Mario E. Fumero
Actualmente se comenta en círculos políticos internacionales los fines que tiene la Naciones Unidas para crear las condiciones del establecimiento de un control absoluto de la soberanía de los pueblos, mediante disposiciones que como la agenda 2030 tratan de conducir al mundo a la existencia de un líder mundial, desarrollando para ello diversos mecanismos, que ya se discuten en el pleno de esta Asamblea General. Para lograr esto toman problemas reales con soluciones prefabricadas. Todas ellas buscan la anulación de la autodeterminación de los pueblos y de la imposición de los dictámenes del Nuevo Orden Mundial.
Ha trascendido a través en los medios de comunicación una grabación revelada por Mug Club Undercover en donde difunde las palabras del Señor Jorge Paoletti, uno de los promotores del autodenominado “globalismo” y funcionario de asuntos legales de la Sección de Tratados de la ONU, en donde proclama una realidad escondida en lo profundo de esta agenda, diciendo: “Crearon esta institución [la ONU] que es lo más cercano que hemos estado a una especie de gobierno mundial, o un estado mundial”, dijo Paoletti. Además salió a la luz pública un video de Stéphane Dujarric, portavoz del secretario general de las Naciones Unidas, el cual fue consultado en una rueda de prensa sobre qué opinaba acerca de las declaraciones de Paoletti y en la misma expresó sobre el miedo que sentían el personal de las Naciones Unidas ante la posibilidad de que Donald Trump fuera reelegido como presidente, ya que todos ellos saben que Donald Trump está abiertamente contra el Nuevo Orden Mundial y la agenda 2030.
En un documento hecho por The Gold Report se enumera 60 medidas que los Estados miembros de la ONU deberían de adoptar, y para lograr afianzar estos principios, se está proponiendo un tratado sobre las pandemias, elaborado por la OMS, el cual trata de imponer la anulación de la soberanía de los pueblos frente a una crisis de epidemias, parecida a lo que ocurrió cuando apareció el virus del COVID 19. Dicho tratado establece la anulación de la soberanía, para encerrarnos en las casas, e imponer las vacunas por la fuerza, incluso en los niños, sin saber previamente si la tal vacuna es una vacuna o un arma biológica de exterminio. En casi todas estas propuestas “se deja claro que los intereses de los países giran en torno a la ONU y sus sistemas globalistas”, afirma este documento.
Para lograr estos objetivos se ha establecido la denominada “Cumbre del Futuro” de la cual el Reino Unido ha participado sobre los preparativos desde febrero 2023 y se ha nombrado por el Reino Unido a Dame Barbara Woodward, y otros “funcionarios relevantes” para que en representación de su país presiden las discusiones y negociaciones de dicha cumbre, a fin de llegar a un pacto, pero sin una divulgación pública del contenido y propósito del mismo, por lo cual, nos quedamos preguntándonos quién está negociando y comprometiendo a nuestras generaciones presentes y futuras con una organización extranjera, que, bajo el control de los burócratas no elegidos, tratan de imponer una agenda irresponsables y desconocida para cristalizar los planes de un Nuevo Orden Mundial, que todavía no se sabe quién la presidirá.
Para lograr este objetivo se requiere un reseteo o reinicio de la moral, economía y política. De manera que lo predicho por el libro de Apocalipsis y las profecías bíblicas se hacen cada vez más palpable. En este objetivo han puesto todo su empeño las elites mundiales usando para ello métodos tecnológicos para programar nuestras mentes, y moldear nuestros gustos a través de las redes sociales, y la inteligencia artificial, a fin de someternos como borregos a los dictámenes de la ONU.


