Una serpiente entró en un taller de carpintería, y al arrastrarse, pasó por encima de una serrucho, y quedó ligeramente herida, apartándose del mismo.
De un momento a otro, al ver que estaba herida decidió regresar y con toda su furia, mordió el serrucho; y, al hacerlo quedó gravemente herida en la boca. Fue entonces, sin entender lo que estaba sucediendo, y pensando que el serrucho estaba atacándola fuertemente, ella decidió instintivamente rodearlo para sofocarlo, técnica común en ciertas serpientes, y con todo su cuerpo comenzó a presionarlo, exprimiéndolo con todas sus fuerzas, pero terminó asesinándose ella a sí misma.
Esta historia tiene una moraleja.
A veces cuando somos presa del enojo, reaccionamos con ira para herir a aquellos que nos han perjudicado, pero después de todo, y con el tiempo, nos damos cuenta de que nos estamos lastimando a nosotros mismos, y quedamos emocionalmente destruidos.
En la vida a veces es mejor ignorar situaciones, ignorar a las personas, ignorar sus comportamientos y hasta sus palabras. Las personas dicen y hacen muchas cosas, pero tú decides si te afectan o No !!
Hay que saber elegir que batallas queremos pelear pero no todas valen la pena.

