Mario E. Fumero
(Tomado del Libro “un futuro decepcionante”)
Aunque la política debe buscar el bien común para una convivencia social, dentro de un esquema democrático, tristemente la realidad política de los países latinoamericanos es decepcionante, porque la corrupción a carcomido todos los valores democráticos, creando las condiciones para vivir bajo dictaduras de izquierdas y de derecha, las cuales son un engendro de la doctrina maquiavélica.
¿QUÉ ES EL MAQUIAVELISMO?
Para poder entender lo que es la política maquiavélica, tenemos que conocer su origen y preguntarnos ¿Quién fue Nicolai Maquiavelo? Fue un diplomático, escritor, filósofo, político y funcionario de origen italiano, considerado el padre de la Ciencia Política Moderna, siendo una figura relevante del Renacimiento italiano, que ha influido grandemente en la realidad de los gobiernos latinoamericanos. En 1513 escribió su tratado de doctrina política titulado “El príncipe”, publicado en 1532 en Roma. En él se registra las técnicas que han arropado la mayoría de los políticos modernos, principalmente en los países en donde ha prevalecido las dictaduras y los gobiernos hegemónicos y populista[1].
EL ORIGEN DEL POPULISMO
¿Pero que es el populismo? Es un término peyorativo, que hace referencia a la existencia de gobiernos que adoptan medidas populares destinadas a ganar la simpatía de la población, particularmente si estas poseen derecho al voto, a costa de tomar medidas contrarias al estado democrático, mediante ofertas y prebendas. El término “populismo” se remonta a la palabra latina «populus», que significa «el pueblo». En la actualidad, se entiende por populismo un estilo determinado de hacer política. Sin embargo, no existe una definición precisa o uniforme, aunque tiene una fuerte carga de antivalores, pues a menudo se utiliza en debates públicos como especie de «argumento asesino», para tratar de desautorizar las opiniones contrarias, sin embargo, el arma más esgrimida por los gobiernos impositivos es endeudar al estado, para conquistan al pueblo mediante políticas de ayudas, con las cuales compran sus conciencias, y endeudan al país con préstamos, creando un paternalismo que produce más pobreza, en vez de reducirla, acrecentando la dependencia a un estado “dadivoso”.
El populismo tiene gran contenido de la doctrina maquiavélica. En sus escritos Maquiavelo propone que los gobernantes, o príncipes, deben ser más temido que amados, ya que cuanto más temor le tengan sus súbditos al gobernante, más beneficios pudieran obtener, llegando a firmar que los gobernantes no deben preocuparse que los acusen de ser cruel, si con esto mantienen al pueblo sumiso y unido bajo lo designio de su propuesta política. Como el amar depende de la voluntad de los hombres, y el temer de la voluntad del líder, un líder debe apoyarse en lo propio, y no en lo ajeno, pero siempre teniendo cuidado de no ganarse el odio.
LA DOCTRINA DE MAQUIAVELO
En las enseñanzas de Maquiavelo expone que lo importante de un líder no son sus virtudes, sino que su inteligencia debe sea capaz de adaptarse a las circunstancias, aunque para ello tenga que dar promesas que no se puedan cumplir. Dentro del maquiavelismo es más importante, que abrazar un partido, el mantenerse neutral, y no importa lo que hagamos para alcanzar el poder, porque, al fin y al cabo, “el fin justifica los medios”[2], siendo esta la frase más prominente de Maquiavelo, y la cual ha sido abrazada por las grandes dictaduras del siglo IXX y XX.
Una de las reglas que rara vez falla en el andamiaje político de Latinoamérica es el principio de Maquiavelo al decir que: «El que ayuda a otro a hacerse poderoso, causa su propia ruina; porque es natural que el que se ha vuelto poderoso, recele de la misma astucia o de la misma fuerza de quien le ayudó a hacerse poderoso” lo cual ha dado origen a la lucha de poder, los golpes de estado, y los sistemas totalitarios que actualmente dominan en varios países latinoamericanos, unos con el matiz de democracia y otros con un supuesto socialismo que restringe las libertades y promueve el populismo.
Frente a este sombrío panorama, los cristianos tienen que plantearse cómo actuar y definirse frente a una democracia endeble, donde la corrupción y el poder absoluto amenaza la convivencia. No podrá existir una verdadera democracia sino contamos con dos elementos imprescindibles para que la misma funcione bien, que son; la educación, y los valores morales y cívicos.
Es por ello que la mejor aliada del populismo y de las dictaduras es la ignorancia y la pobreza mental, con la cual nos pueden manipular y convertir en un esclavo de un sistema dominado, tanto por los poderes políticos, cómo por los poderes económicos, qué tras bastidores imponen y promueven los esquemas de antivalores, que hoy prevalecen en nuestras naciones.
[1]–Strauss (1987, p. 297): «Maquiavelo es el único pensador político cuyo nombre se ha hecho de uso común para designar un tipo de política, que existe y seguirá existiendo independientemente de su influencia, una política guiada exclusivamente por consideraciones de conveniencia, que utiliza «todos los medios, justos o asquerosos, hierro o veneno, para lograr sus fines, su fin es el engrandecimiento del país o la patria de uno, pero también el uso de la patria al servicio del auto engrandecimiento del político o estadista o del partido»» (traducción libre)
[2]-Muchos han atribuido esta frase a Nicolás Maquiavelo en su obra El Príncipe, publicada en 1532 en el capítulo XVIII, en donde el autor defiende la imposición de cualquier teoría o plan político por parte del gobernante para permanecer en el poder ante cualquier incidencia.


