Josué 24:24 “Y el pueblo respondió á Josué: A Jehová nuestro Dios serviremos, y á su voz obedeceremos”.
En varias ocasiones Josué tuvo que confrontar al pueblo con la decisión respecto a quién debería de servir, porque en ellos siempre estaba latente el deseo en la idolatría, la cual la habían aprendido mientras estuvieron cautivo en Egipto. Fueron las grandes decisiones, tanto de Moisés como de Josué, la que le Dios la victoria en su peregrinar por el desierto hasta poseer la tierra prometida.
Hoy nosotros también tenemos que enfrentar grandes decisiones, de la cual depende nuestro futuro, pero existen tres de ellas que son vitales para poder alcanzar la felicidad y la victoria en la finca cristiana.
La primera decisión, y la más importante, es reconocer que somos un pecador, y que necesitamos ser redimidos mediante el reconocimiento del señorío de Cristo nuestras vidas (Romanos 3:23).
La segunda decisión más grande que debemos emprender es que vamos a estudiar o que vamos a hacer en el futuro. Debemos descubrir nuestra vocación y la forma de ganarnos la vida honestamente, sirviendo a Dios ya los demás.
La tercera gran decisión que tenemos que tomar es el formar una familia, porque si fracasamos en el matrimonio, no sólo echamos por la borda nuestra felicidad, sino que podemos marcar la vida de nuestros hijos, porque ellos sufrirán las consecuencia de nuestros fracaso matrimonial.
Después hay otras muchas decisiones secundarias, pero de las más importantes depende nuestro futuro terrenal y espiritual, y para ello debemos buscar y servir a Dios, y escuchar su voz a la hora de tomar cualquiera de estas tres trascendentales decisiones en nuestras vidas.


