Mario E. Fumero
Según la agente a 2030 hay una planeación que propone grandes cambios sociales en todas las áreas de las naciones. Entre los grandes cambios que se proponen a nivel mundial se incluye en los primeros 4 puntos de esta agenda el establecimiento de una dictadura del pensamiento. ¿Qué quiero decir con esto? Que las personas no podrán pensar diferente a lo establecido por el nuevo Orden Mundial, en donde no podremos evitar la imposición de vacuna, ni criticar ciertas medidas respecto a la ideología del género, así como regular la libertad de culto y de expresión, lo cual se combatirá con el epíteto de que cualquier discrepancia al orden establecido por la élite mundial se va a considerar una “apología al odio”, y bajo este esquema, sufriremos no sólo censura, sino también persecución.
Ya está en acción esta realidad en algunos países del mundo en donde se ha impuesto la dictadura ideológica. Una muestra de ello lo tenemos en Canadá, con el caso del psicólogo Jordán Peterson, el cual fue llevado a los tribunal canadiense de Ontario debido a algunos comentarios que él realizó en sus redes sociales, especialmente en X (antes Twitter) en donde criticó la extirpación de los pechos de Ellen Page, al buscar un cambio de género, catalogando tal acción como acto criminal del médico, por lo cual fue llevado a los tribunales. En otra ocasión, Jordán criticó en la revista Sports Illustrated un artículo de una modelo pasada de peso. Que aparecía en su portada del mes de mayo, y afirmó que: «Lo siento. No es guapa. Y ninguna tolerancia autoritaria va a cambiar eso».
Este prestigioso profesor y psicólogo fue sentenciado a tomar clases de inclusión social, si no quería perder su licencia médica. En unas declaraciones vertidas a los medios de comunicación Peterson declaró que; «Si crees que tienes derecho a la libertad de expresión en Canadá, estás delirando» ratificando la dictadura de pensamiento existente en esta nación. Hoy día cualquier opinión contraria a la establecida por los organismos internacionales, ya sea contra la vacuna del COVID, o contra la ideología del género, puede ser causa, en algunos países de multa, encarcelamiento, y censura en muchas de las redes sociales.
Actualmente se discute en algún organismo de la Naciones Unidas la implementación de normas que prohíban los mensajes cristianos contra ciertos pecados, o conductas, que ya forman parte del bagaje jurídico de algunas naciones, bajo la amenaza de censura, clausura o encarcelamiento. Quiere decir que la iglesia cristiana, si predica contra algunas acciones pecaminosas, que hoy ya son normas de conductas sociales, podrán sufrir las consecuencias de esta dictadura del pensamiento.
De igual forma la OMS quiere establecer un tratado impositivo sobre las pandemias a nivel mundial, en donde se tratará de imponer por medio impositivo, no sólo las vacunas experimentales, sino muchas restricciones que podrían alterar o violentar la soberanía nacional de los pueblos.
Debemos estar alerta, y defender la libertad de conciencia, y sobre todo la libertad de expresión, siempre y cuando la misma, no envuelva desinformación o calumnia. Las ideas se pueden combatir y defender, pero nunca se puede anular o imponer, porque el derecho a pensar libremente es un derecho fundamental para poder vivir en un sistema en donde seamos libres de forma integral.
Unidos Contra la Apostasía 
Las vacunas no son experimentales. Son asesinas. Ya están más que experimentadas.