«Queridos amigos, lamento tener que comunicarles que ha fallecido nuestro gran amigo de toda la vida, el Sr. Sentido Común».
Estuvo entre nosotros durante muchos años. Nadie sabe a ciencia cierta que edad tenía, los datos sobre su nacimiento hace mucho que se han perdido entre los vericuetos de la vida y la burocracia. Será recordado por haber sabido cultivar lecciones tan valiosas como:
Lo ético como principio básico.
- El orden y la limpieza.
- La integridad.
- La puntualidad.
- La responsabilidad.
- El deseo de superación.
- El respeto a las leyes y los reglamentos.
- El respeto por el derecho de los demás.
- Su amor al trabajo.
- Su esfuerzos por ahorrar y gastar de acuerdo a las necesidades.
- El Sr. Sentido Común vivió bajo dos simples y eficaces consignas:
- “No gastes más de lo que ganas” y…
- “Los adultos están a cargo, no los niños”.
Don Sentido Común perdió terreno cuando los padres atacaron a los maestros solo por hacer el trabajo de intentar disciplinar a sus ingobernables hijos, en el que ellos fracasaron; o cuando se confundieron los derechos humanos con no castigar la delincuencia, quitándole autoridad a la justicia y a los funcionarios de orden y seguridad.
Don Sentido Común perdió el deseo de vivir cuando los medios de comunicación vendieron su pluma al mejor postor, perdiendo la ética y acallando la verdad, dando paso al escándalo de la farándula y a la información incompleta o tergiversada. La muerte de Don Sentido Común «fue precedida» por:
- –La de sus padres, Verdad y Conciencia.
- –La de su esposa, Prudencia.
- –La de su hija, Responsabilidad y
- –La de su hijo, Raciocinio.
Le sobreviven sus tres hermanastros:
- Solo reconozco mis derechos,
- Los demás tienen la culpa y
- Soy una víctima de la sociedad.
No hubo mucha gente en su funeral, porque muy pocos se enteraron de que se había ido. Si aún recuerdas a Don «Sentido Común», por favor ayuda a que otros lo recuerden. De lo contrario, únete a la mayoría y «no hagas nada». Es por esto mismo que los seres humanos se dividen en dos bandos:
- «Los que aman y construyen» y
- «Los que odian y destruyen».

