(Del libro de Mario Fumero La Cultura del Condon»
Mario E. Fumero
Es bueno despejar las mentiras en torno a la “cultura del condón”. Este método no ofrece un 100% de seguridad en cuanto al contagio de ETS. Estadísticas manejadas en Europa y Estados Unidos revelan que existe un 30 % de posibilidades de que algunos condones fallen, se rompan y produzcan contagio. Su fiabilidad, por lo tanto, no es tan segura como se afirma[1].
Si visitamos alguna vez las salas de enfermos de SIDA, encontraremos que unos altos índices de estos pacientes se contagiaron usando condones. Hay varios factores que pueden producir fallas en estos plásticos, entre ellos está su caducidad, fallas de fabricación, mala instalación del mismo, movimientos bruscos, mal manejo del condón, contracciones fuertes en la vagina de la mujer, y otras muchas causas más. Dependiendo de la calidad del condón, las posibilidades de fallas pueden alcanzar hasta un 50 %. Esto quiere decir que en unos 100 actos sexuales se puede cometer fallas en los condones hasta en un 30%, por lo tanto, éstos siempre ofrecen un riesgo. ¿Por qué no se dice esto en las campañas preventivas promocionadas por la prensa, radio y televisión? Afirmar que los condones son “un medio seguro para no contagiarse del SIDA” es una verdad a medias, con otra mentira a medias. Esta campaña es deshonesta y engañosa, máxime cuando a veces se reparten condones vencidos lo que aumenta el riesgo hasta un 60%.quinos se esconden en tan absurda propaganda? ¿Se estará promoviendo con ello las industrias transnacionales de preservativos? No deseo que piensen que estoy totalmente en contra del uso del condón como medio profiláctico y de planificación familiar en algunos casos. Considero que aquellos que viven una vida sexual desordenada o promiscua, el uso de condón, con todo y riesgos, es una medida sabia, pues más vale algo que nada. Si no vives en el orden de Dios, si deseas fornicar o adulterar con desconocidos (das), usa el condón. Si deseas planificar la familia y no quieres un hijo por ahora, usa el condón. Esta opción es mejor que la esterilización, el uso de medicamentos o el aborto criminal. Pero promover en niños y jóvenes el hacer el amor, confiando en un condón, es una falacia y un grave error.
A la juventud hay que enseñarle una sexualidad ordenada, sana y con principios correctos[2]. No debemos alentarlos a jugar al sexo, como se hace con las campañas actuales. No debemos presentarle una verdad a medias, sabiendo que pueden cometer errores mortales.
El condón es para los enfermos, depravados, desordenados o los casados con deseos de planificar la familia, pero no para la nueva generación que entra a una vida sexual activa. Nuestros niños y adolescentes necesitan una educación sexual con valores, control, dominio y temor de Dios, sabiendo que las imprudencias se pagan carísimamente.
Defendamos nuestros derechos a una educación sexual cristiana y no nos dejemos engañar por las manipulaciones publicitarias que hacen aparecer como bueno lo que es malo.
CONTINUARA
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[1] – Has Sex Educatión Failed our Tennagers” A Research Report. Focus of the Family, 1990.
[2] – “La Sexualidad del Cristiano” Mario E. Fumero. Producciones Peniel, Honduras, 1997.


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