ACEPCIÓN DE PERSONA

“Hermanos míos, que vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin acepción de personas” Santiago 2:1

Mario E. Fumero

          Nuestra sociedad está dividida en castas, razas o niveles sociales. Existen pobres, ricos, negros, blancos, mulatos, liberales, conservadores, sabios, necios, etc. Cada vez la raza humana se divide, y como consecuencia de ello se discrimina y se hace acepción de personas creándose desniveles sociales.

          ¿Qué quiere decir Santiago cuando dice que nos conduzcamos sin “acepción de personas”? Está estableciendo el criterio de la “no discriminación”, con lo cual cumplimos el mandato de Jesucristo que ordenó; “no juzguemos a las personas según la apariencia, sino con justo juicio” (Juan 7:24). Tristemente somos propensos a discriminar a los seres humanos por su apariencia, situación económica u origen de procedencia. Tales conductas son contrarias a las enseñanzas del Evangelio.

          Hoy día encontramos iglesias para ricos y para pobres, para blancos y negros, para cubanos y portorriqueños etc. Muchos cristianos que dicen ser salvos miran con desprecio a aquellos que están perdidos y hundidos en la miseria, y en la delincuencia. Tristemente tenemos un doble discurso, predicamos un amor incondicional, y Segregamos a los que no proceden de nuestra casta social.

          Muchos líderes religiosos van detrás de aquellos que tienen dinero, despreciando al que no tiene nada. Se olvidan del pobre y necesitado para ir detrás del poderoso y hacendado. Estas conductas dentro de la iglesia hacen escarnio a los principios del evangelio, principalmente de las enseñanzas de Santiago que nos enseña: Hermanos míos, que vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin acepción de personas. Porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro y con ropa espléndida, y también entra un pobre con vestido andrajoso, y miráis con agrado al que trae la ropa espléndida y le decís: Siéntate tú aquí en buen lugar; y decís al pobre: Estate tú allí en pie, o siéntate aquí bajo mi estrado; ¿no hacéis distinciones entre vosotros mismos, y venís a ser jueces con malos pensamientos? Santiago 2:1-4.

          No valemos por lo que tenemos o sabemos, ni por la raza o nacionalidad, sino por lo que Cristo ha hecho en la cruz del Calvario, porque para Dios todos somos iguales, y no nos juzgará por lo que aparentamos, sino por la forma en que vivimos.

Avatar de Desconocido

About unidoscontralaapostasia

Este es un espacio para compartir temas relacionados con la apostasia en la cual la Iglesia del Señor esta cayendo estrepitosamente y queremos que los interesados en unirse a este esfuerzo lo manifiesten y asi poder intercambiar por medio de esa pagina temas relación con las tendencias apostatas existentes en nuestro mundo cristiano.
Esta entrada fue publicada en Ecepción, Mario Fumero. Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.