ESTEMOS ATENTOS PARA NO CAER EN LA ENVIDIA

GALATAS 5:21 dice: “envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios”. 

La envidia es UNO DE LOS FRUTOS DE LA CARNE, es el sentimiento de pesar, molestia, ira, incomodidad, o enojo, ante lo que se considera prosperidad, éxito, o el bien que ha alcanzado, o que posee, otra, u otras personas, es decir, el desagrado o molestia producidos en alguien ante esa prosperidad, éxito, o el bien ajeno, tanto en lo material, como en el área espiritual. Procede del latín invadía, que deriva de invidere (in-, ‘hacia dentro’ y videre, ‘ver’). Así, se asocia a «mal de ojo», y «mirar mal». Cuando la envidia se generaliza como un rasgo de personalidad, la persona que la siente es llamada: envidiosa.

Es uno de los pecados más sutiles y difíciles de poderlo reconocer, ya que muchas veces se esconde, o se disfraza y aparenta ser una actitud de admiración, exhortación, recomendación, crítica constructiva, sugerencia, o consejo, sobre algunas circunstancias, hechos, o situaciones que produjeron, o producen ese éxito ajeno, y de cómo debe disfrutarlo esa persona, comunidad, congregación o País, porque también hay envidia colectiva.

Muchas veces se envidian la prosperidad, bienestar, o éxito que lo son a la vista materialista del ser humano, pero que no proviene de Dios, ya que han sido alcanzados ya sea infringiendo las Leyes del hombre y de Dios, o cometiendo otros pecados que quizá no penalizan las Leyes del hombre, pero sí las de Dios, por lo cual la palabra del Señor nos advierte que no envidiemos al impío cuando prospera:

Proverbios 24: 1) “No tengas envidia de los hombres malos, Ni desees estar con ellos; 2) Porque su corazón piensa en robar, e iniquidad hablan sus labios”. La palabra del Señor nos advierte de evitar caer en la envidia, que además de matar nuestra alma, también puede producir enfermedades físicas y mentales derivadas del pesar, tristeza, ira, enojo y deseo de los bienes, o la prosperidad material y espiritual de otro, y vemos como el primer homicidio ocurrido qué producto de la ENVIDIA y celos que provocó en CAIN,  ver que la ofrenda de su hermano era agradable a Dios, y la de él no, y eso lo movió a matar a su hermano ABEL, por lo que debemos de ser muy cuidadosos, cautelosos, y estar pendientes para detectar, y no permitir que la envidia y sus compañeras, se enseñoreen de nosotros y nos posean.

GENESIS 4:4-7: “Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda; 5) pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante. 6) Entonces Jehová dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado (irritado, enfurecido, molesto), y por qué ha decaído tu semblante? 7) Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él”. Que lo que te motive a procurar y seguir el ejemplo de éxito de otros, no sea la envidia, sino el amor y el deseo de servir y agradar a Dios, ¡y al prójimo!

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Este es un espacio para compartir temas relacionados con la apostasia en la cual la Iglesia del Señor esta cayendo estrepitosamente y queremos que los interesados en unirse a este esfuerzo lo manifiesten y asi poder intercambiar por medio de esa pagina temas relación con las tendencias apostatas existentes en nuestro mundo cristiano.
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