Mario E. Fumero
Proverbio_11:2 “Cuando viene la soberbia, viene también la deshonra; Pero la sabiduría está con los humildes”.
La megalomanía es una condición psicopatológica que se caracteriza por una fantasía delirante de poder y superioridad a los demás. Esto aparece como consecuencia de una autoestima inflada, la cual es originada por la soberbia.
Para convertirse en megalómano, se requiere primero encubar el orgulloso y después la soberbia, añadiéndole a ello, la presunción. ¿Qué es presunción? Es la idea de ser mejor que los demás, y presumir de saber más que todos. Estos males producen enfermedades psíquicas y las mismas son engendradas por la soberbia. ¿Pero cuál es el antídoto para evitar que la soberbia nos enferme? Es aprender a ser manso y humilde de corazón (Mate0 11:29). Es por ello que el proverbio dice que la sabiduría lleva al hombre a la humildad, mientras que la arrogancia y la presunción los lleva a la deshonra.
La soberbia esta enquistada en nuestra naturaleza, y para poder dominarla necesitamos aprender a negarnos a nosotros mismo (Mateo 16:24), crucificando el “yo” con Cristo (Gálatas 2:20) y no teniendo un concepto muy elevado de nosotros mismos (Romanos 12:3), porque de ello emanan muchos problemas que nos pueden enfermar y convertir en un megalómano.

