
“Los mercaderes de la fe son muy osados de unos decenios a esta parte. Es señal del fin de los tiempos”
Mario E. Fumero
2 Pedro 2:3 “y por avaricia harán mercadería de vosotros, con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme”.
La palabra “mercadear” significa hacer negocio, vender un producto, ponerle precio a aquello que quiero ofertar. Actualmente las ofertas del mercado se han tecnificado, se habla incluso de una carrera universitaria en que se le enseña a los vendedores y comerciantes fórmulas para ser más efectivo su trabajo, denominada “mercadotecnia”.
En la versión de Reina Valera del 1960 se registra el término “medrar” (2 Corintios 2:17) lo cuan indica en la versión 1909 como “hacer negocio”. El apóstol Pedro expone la tendencia de que muchos tomarán el evangelio para hacer mercadería, arrastrados por la avaricia. En nuestros tiempos este es un fenómeno evangélico muy proliferado, razón por lo cual se usan diferentes técnicas desde los púlpitos, para motivas y presionar a la gente para que ofrende y diezme, de una forma muchas veces impositiva, chantajista y hasta extorsionadora.
Muchos falsos ministros le ponen precio al mensaje y a las enseñanzas evangélicas. Otros hacen del arte y la música una completa de mercadotecnia, de por lo cual, tristemente, muchas iglesias se convierte más en un teatro, que en una comunidad de santos, que se unen para ayudar al necesitado y proclamar el evangelio de Jesucristo.
En la técnica para explotar la fe se usa expresiones sutiles, para engañar al incauto creyente. El apóstol Pedro afirmó que con “palabra fingidas” harán negocio de vosotros. Debemos tener discernimiento para poder detectar cuando se está usando sutilezas, para hacer del mensaje evangelio, un negocio, en vez de un compromiso que nos mueva para ayudar al necesitado.

