué cuando el mensaje y el propósito gira en torno al dinero, automáticamente estamos dando lugar a que muchos piensen que los que predicamos la Palabra de Dios mercadeamos con ella, lo cual es prohibido por el apóstol Pablo (2 Corintio 2:17),
El dar es expresión de gratitud, y no se debe de hacerlo por obligación, ni con tristeza, porque “Dios bendice al dador alegre” (2 Corintios 9:7). Nada de lo que Dios da, se compra ni se vende, es por ello que se usa la palabra “gracia” qué significa “no cuesta nada”. Así que debemos dar con gozo aquello que recibimos de gracia, y por gracia debemos de darlo.


