Héctor Maradiaga
Proverbios 25:28 “Como ciudad sin defensa y sin murallas es quien no sabe dominarse.”
CERROJOS EN MI LENGUA: Ponemos cerrojo a nuestra casa, llave al escritorio, clave secreta a nuestro celular, alarma a nuestro carro, pero nunca reparamos en cuidar la seguridad de nuestros labios.
PECAMOS DE IMPRUDENCIA: Salmo 141:3 “Señor, ponme en la boca un centinela; un guardia a la puerta de mis labios” El sabio piensa lo que dice y el necio dice lo que piensa. Hay una corta distancia entre lo que pienso y lo que digo. Si no me disciplino en pensar antes de hablar, me veré envuelto en situaciones en las que tenga que pedir perdón a diario. ¿Es ese tu caso? Si tu lengua te mete en problemas, necesitas un guardia para tus labios. Quien no mide sus palabras es de carácter débil. Incontrolable.
SOMETE TU TEMPERAMENTO: Proverbios 25:2 “Como ciudad sin defensa y sin murallas es quien no sabe dominarse.” ¿Sabes? Hay tantas víctimas del maltrato verbal tendidas a la vera del camino. El abuso verbal es mucho peor que el físico y hay palabras, dice la Biblia, que son como golpes de espada.
¿Cómo asegurarme que no ofenderé con mis palabras a nadie? Con un control interior y efectivo, como una alarma instalada que se activa antes de hablar, el Espíritu Santo operando desde adentro. ¿Lo tienes? Salmo 141:3 «Pon guarda a mi boca, oh Jehová; Guarda la puerta de mis labios» Confiesa tu debilidad a Dios y pídele sabiduría para actuar, vivir y hablar sabiamente. ¡Por una sana salud mental “ ORACIÓN “Señor, ayúdame a cuidar lo que digo con mi boca, quiero construir y no destruir