Mario E. Fumero
Vivimos en un mundo donde los fake news (o noticias falsas) pone en peligro la libertad de expresión, principalmente cuando la misma atenta contra cualquier opinión contraria al sistema, los poderes dominantes, o de los gobiernos que con matices democráticos, adoptan posiciones totalitarias en cuanto opinión contrarias a las de ellos, por lo que están tratando de legislar para regular la libertad de expresión, en las redes sociales, que aunque a veces difunden noticias falsas, también revelan hechos evidentes que atentan contra muchos que no tienen la facilidad, ni los recursos para denunciarlos por otros medios.
Un hecho singular de ello es la detención del fundador y director de la plataforma de mensajería Telegram, Pavel Durov, así como la postura de algunos líderes del Partido Demócrata de los Estados Unidos contra el dueño de X, Elon Musk, al cual tratan de censurar con relación a las expresiones de las personas en sus redes. Ya vimos como el dictador de Venezuela, Nicolas Maduro, públicamente, en una de sus muchas burradas, descalifico y censuró a Musk, prohibiendo la red X y retándolo, porque criticaba el fraude electoral, aunque en sí, la mayoría de los que se expresaban por medio de esa red eran gente de Venezuela y del partido de oposición. No cabe duda de que, la libertad de expresión del pueblo está en peligro, y que los poderes que imponen los antivalores y teorías absurdas quieren silenciar a todos los que piensen diferente.
Sobre este tema relacionado con leyes que censuran las redes sociales, la periodista y psicóloga Magdalena del Amo escribió un análisis muy profundo, y del cual me hago eco para añadirlo en este comentario. Ella afirmó: “Es un despropósito propio de los regímenes totalitarios –este lo es—, pero para algunos no es ninguna novedad y ya hemos hecho el rodaje. ¿De qué podemos escribir en tiempo de censura? De todo, excepto de lo realmente importante, de aquello que pueda informar al ciudadano y ayudarlo a desprenderse del yugo de la manipulación; o de lo que suponga un peligro para el poder y sus propósitos. Se puede escribir con total “libertad” siempre que sea en la línea de los postulados del gobierno/sistema, es decir, hacer seguidismo de las grandes mentiras de diseño. Se puede escribir en “libertad” continuando con la falacia de la Covid persistente, siempre en la línea de su relato inventado, de virus inexistentes. Pero silencio sobre lo que realmente causa la enfermedad; silencio sobre el grafeno en los viales, la red 5G, los campos electromagnéticos en general y el síndrome de irradiación aguda; silencio sobre la geoingeniería de nuestros cielos rayados; silencio sobre maneras de curar alternativas como el dióxido de cloro, la plata y el oro coloidal o la ivermectina; silencio sobre la ley de pandemias, sobre , las ciudades de quince minutos, los incendios provocados; los venenos autorizados en la alimentación, el transhumanismo y la destrucción del ser humano. Demasiados silencios. Demasiados temas tabúes. Y son los realmente importantes. Casi todo lo que importa es censurable para este puñado de sátrapas.
Ahora todos seremos censurados, todos. Paradójicamente, algunos de los periodistas covidianos y medios de comunicación que en estos días agrios ponen el grito en el cielo por la amenaza de censura, nos censuraban a quienes sostenemos criterios distintos sobre la pandemia y sus vectores; y nos insultan llamándonos negacionistas y bebelejías –aludiendo al dióxido de cloro que tantas vidas salvó—, diciendo que éramos descerebrados e incluso que deberían aislarnos en campos de concentración. ¡Solo por haber visto la jugada anunciada de las élites y actuar en conciencia!”
Estas afirmaciones son muy acertadas, y nos enfrentamos a un mundo donde todo será manipulado por la inteligencia artificial, y llegará el momento en que los periodistas desaparecerán, como han desaparecido los teléfonos fijos, los sistemas de correo, y están desapareciendo también las ventanillas de los bancos y el dinero físico, suplantado por el dinero plástico, y serán los programas diseñado tecnológicamente, como ya ocurre en algunas redes sociales, los que eliminarán cualquier expresión contraria a las impuestas por el Nuevo Orden Mundial. ¿Acaso no somos censura cuando tema relacionado con la pandemia, la ideología de género y otros muchos temas más son publicados? Preparémonos pues para las leyes mordaza y la persecución a los que no piensen igual al sistema dominante.
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