Por Mungandi Mubita

AQUÍ HAY UN RETO, los diezmeros vengan a desafiar la palabra de Dios aquí, vengan a defender su DOCTRINA DEL DIEZMO.

El versículo citado con mayor frecuencia en apoyo del diezmo es del Antiguo Testamento, que se encuentra en Malaquías 3:8-10:

» 8 ¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas. 9 Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado. 10 Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.»

Muchos predicadores acortan Malaquías 3:8-10 simplemente “Traed todo el diezmo al alfolí”, y casi siempre con la inferencia de que su «iglesia» es el “alfolí”. Para los propósitos de este artículo, me concentrare en el pasaje: “Traed todo el diezmo al alfolí, para que haya alimento en mi casa”. A partir de ese pasaje, el Señor me hizo investigar varias preguntas:

1) ¿Qué es el diezmo?

2) ¿Para qué servía el diezmo?

3) ¿Qué es el almacén?

1) ¿Qué es el diezmo? El diezmo es el 10% del aumento, establecido en Levítico 27:30-33 como ofrenda Santa al Señor. La Escritura identifica el diezmo como grano y fruta, ganado y rebaño. ¡El diezmo es comida! Un ejemplo del diezmo se puede ver en un pastor con un rebaño de 100 ovejas que es bendecido con el nacimiento de 50 corderos en la primavera. Cinco de los corderos deben ofrecerse al Señor como diezmo. El diezmo se llevaba al templo de Jerusalén en reconocimiento y aprecio por la provisión de Dios para su pueblo.

2) ¿Para qué servía el diezmo? Dios no necesita la comida; Dios no come. Dios no desea sacrificios ni ofrendas (Salmo 40:6 y Oseas 6:6): desea misericordia. Dios no necesita que le demos una décima parte de todo – cuando Él ya es dueño de todo ( Salmo 24:1 y Job 41:11b ). El diezmo se usaba para alimentar a los sacerdotes levitas (y sus familias) que debían trabajar en el templo día y noche ministrando a Dios en nombre del pueblo de Dios (1 Crónicas 9:33). Sin el diezmo, los sacerdotes levitas habrían tenido que cultivar sus propios alimentos, impidiéndoles así ministrar ante Dios. De ahí la referencia en Malaquías 3:10 “…para que haya alimento en mi casa”. Nehemías 13:10-13 registra una época en la que los sacerdotes levitas no recibían el diezmo y abandonaron sus responsabilidades diarias en el templo para trabajar en las granjas y alimentar a sus familias. La referencia a «robar a Dios» en Malaquías 3:8 es, de hecho, robarle a Dios el ministerio y la adoración al no cuidar de sus sacerdotes mediante el diezmo de los alimentos. A diferencia de las otras tribus de Israel a quienes se les dio tierra como herencia, a los levitas no se les dio ninguna tierra, solo unas pocas ciudades para vivir. Dios era su herencia (Números 18:20-21). Por lo tanto, las tribus restantes estaban obligadas a proporcionar alimentos a los levitas, ya que no tenían tierra para cultivar la suya propia.

3) ¿Qué es el alfoli o almacén? 2 Crónicas 31 enseña que el almacén es el Templo en Jerusalén. Cuando se restableció el diezmo bajo el rey Ezequías, el rey dio órdenes de preparar almacenes en el templo para guardar el diezmo. Al parecer, el “diezmo” del grano se amontonaba en las calles, lo que provocó una especie de atasco de tráfico. El rey Ezequías hizo construir el almacén para aliviar un caso grave de congestión urbana en la antigua Jerusalén.

Habiendo establecido el propósito original del diezmo, podemos hacer varias preguntas más.

P: “¿Qué pasó con el templo (almacén)?”

R: Fue destruido en el año 70 d.C. y no ha sido reconstruido.

P: «¿Por qué?»

R: El sistema del antiguo pacto de sacrificio de animales para expiar el pecado ha terminado. El nuevo pacto está en la sangre de Cristo, quien es el sacrificio final y eterno por el pecado.

P: “¿Dónde está el templo ahora?”

R: 1 Corintios 6:19 dice que NOSOTROS somos templo del Espíritu Santo. Dios ya no reside en un templo de piedra, sino en el corazón de sus hijos a través del Espíritu Santo.

P: “¿Qué pasó con los sacerdotes levitas?”

R: El sacerdocio levita ya no es necesario ya que el sistema del antiguo pacto de sacrificio de animales en el templo fue reemplazado por el pacto eterno de la sangre de Cristo.

P: “¿Quién es el sacerdocio ahora?”

R: 1 Pedro 2:5 y 9 dice que aquellos que han recibido a Jesús como Señor y Salvador son el sacerdocio real. ¡Nosotros somos el verdadero sacerdocio!

DESCONTEXTUALIZACIÓN Y REINTERPRETACIÓN MODERNA DEL DIEZMO

¿Vamos entendiendo? Vamos diezmeros, hagamos el giro. Cargar a la iglesia, el Cuerpo de Cristo con el diezmo requiere varios giros y reinterpretaciones de las Escrituras.

1) El diezmo debe ser importado de la ley de Moisés en el Antiguo Testamento al nuevo pacto de gracia por la sangre de Cristo.

2) El diezmo debe redefinirse de “rebaños, manadas, frutas y granos” a “dinero” y, a menudo, “tiempo”.

3) El almacén debe ser redefinido desde el templo en Jerusalén hasta el edificio de la iglesia local.

4) El Cuerpo de Cristo debe aceptar al clero y pastores «ordenados» como el nuevo sacerdocio, reemplazando así al sacerdocio levita como el destinatario legítimo del diezmo.

5) El Cuerpo de Cristo debe renunciar a su propio sacerdocio y aceptar la noción de que ahora son “diezmeros”.

MANIPULACIÓN Y EXTORSIÓN

El diezmo ha sido introducido al Cuerpo de Cristo usando 2 tácticas del enemigo.

1) Sembrar culpa y vergüenza en el Cuerpo de Cristo citando Malaquías 3:8 “¿Robará el hombre a Dios? Sin embargo, me robas. Pero vosotros preguntáis: “¿Cómo os robamos?” En diezmos y ofrendas”. ¿Qué cristiano devoto quiere robarle a Dios? El efecto neto de sembrar culpa ha sido extorsionar al Cuerpo de Cristo, robándole así el gozo y la bendición de dar según Dios dirige. La práctica ignora las instrucciones de Pablo a la iglesia de Corinto: “Cada uno dé según lo que ha decidido en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al dador alegre (2 Corintios 9:7)”.

2) Culpar a los “diezmeros” por los problemas financieros del Cuerpo de Cristo, diciéndole al Cuerpo que no son bendecidos por Dios porque no diezman. A menudo se enfatiza en Malaquías 3:10: “Pruébame en esto, dice el Señor Todopoderoso, y ved si no abro las compuertas del cielo y derramaré tanta bendición que sobre vosotros no tendréis lugar suficiente para ella”. Al hacerlo, los creyentes son desafiados a diezmar, con la promesa de que Dios los bendecirá si lo hacen. Dar así no es por amor a Dios, sino por egoísmo. Implica una recompensa por las obras, lo que contradice Efesios 2:8-9, e ignora por completo nuestra condición de hijos de Dios por la fe en Cristo (Gálatas 3:26) y coherederos de Dios con Cristo (Romanos 8:17). La práctica también ignora las palabras de Cristo en Mateo 4:7 “No tentaréis al Señor vuestro Dios”.