Mario E. Fumero

Fue muy interesante ver el debate televisivo de los dos aspirantes a la presidencia de los Estados Unidos, Kamala Harris versus Donald Trump. A Kamala se mirabas sonriente y segura de sí misma, mientras que Trump se miraba a la defensiva, con rostro de enojo, aunque esa es su característica principal, y no cabe duda, que como muchos políticos hondureños, Trump es un poco prepotente en su forma de hablar, y acentuar continuamente su ego, sin embargo, aunque predica una moral al desnudo, defiende los valores tradicionales de la sociedad norteamericana, y muchos de sus argumentos tienen validez, aunque no estoy de acuerdo en la forma en que los expresa.

Pero hubo algo que me llamó la atención en el debate, y es el alineamiento que tenían el moderador con relación a su actitud hacia Donald Trump, hacia el cual trato con preguntas maliciosas y siempre estuvo en la ofensiva. No se le notó imparcial, sino más bien con tendencia de atacar más a Trump que Kamala.  Según expresó el periodista Gleen Greenwald: “David Muir (el entrevistador) está criticando y atacando a Trump más que Kamala. Kamala puede relajarse porque los ‘moderadores’ de ABC están manejando el debate por ella”. Por otro lado, el inversionista Shaun Maguire, quien recientemente anunció su respaldo a Trump afirmó que “ABC ha dejado que Harris se salga con la suya con el engaño de Charlottesville, el engaño del baño de sangre, los agentes de Policía que murieron el 6 de enero, etc. Pero verificaron los hechos de Trump sobre los animales en Ohio… cuando tenía razón”.

Lo triste de este debate es que en se enfrascaron más en sacar asuntos personales que plantear soluciones a los serios problemas que enfrenta la nación norteamericana, siendo los dos más importantes la inmigración ilegal y la inflación, sigue ignorar los problemas de guerras existentes, En Europa y en el Medio Oriente, lo cual es una bomba de tiempo que puede saltar a una guerra regional.

El tema más candente del debate fue sobre el aborto. Kamala igual que el Partido Demócrata, apoya abiertamente el aborto por cualquier motivo, alegando que la mujer tiene derechos sobre su cuerpo, e ignorando el hecho que cuando una criatura se forma en su vientre, ya no solamente es su cuerpo, sino el cuerpo de aquel que quiere nacer. Quizá en el punto moral, respecto a los valores de la familia, Donald Trump tiene mucho más que decir, y no cabe duda, que, aunque como dije anteriormente, no estoy de acuerdo con su forma de expresión y su forma de actuar, considero que representa más los intereses de la mayoría de los cristianos conservadores, los cuales tratan de sobrevivir en medio de una sociedad en donde todos los antivalores se están imponiendo como norma de conducta legal.

La lucha política en los Estados Unidos de Norteamérica no es una lucha entre una mujer que representa al Partido Demócrata, y un millonario que representa a los republicanos, hay algo más detrás. Es una lucha entre dos ideologías que tratan de dominar al mundo, una es el Nuevo Orden Mundial, apoyado por las Naciones Unidas y los países que defienden las ideologías que envuelven la destrucción de la familia clásica, así como el establecimiento de un gobierno mundial, y la de aquellos que no están dispuestos a aceptar el Nuevo Orden, ni la nueva izquierda liberal que lucha de frente para destruir todos los valores tradicionales.

Aunque parezca absurdo, China y los países comunistas, así como los orientales y las naciones con gobiernos islámico, y muchos países del África, rechazan abiertamente las ideologías liberales que los llamados gobiernos progresistas de izquierda que quieren implantar las agendas ideológicas de antivalores, para lo cual están tratando de anular todos los valores clásicos, a fin de destruir las creencias religiosas y las tradicionales de los pueblos.

Muchos creen que la guerra entre Ucrania y Rusia es solo por un por territorio, pero no es así, hay algo más en el fondo, es una lucha por dominios ideológicos, de la cual Estados Unidos bajo el gobierno demócrata, y con el beneplácito de los países europeo, están ejecutando los planes de la agenda 2030. y para ello las Naciones Unidas, el foro de Davos y el Fondo Monetario Internacional son instrumentalizados.