Mario E. Fumero
No podemos negar que detrás de la ideología de género hay una fuerte agenda y presión internacional por todos los medios, para obligar a los países pequeños a imponer esta ideología que es contraria a su herencia cultural y a sus valores tradicionales.
Esta agenda impositiva, que ya es una dictadura, es conocida como la ideología de género, en donde los gustos y atracciones se convierten en disposiciones jurídicas, y cuando alguien la objeta, se le califica como sexofóbico, desfasado, anticuado o que hacer una apología al odio, para silenciarlo, perseguirlo y hasta encarcelarlos, pero la pregunta que nos podemos hacer es: ¿Quiénes financian y se esconde detrás de esta agenda que controla las Naciones Unidas, Hollywood, los medios de comunicación y las grandes esferas mundiales?
No cabe duda que detrás de ello están los grandes medios de comunicación los cuales forman parte de esta conspiración contracultural. La lista la encabeza la CNN, propiedad del magnate Ted Turner, el New York Times, Reuters, CBS, The Economist, The Washington Post, US News and World report, The Observer, la BBC, Wall Street Journal, Financial Times, Die Zeit, la cadena alemana DW, el London Times y medios pequeños que son comprados con publicidad, y que deben patrocinar esta ideología. También tenemos las cadenas de streaming como HBO, Netflix, Amazon o Disney, qué trata de adoctrinar a los niños desde temprana edad en la ideología LGTBQ. También esta ideología se propaga fácilmente por medio de muchas redes sociales, tales como Google, Facebook, Twitter o Apple las cuales han abrazado los códigos de la ideología de género, y en alguna de ellas, hasta han llegado al extremo de ejercer la censura a las opiniones contrarias.
Pero detrás de todos ellos hay otros poderes tremendos, las grandes empresas que se han adherido a la promoción estas ideologías en sus anuncios, como la Coca Cola, Pepsi Cola, Starbucks, Nike; American Express, Bank of America, Pfizer, AT&T (American Telephone and Telegraph) y un larguísimo etc, los cuales han incluido en su publicidad los estereotipos de la ideología de género.
Pero los que más han invertido para patrocinar esta agenda a nivel mundial, y que proceden del ámbito privado, se encuentran las poderosas fundaciones y multinacionales Planned Parenthood, la Fundación de Soros, Open Society, que ha dedicados más de 18.000 millones de dólares a la causa de la ideología del género y de la planificación de la natalidad. También en este campo se encuentra la Fundación Rockefeller, la Fundación Ford, la Fundación Bill & Melinda Gates, la Fundación MacNamara o la “Out on the Street”, que agrupa importantes brokers de Walt Street y cuyo fin es cambiar los esquemas de valores del mundo, e incluso reducir la población mundial por medio del aborto, el matrimonio igualitario, el diseño de arma biológica, y el control de la población mundial mediante el efecto del cambio climático, a fin de generar una hambruna, que justifique todas las medidas propuestas en la agenda 2030.
Pero no solo planifican una conspiración para imponer la ideología del género, sino que dentro de sus planes figura la destrucción de todas las religiones teístas, considerándose como un estorbo para alcanzar algunos objetivos, como es el sometimiento de toda la humanidad a una cultura global, que prepara el camino para un líder mundial, el cual se proclamará como dios, cumpliéndose así la palabra en 2 de Tesalonicenses 2:3-4 que dice “No os engañe nadie en ninguna manera; porque no vendrá sin que venga antes la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, Oponiéndose, y levantándose contra todo lo que se llama Dios, ó que se adora; tanto que se asiente en el templo de Dios como Dios, haciéndose parecer Dios” y se declara al cristianismo y las religiones judías e islámicas, y que creen en Dios, como promotoras del odio, al oponerse a la instalación de la cultura del pecado como norma de conducta. Esto ya está tramado y fraguado, por lo que vendrán tiempos difíciles, para lo cual los cristianos tenemos que estar preparados, porque indudablemente que por mantener la moral y los valores tradicionales, seremos perseguidos, cumpliéndose así la Palabra del Señor.


