Mario E. Fumero

(Tomado del Libro “Un Futuro Decepcionante”)

          Actualmente tenemos una realidad política latinoamericana frustrante, y lo que es peor, una iglesia evangélica que en algunos países ha tomado un camino equivocado, creyedo que por medio de la política, puede transformar los esquemas corruptos de la sociedad, lo cual ha conducido a la iglesia al descrédito y pérdida de la autoridad espiritual como profeta, para poder señalar lo inmoral que en todo gobierno siempre se ha manifestado.

EL PANORAMA POLÍTICO EN AMÉRICA LATINA

          La realidad política de Latinoamérica muestra un panorama de corrupción galopante en todas las áreas de la sociedad, incluyendo incluso en algunas iglesias evangélicas. Es por ello que debemos considerar importante preparar a las futuras generaciones de cristianos para que se mantenga alejado de involucrarse en política, a fin de no caer en las malas costumbres de sus predecesores, y responder a las necesidades de la sociedad como enseñanzas fundamentadas en la Palabra[1], actuando como profeta, y defendiendo valores, sin mezclarnos o inmiscuirnos en otros asuntos ajenos al reino de Dios. 

          Es triste pensar que el cristianismo evangélico en América se ha involucrado en la política. Los resultados de dicha participación son desalentadores, y están ligados a una serie de errores sistemáticos que marcan un mal precedente para el involucramiento de los cristianos en el futuro. Hemos perdido la perspectiva de ser “sal y luz de la tierra”[2], para convertirnos en cómplice de la corrupción imperante, porque es imposible, caminar haciéndole el juego a los políticos y mantenernos íntegros. Yo comparo la participación de los cristianos en política, como el hecho de estar vestido de blanco, y caminar por un pantano, sin mancharnos la ropa.

EL PELIGRO DE JUGAR A LA POLÍTICA

          No existe nada más peligroso en el quehacer de la iglesia que creer que por medio de la participación política podemos contrarrestar el pecado imperante en la sociedad, pues esta idea es completamente utópica,  lo dijo G. José Gatis en su estudio de teoría política de Juan Calvino, destacando una idea muy importante: “Calvino vio tanto a la Iglesia y al Estado, unidos por el propósito supremo de contrarrestar el mal, pero separados por una membrana porosa: una membrana que separa sus respectivas funciones en sus esferas, una centrándose en lo espiritual, y la otra en lo temporal”[3], algo que es completamente imposible, ya que no hay un cambio de estilo de vida y  corazón, si no alcanzamos un cambio personal y vivencial. Es por ello que la Biblia nos llama a Nacer de Nuevo[4], lo que envuelve una dimensión espiritual que va más allá de lo natural.

LA HISTORIASE REPITE

La historia es una gran maestra, si los evangélicos la estudiáramos detenidamente, no repetiríamos los errores que cometió el cristianismo cuando, bajo la influencia del imperio romano, comenzó la iglesia a alinearse y asociarse con los poderes dominantes, naciendo la Iglesia Católica Apostólica y Romana que, en la Edad Media, sometió el poder político al carácter divino del papa, y a los dictámenes del clero. Durante este periodo aumento el poder de la iglesia sobre el Estado, y los escritores cristianos reflexionaron sobre el sometimiento de la sociedad política al origen divino de la Iglesia. San Agustín, por ejemplo, se refiere en «La ciudad de Dios» como el modelo de sociedad terrenal que debe estar inspirada en lo divino. Otros autores destacados, como Tomás de Aquino, aseguro la importancia del sometimiento político a la intervención divina de Roma.

A finales de la Edad Media, entrado el siglo XV, aparecen críticas sobre la excesiva vinculación entre el poder civil y el religioso. Entre los críticos de las excesivas potestades papales en la vida política se destacan Guillermo de Occam, Marsilio de Padua y Nicolás de Cusa, lo que produjo el renacimiento y la reforma protestante, encabezada por Martín Lutero en Alemania, gracias a lo cual la hegemonía religiosa sobre el estado se fue anulando[5].

Cuando el cristianismo se politizo, la imposición religiosa anuló la libertad de conciencia, dando paso a hechos brutales que dejaron huellas negativas en la historia del cristianismo, cómo la corrupción de la Iglesia al vender indulgencias, bulas y puestos de obispos y cardenales, así como el inicio de las cruzadas sangrientas[6], para imponer el cristianismo en tierras supuestamente paganas, y el establecimiento de la Santa Inquisición en los países dominados por el catolicismo[7], cuyo fin era exterminar a judíos, musulmanes y protestantes que no aceptaban los dogmas de la Iglesia romana.

Pese a todo lo anteriormente señalado, tristemente la iglesia en nuestros tiempos está cometiendo los mismos errores del pasado en algunos países, al hacerle el juego a los gobiernos de turno, cayendo incautamente en la trampa diabólica, para llevarle a la corrupción

[1]– 1 Corintios 10:24 “Ninguno busque su propio bien, sino el del otro”

[2]-Mateo 5:13-14“Vosotros sois la sal de la tierra: y si la sal se desva–neciere ¿con qué será salada? no vale más para nada, sino para ser echada fuera y hollada de los hombres. Vosotros sois la luz del mundo: una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder”.

[3]-https://cimientoestable.org/files/La_Teoria_Politica_de_Juan_Calvino.pdf

[4]– Juan 3:6-7 “Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer otra vez”.

[5]-En los siglos XV y XVI aparece un movimiento cultural denominado El Renacimiento, que dio origen a la reforma protestante.

[6]-Las Cruzadas fueron una serie de guerras religiosas impulsadas por la Iglesia católica en Plena Edad Media. Dichas campañas militares tenían como objetivo declarado recuperar para la Cristiandad la región de Oriente Próximo conocida como Tierra Santa, la cual se encontraba bajo el dominio del islam desde el siglo VII. Wikipedia

^[7]-Se conoce como Santa Inquisición a una serie de  procedimientos judiciales depen-dientes de la Iglesia católica o de clérigos al servicio de gobiernos seculares que surgieron en Europa en la Edad Media y la Edad Moderna. Su función era, perseguir y condenar de herejía a los contrario a la iglesia dominante mediante interrogatorios, torturas y otras técnicas crueles, hasta quemarlos vivo. El término “inquisición” proviene del latín “inquisitio”, que alude a la acción de inquirir, es decir, examinar detenidamente algo.