Juan_13:15 «Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis».
Uno de los factores más importante para que nuestra fe sea creíble ante el mundo, no son las lindas palabras que decimos, que ni lo bien que hablamos, que ni la cantidad de Biblia que sepamos, sino la vida que vivamos.
Como dice el dibujo adjunto, las palabras pueden convencer y persuadir, pero el ejemplo puede arrastrar e impactará a las personas. No hay nada más terrible dentro del cristianismo que no respaldar con nuestros hechos y vidas, lo que proclamamos con nuestras bocas. Es fácil hablar de unidad, amor, perdón, entrega y sacrificio, pero es difícil reflejar esto con nuestros hechos en nuestro diario vivir, pero ello es lo que evidencia la realidad de Cristo en nosotros, porque de lo contrario, nuestras palabras, por más verdad que contengan, no podrán transformar al hombre, porque entre el dicho y el hecho, que hay mucho trecho.
El divino Maestro afirmó que más que sermones, él nos dio ejemplo, o será, todo lo que dijo lo practicaba y lo vivía, por eso le ordeno a su discípulo que imitaran su ejemplo. El apóstol San Juan en una de sus epístolas dice que el que permanece en el, que debe andar como el anduvo (1 Juan 2:6), y esto no es sólo saber, sino vivir, porque somos cartas escritas no con tinta, que si no con el espíritu del Dios vivo (2 Corintio 3:2-3).

