Mario E. Fumero
La tecnología ofrece muchas ventajas, ya que la misma puede adelantar la información Principalmente cuando nos referimos a eventos electorales, simplificando todas las operaciones, y sobre todo, nos puede ayudar a poder manejar los datos de forma instantánea, pero también puede ser manipulada y prestarse para el fraude, ya que los hacker pueden manejar a su antojo los algoritmos para establecer las pautas de manipular la información, adulterandola, y estos es técnicamente posible cuando todo depende de las máquinas.
Actualmente se ha afirmado que tanto en los Estados Unidos, como en algunos países que apoyan sus procesos electorales en métodos tecnológicos, se han producido fraudes y alteraciones de los resultados. Un hecho muy importante y que ha trascendido a nivel internacional es el fraude ejecutado en Venezuela, donde el presidente Maduro se proclamó vencedor sin que hubiese una información detallada de las votaciones por regiones y mesas electorales.
Parece que se está planteando los peligros que envuelve el hecho de confiar ciegamente en la tecnología, para efectuar elecciones democráticas en los países latinoamericano. El sistema antiguo quedó obsoleto debido a que al tener que contar boletas electorales, los escrutinios se demoraba varios días, y en algunos casos hasta semanas, pero con la tecnología, se eliminó este obstáculo, haciendo posible que el mismo día, una vez cerrada la urnas, se pueda dictaminar quién es el ganador, pero esto deja muchas dudas y peligros, pues en caso de reclamos, no podemos verificar que el voto fue un fraude, al no haber una documentación que lo respalde, y segundo, los hacker pueden fácilmente manipular los algoritmos para inclinar la balanza hacia el lado que los poderes dominantes determinan.
Todo lo tecnológico y virtual puede ser manipulado, por lo que la verdad puede distorsionarse. Debido a ello, debemos usar la tecnología electoral moderna, sin ignorar el sistema antiguo, que, aunque parece obsoleto, lento y costoso, nos permite verificar los errores y evitar el fraude o la manipulación, porque como dijo Poncio Pilato, cuando los sacerdotes le reclamaron por el rotulo que puso en la parte superior de la cruz que decía “Jesús rey de los judíos” Pilato contesto “lo que he escrito, escrito esta” (Juan 19:22) ya que lo he escrito no se puede manipular fácilmente.
Aunque la tecnología nos da ventaja respecto a la rapidez en que podemos dar la información, en situaciones muy específicas, ofrece muchos riesgos, y no debemos ignorar que aunque aceptemos lo tecnológico, en las elecciones debemos de apoyarnos con el método antiguo, el cual nos ofrece la posibilidad de poder verificar que no haya habido un hackeo, y en caso de reclamo, por fallas en la veracidad tecnológica, poder acudir al métodos que esté respaldado con documentación, porque el sistema tecnológico debe tener respaldo confiable, ya que todo lo virtual es manipulable y todo lo escrito, escrito está.
Lo ocurrido en las elecciones venezolanas, y anteriormente en las elecciones de los Estados Unidos, cuando Biden derrotó a Trump, y este alegó fraude, puede ocurrir en cualquier otro lugar en donde desechemos lo escrito, para apoyar solamente en lo tecnológico, pues todos sabemos que actualmente y en todos los campos de la tecnología, el fraude, el engaño y la manipulación de información se ha convertido en un fenómeno vigente en todas las áreas del diario vivir.


