LA INFLUENCIA DE LAS MADRES EN SUS HIJOS

 Yanet Mesa de Carreño

 “Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, y no abandones la enseñanza de tu madre; porque guirnalda de gracia son para tu cabeza,  

y collares para tu cuello.” (Proverbios 1:8-9) 

Cuando mi hija era pequeña, con frecuencia podía observarla jugar y en medio de su disfrute, mientras armaba su casita o simulaba preparar la cena, como en un espejo, podía verme reflejada. Como parte de su juego, preparaba la mesa, organizaba las muñecas y hasta las disciplinaba con las mismas palabras, gestos y el tono, “como mamá”. Es probable que esta sea una experiencia común en las familias, y aunque es divertido y típico, nos permite reflexionar sobre nuestro nivel de influencia y el poder del ejemplo. 

¿En qué áreas ejerce una madre influencia sobre sus hijos? 

CREACIÓN DE HÁBITOS SALUDABLES 

Desde los primeros años nuestros hijos nos observan y van aprendiendo qué debe hacerse y cómo. ¿Cómo organiza mamá sus quehaceres? ¿Qué tiempo dedica a la oración? ¿Cómo cuida de su cuerpo físico como regalo de Dios? En este aspecto no solo modelamos y nuestros hijos aprenden por imitación, sino que, al crear rutinas en el hogar, proporcionar estructura, disciplina y orden, entrenamos en límites y les brindamos una plataforma de seguridad y buenos hábitos para la vida. 

MODELAMOS EL MANEJO DE LAS EMOCIONES 

Durante la crianza somos puestas a prueba. Nuestra paciencia, nuestra dependencia de Dios, nuestra confianza en su amor y su control sobre toda circunstancia, es trabajada mientras lidiamos con el enojo, las rabietas, el llanto desconsolado y el egoísmo propio de nuestros niños. ¿Cómo respondo cuando mi hijo me desafía? ¿Cómo participo cuando entre los hermanos tienen conflictos? La forma en la que rindo mi propio pecado y modelo un control razonable, piadoso, no egoísta, sobre mis propias emociones de enojo y frustración, permite que mi hijo aprenda que se puede estar enojado sin dañar, y que se puede experimentar tristeza, pero confiando en la bondad de Dios, sin perder la esperanza. 

INFLUENCIAMOS EN SU ESQUEMA DE VALORES 

Es en el hogar donde aprendemos las motivaciones correctas o incorrectas. Cuando hago lo que hago, ¿qué me mueve? Si trabajo fuera o dentro de casa, ¿lo hago porque deseo colaborar con la vida de la familia o porque busco mi propio pedestal de gloria? ¿Busco con ansias honrar a Dios primero, aún cuando esto implique un costo para los estándares del mundo? Si celebro buenas notas o logros en mis hijos… ¿lo hago con un corazón humilde, agradecido de estas dádivas no merecidas, o muestro sus logros como si fueran mi premio personal y alimento mi orgullo? Nuestros hijos pueden percibir, aun sin que se pronuncie en palabras, cual es el esquema de valores que guía nuestra conducta, y lo absorberán sin darse cuenta, mientras van creciendo. Harán aquello que nos ven hacer, no lo que les decimos que es lo correcto.   

Colaboramos en abonar el terreno de su corazón, modelando a Cristo 

“He aquí, don del SEÑOR son los hijos; y recompensa es el fruto del vientre. Como flechas en la mano del guerrero, así son los hijos tenidos en la juventud.” (Salmo 127:3-4) 

Como madres tenemos la responsabilidad de apoyar en el trazado de la ruta desde el corazón de nuestros hijos hasta apuntar a Cristo. ¿Cómo? Cada pecado que descubrimos brinda ocasión para trabajar en su carácter, mostrarles la gracia perdonadora que nos salva, nos restaura, y nos brinda nuevas misericordias cada día. Cada error nuestro, un chance de pedir perdón y restaurar la relación. Cada situación de duda o dificultad es una puerta abierta para recordarles que Dios es bueno, está en control y puede darnos discernimiento. Cada enfermedad una ventana de oportunidad para fomentar la dependencia de Él.  

No podemos cumplir con este llamado, llenar este rol, a distancia. Debemos estar presentes, formar parte activa de su vida en cada etapa, construyendo puentes de comunicación y confianza, de manera que su corazón permanezca abierto y dispuesto. Sin vínculo, sin presencia, otras personas y otros medios tendrán mayor peso, y las oportunidades no podrán ser aprovechadas.  

Nuestros hijos están en medio de una batalla campal, dentro de un mundo que busca tener poder sobre sus mentes y desviarlos, como flechas perdidas que no llegan al blanco. ¿Qué haremos? ¿Estamos siendo madres de influencia? ¿Aguantamos la tensión del arco y apuntamos a nuestros hijos hacia Cristo? 

Acerca de unidoscontralaapostasia

Este es un espacio para compartir temas relacionados con la apostasia en la cual la Iglesia del Señor esta cayendo estrepitosamente y queremos que los interesados en unirse a este esfuerzo lo manifiesten y asi poder intercambiar por medio de esa pagina temas relación con las tendencias apostatas existentes en nuestro mundo cristiano.
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