Mario E. Fumero
Partiendo de que la Iglesia es una comunidad de creyentes que aportan de sus bienes, para el “bien común de los santos”, y traen a la misma cada primer día de la semana lo que el Dios les ha dado, según han prosperado (1 Corintios16:3), se debe administrar esos fondos siguiendo una política que deberá ser determinada por dos factores básicos:
- Por las necesidades existentes en la localidad en donde funcionas la congregación, y de acuerdo con un orden de prioridades existentes.
- 2- Por la realidad de los fondos disponible en los recursos mensuales de la comunidad.
Ahora podemos decir que una Iglesia que desee trabajar coherentemente, de acorde a su realidad local y social, deberá seguir las pautas dada por Jesús el cual nos enseña en Lucas 14:28 lo importante que es la planificación económica de los recursos disponibles para alcanzar la meta que nos hemos propuesto.
Sabemos que debemos apoyar los ministerios locales, enviar misioneros, y ayudar las necesidades existentes en la misma comunidad, pero para ello debemos actuar sabiamente, no dejando que el ápoca de vacas flacas nos lleve a una crisis, por no haber hecho provisión para los tiempos malos que pueden venir, máximo en un mundo lleno de inflaciones galopantes.
Todo presupuesto se define siguiendo las reglas de lo que vamos a definir como ORDEN DE PRIORIDADES, y el cual consiste en hacer una lista de las cosas más importante dentro de la vida de una iglesia y esto sería:
- Primero: El sustento de los que trabajan dedicado al ministerio. Este deberá estar determinado de acuerdo con el saldo disponible, dependiendo del tamaño de la comunidad y sus ingresos podrá ocupar de un 20 a un 60 % de los ingresos brutos. (Ingresos brutos es el total de entrada). En casos de que la iglesia carezca de estos, deberá estar dispuesto como San Pablo usar sus manos para aliviar así la situación que existiría, máxime cuando la obra está en su etapa pionera.
El ministro que tenga que trabajar secularmente por apoyar el sostén de la obra, es digno de doble honor, pero una vez la iglesia le pueda ayudar en su sostén, debe recibirlo, aunque tenga que vivir más limitadamente que con su trabajo secular, sin embargo, se debe buscar que la condición material del ministro este siempre al mismo nivel que la mayoría de los hermanos que forman la comunidad. En esta situación se puede dar el caso que el obrero del Señor viva más por debajo que la del nivel de vida de sus miembros, o, por el contrario, se beneficie tanto de su posición y de los ingresos económicos de la iglesia, que lleve a vivir muy por encima de la realidad existente entre los hermanos de su misma comunidad. La prosperidad debe ser siempre proporcional al crecimiento, el bienestar de los demás ministerios y el compromiso evangelístico de la iglesia. ¿Qué se entiende como compromiso evangelístico? Los recursos disponibles por la iglesia para realizar su labor misionera desde su localidad hasta más allá de sus fronteras.
2- Segundo: Recursos para mantener el lugar de culto, o punto de operación desde donde como plataforma se lanza la labor evangelizadora y discipuladora de la iglesia. El lugar de reunión debe ser acorde al nivel de vida disponible en la zona donde ésta esté, y a la condición social de los miembros de la comunidad. No es lógico que los hermanos vivan confortablemente, y el salón de culto este hecho una ruina. Debemos también buscar el equilibrio entre la condición social de los miembros y la de los ministerios. Debemos aspirar que en los lugares de culto existan las mismas comodidades que tengamos en nuestros hogares y cuidar de los bienes comunes, como lo hacemos de los nuestros propios.
Así que, partiendo de expuesto, podríamos clasificar los gastos en:
A: -SUSTENTO: Equivalente a alimentos, necesidades físicas básicas, tanto del pastor como de los hermanos.
B:- ABRIGO: Esto es las demás cosas para protegernos del frio, viento, lluvia, como la ropa, salón de culto, luz, agua, aseo etc.
GASTOS SUPERFLUOS[1]: Otros gastos que, aunque no son imprescindibles, se hacen parte de ciertas necesidades humanas, como es el vehículo, comodidades, teléfono, equipos de oficina, sonido etc.
Tomadas en cuenta las prioridades anteriores, ahora necesitamos determinar la proporción de lo que vamos a designar para cada cosa, por lo tanto, la iglesia debe trabajar en base a un presupuesto, siendo su prioridad la evangelización la formación de discípulo, y la ayuda a los necesitados. Recordemos que la iglesia ni es un club, ni un restaurante, ni un centro de distracción, sino un lugar cuyo objetivo es llevar a cabo la gran comisión (Mateo 28:16-20).
PRESUPUESTO.
El presupuesto es un promedio de dinero disponible cada mes, para cubrir una serie de necesidades dentro de la obra. El trabajar con presupuesto nos ayuda a evitar muchos problemas como, por ejemplo:
- No saber con cuanto podremos disponer para cubrir necesidades determinadas de la iglesia en caso de emergencia.
- No vernos con problemas de déficit al venir un mes malo, y no poder hacer frente a los compromisos económicos contraídos.
- Poder ajustar los gastos a las realidades existentes, para no caer en deudas, lo cual nos daría muy mal testimonio como cristianos.
- Poder extender el trabajo con el tiempo y consolidar programas, proyectos u otros recursos, que en el futuro pueden surgir con los saldos favorables,
Lo primero que debemos hacer para elaborar un presupuesto es hacer un cálculo promedio de ingresos, basado en un período de tiempo determinado. Por ejemplo; sumar los ingresos generales de un semestre y después dividirlo por 6, el saldo es el promedio de ingreso disponible mensualmente en la iglesia.
Cuando se hace este planeamiento a nivel personal, el presupuesto se basa en un sueldo fijo, para lo cual no hace falta sumar una serie de meses para sacar un promedio, pero si el sueldo es variable, como ocurre con los que dependen de negocios, empresas o utilidades, entonces elaborar un presupuesto en base a lo ganado en un mes, puede ser engañoso, y a veces perjudicial para tener una economía sana. Las Iglesias, por lo general, no tienen una entrada fija, pues sus ingresos dependen de varios factores:
- De la fidelidad de los hermanos en aportar sus diezmos y ofrendas.
- En el crecimiento de la Iglesia. Lo mismo puede crecer que menguar.
- En las crisis económicas de los miembros, la cual repercute en los ingresos de la congregación.
Por lo tanto, las iglesias que deseen trabajar con planes especifico y mantener una solidez económica, a medida que crece, deberían trabajar en base a un presupuesto, y que el mismo sea elaborado en prioridades, para hacer los ajustes necesarios en casos de problema deficitarios.
Un modelo ideal de clasificación las prioridades sería el que describo a continuación, pero este puede variar según la necesidad de cada lugar, pues las pautas administrativas están sujetas a las condiciones de la localidad.
MODELO DE PRESUPUESTO.
- BONIFICACION: Esto es, los gastos en el sostén de los pastores, ancianos y demás ministerios y personal de la iglesia
- MANTENIMIENTO: Todos los gastos del mantenimiento del lugar de culto, agua, luz, teléfono, aseo, mejoras, seguros, etc.
- OFICINA: Son los gastos en papelería, sellos, publicidad, y demás actos relacionados con los trabajos pastorales de oficinas se debe, cuando se pueda, tener un fondo discrecional dentro de esta partida para otras necesidades relacionadas con decisiones pastorales.
- AYUDA SOCIAL: Este es un fondo especial que además de ser parte del presupuesto general, se puede nutrir de otras entradas en especies, para ayudar las necesidades específicas de los hermanos más pobres de la iglesia. (En un capítulo aparte expondremos algunas reglas para evitar abusos en esta área).
- MISIONES: Toda iglesia debe desarrollar la visión misionera, para ello debe comenzar a establecer desde su inicio, un fondo dentro del presupuesto. Debe haber una partida que puede ser desde un 10% a un 20% del total del presupuesto o más, según estime conveniente la junta administrativa de la Iglesia.
Tanto a nivel personal, como a nivel administrativo, a la hora de elaborar los gastos, debemos considerar la proporción que vamos a emplear para cada aspecto de la vida. Por lo general, en lo personal, gastamos un promedio del 40 al 50% de lo que ganamos (vivienda, luz, agua). Otro 30% lo empleamos en alimentos, un 15% en ropa y, quizás, entre un 10 a un 15% en otros menesteres superfluos. Podemos decir que los gastos de una familia son más o menos así en un gráfico:
| DETALLE | CANTIDAD | PORCENTAJE |
| Presupuesto mensual | $1,000.00 | 100% |
| Que se divide en: | ||
| Aspectos de la vida (casa, luz, agua) | $450.00 | 45% |
| Alimento | $300.00 | 30% |
| Ropa | $150.00 | 15% |
| Menesteres superfluos | $100.00 | 10% |
Ahora veremos cómo debemos programar el presupuesto mensual de una iglesia que tenga una entrada promedio de unos $3.000.00
Lo primero que hacemos es deducir un 15% para reserva, que serían $450.00. De manera que vamos a elaborar el presupuesto en base a un promedio mensual de ingresos equivalentes a $2.550.00 Suma para presupuestar: $2.550.00.
A) BONIFICACION: (Sostén del pastor o ministerios) $ 900.00
B) MANTENIMIENTO: En alquiler $605.00
En energía eléctrica $120.00
En agua $25.00
En teléfono $30.00
En aseo $30.00. TOTAL $605.00
C) CAJA CHICA: Gastos varios de oficina. $60.00
D). FONDO DISCRECIONAL: Para ayudar necesidades no previstas y a otros ministerios, o viajes pastorales a retiros, etc. $300.00
E) FONDO MISIONES: Se saca el diezmo del presupuesto o más, para hacer un fondo aparte y apoyar en el futuro nuevas obras, evangelismo, o el envío de obreros a otros lugares para establecer iglesias. $250.00.
- AYUDA SOCIAL: Fondo para ayudar a hermanos necesitados o trabajo social de la iglesia en su comunidad. $435.00
Así que ya tenemos el presupuesto de una Iglesia. Lo que sobrepase este límite, se acumula para el próximo, o para reserva, o para futuros proyectos. Alternativamente tendremos un FONDO DE RESERVA, que podrá ser usado cuando en un mes no se haya podido cubrir el presupuesto. Uno de los principios bíblicos que no debemos olvidar es el hecho de hacer provisión para los tiempos difíciles, esto se encuentra registrado en la parábola de las 10 vírgenes (Mateo 25:1-13).
Veamos ahora en gráfico este presupuesto, para que veamos la proporción entre los diferentes aspectos, aunque es un modelo de ejemplo, el promedio es más o menos el mismo, variando en algunas cosas, pero, generalmente, sigue un mismo parámetro. Con estas ideas tenemos ya la panorámica del PRESUPUESTO DE LA IGLESIA, así que pasaremos a profundizar en estos principios más de la economía de Dios.
RESUMEN GRAFICO DEL PRESUPUESTO
| DETALLE | CATIDAD | PORCENTAJE |
| Promedio de ingresos mensuales | $3,000.00 | 100% |
| Que se dividen en: | ||
| Reserva (solo se usa en caso de emergencia) | $450.00 | 15% |
| Suma para presupuestar (con lo que se trabaja) | $2,550.00 | 85% |
| Que se divide en: | ||
| Bonificación | $900.00 | 30% |
| Mantenimiento | $605.00 | 19% |
| Caja chica | $60.00 | 2% |
| Fondo discrecional | $300.00 | 10% |
| Fondo misiones | $250.00 | 9% |
| Ayuda social | $435.00 | 15% |
[1]– Son los gastos que se realizan para adquirir productos de lujo o suntuarios o claramente innecesarios.


