Mario E. Fumero
Desde épocas remotas el ser humano ha tratado siempre de usar la religión como fórmula mercantilista. Uno de los pasajes más fuertes sobre el mal uso de lo que le pertenece a Dios por parte de sus lideres, lo tenemos en la reprensión que dio el profeta Malaquías[1] al señalar al pueblo y sus lideres como ladrones, porque usaban los diezmos y las ofrendas para asuntos personales, contaminando el altar de Dios. El pecado cegó los ojos y embotó la conciencia, porque los hombres son arrastrados por la ambición, la cual produce maldición, razón por lo que el juicio de Dios cae sobre ellos debido a la falta de integridad.
Qué terrible cuando los líderes religiosos usan los fondos de la Iglesia fuera de lo correcto, y toman los mismos para fines contrarios a los propuestos por la Palabra, convirtiéndose en ladrones religiosos, porque el que no actúa con integridad en el manejo de los fondos de la Iglesia, se convierte en un ladrón, como aquellos de los cuales señaló Malaquías. Qué falta hace en las iglesias modernas ese factor humano de integridad, el cual se ha perdido en todos los aspectos de la sociedad, porque sí nosotros andamos en luz, como dice la Palabra[2], tenemos que hacer lo recto y ser transparentes en todo lo que emprendemos, máxime en el manejo de aquellos bienes de los cuales somos mayordomos, y sobre los que algún día tendremos que dar cuentas al Señor.
JESUS Y LA PROFANACIÓN DEL TEMPLO
En el Nuevo Testamento vemos a Jesús airado cuando al entrar a Jerusalén vio el templo de Salomón convertido en un mercado, y dice la palabra que tomando un látigo, derribó las mesas de los cambistas[3], y declaró que su casa “era casa de oración”[4] condenando el uso de lo sagrado para fines mercantiles. De Igual forma, los fariseos se dedicaban a visitar a las viudas[5], y a personas con recursos, para hacer largas oraciones, y a cambio de ello, diezmarles hasta las especies de la cocina[6]. Esta actitud de corrupción mercantil de los fariseos llevó al Maestro a condenarles drásticamente. En el libro de los Hechos aparece el caso de un tal Simón, el cual hacia negocio como mago y adivino, (ver Hechos 8:9-24) y quiso comprar el poder del Espíritu Santo para hacer negocio, pero fue reprendido fuertemente por el apóstol Pedro[7].
EL CRISTIANISMO EN LA EDAD MEDIA
En la Edad Media el cristianismo alcanzó su degradación máxima, cuando la Iglesia Católica Apostólica y Romana le puso precio a todas las liturgias mediante misas, creando el limbo[8] y el purgatorio[9] para vender indulgencias, bulas e incluso la venta de los puestos clave dentro de las élites de la iglesia, de manera que los que tenían plata, podían comprar no solo la salvación, sino los puestos de obispos y cardenales.
CAUSA DE LA REFORMA PROTESTANTE
La reforma luterana rompió con el mercantilismo religioso de Roma cuando el fraile dominico Johann Tetzel,por instrucciones del papá León X, comenzó a vender las bulas[10] papales para recaudar fondos y edificar la basílica de San Pedro, en Roma. Estas bulas concedían el perdón de los pecados pasado presente y futuro, por lo que Martin Lutero se reveló contra Roma, declarando que la salvación no depende de lo que uno pague, sino de la fe en Cristo Jesús, aferrándose a la proclama del apóstol Pablo, al declarar que “el justo vive por la fe”[11] y confeccionar las 95 tesis contra la venta de la indulgencia.
En los tiempos modernos, las técnicas mercantilistas dentro de la Iglesia evangélica se han perfeccionado a niveles terribles, hasta que incluso se ha fabricado la “Teología de la Prosperidad”. No cabe duda de que en la naturaleza humana hay tres áreas muy vulnerables, de la cuales el enemigo gana ventajas, que son; el sexo, la fama, y la más común y peligrosa, la codicia, o amor al dinero[12].
Pero definamos qué es el amor al dinero. Este es un medio, pero no es un fin, simplemente representa un valor determinado con el cual podemos cubrir nuestras necesidades básicas[13], pero una de las características de la naturaleza pecaminosa, y del “yo”, es la ambición, que desencadena la codicia, y nos hace tratar de forjar la felicidad, no en base a lo que soy, o a lo que Dios quiere, sino a lo que tengo y poseo.
Este espíritu de tener, señalado por Pablo a su hijo Timoteo, y definido como raíz de muchos males, se ha introducido sutilmente dentro de la Iglesia evangélica, como un objetivo del ser, y no como un medio para servir.
Hemos descendido a niveles peores que a la Iglesia Católica en la Edad Media, donde ellos cobraban por las misas, los bautismos, los puestos y los perdones, pero nosotros vamos un poco más allá, ofrecemos que al dar ocurre la multiplicación, y se llega a afirmar qué somos salvos si tenemos riquezas, declarando que ser pobre es una maldición, contradiciendo las palabras de Jesús[14], para crear una teología capitalista, que sumerge en la pobreza a muchos, para hacer ricos a unos cuantos predicadores famosos, como los pastores Otoniel Font, Cash Luna, Guillermo Maldonado, Benny Hinn, Robert Tilton, Joel Osteen, Joyce Meyer y otros muchos, que declaran que ser pobre es maldición, y que la meta y la fe se manifiesta en la prosperidad material.
¿QUÉ ES EL DAR?
El dar no es una inversión, ni se puede usar como chantaje o extorsión, simplemente el dar es una expresión de gratitud. No doy para que Dios me dé, porque si tal cosa hago, me convierto en un interesado. Dar es gratitud, y para que tenga valor tiene que nacer del corazón y de la convicción[15]. En el libro de Génesis, y comenzando con Abel, todos los patriarcas le daban ofrendas a Dios sin mostrar ningún interés, como muestra de gratitud. La manipulación mercantilista aparece en las iglesias cuando imponemos dar los diezmos por obligación, como que fuera un impuesto. Lo terrible es que los que enfatizan el dar como prioridad, tiene un estilo de vida escandaloso, toman aquello que debe ser para que haya alimento en mi casa[16], y se dan lujos que causan escándalos al evangelio. Estos religiosos hacen del diezmo y las ofrendas un “modus vivendi”, como señaló Malaquías, se roban el dinero para vivir mejor que sus propios feligreses, siendo una vergüenza y un escarnio para el evangelio. Jesús colocó a los ricos como los más difíciles en entrar en el cielo, porque en su mayoría su corazón está donde tienen el dinero[17].
No encontramos en los sermones de Jesucristo ningún énfasis en la importancia de tener, pero sí enfatiza el ser sencillo y no afanarnos por lo material[18]. Él mismo nos dio ejemplo, ya que, siendo el dueño de todo, no tuvo nada, y vivió de prestado. Nació, en un pesebre prestado, y cuando murió fue enterrado en una tumba prestada. Jesús vivió de prestado, para entrar a Jerusalén tuvo que pedir un pollino prestado, y para celebrar la cena de despedida pidió una casa prestada, y cuando mandó a sus discípulos a predicar muchas veces les ordenó que fueran sin nada[19].
No podemos manipular a los cristianos para dar usando falsas promesas, amenazas, extorsiones, o decirles que, si no dan, maldición viene sobre ellos, o usar el chantaje al afirmar que cuanto más den, más Dios se lo va a multiplicar, y otra serie de mentiras contrarias a las enseñanzas bíblicas.
Es bueno aclarar que, aunque la meta del cristiano no es ser rico, próspero y ostentoso, también es cierto que Dios prospera a los que son fieles, y no hay justo desamparado[20], porque él conoce nuestras necesidades, y se encargará de prosperarnos de acuerdo con nuestra entrega.
Tener bienes y dinero no es pecado, como tampoco lo es prosperar, siempre y cuando la prosperidad sea fruto del trabajo, la integridad y la confianza en el Señor[21]. Es bueno aclarar que no somos felices por lo que tenemos, sino por la gracia de Dios en nosotros. La convicción nos da paz en los momentos de dificultad económicos, porque sabemos que, si Dios cuida de las aves[22], también cuidará de nosotros, porque somos sus hijos.
BIBLIOGRAFÍA
[1]– Malaquías 3:9-11 “Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado. Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos.
[2]–1 Juan 1:7 “pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado”
[3]–Marcos 11:15 (Mt. 21.12-17; Lc. 19.45-48; Jn. 2.13-22) “Vinieron, pues, a Jerusalén; y entrando Jesús en el templo, comenzó a echar fuera a los que vendían y compraban en el templo; y volcó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas”
[4]– Mateo 21:13 y les dijo: “Escrito está: Mi casa, casa de oración será llamada; mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones”.
[5]– Mateo 23:14 “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque devoráis las casas de las viudas, y como pretexto hacéis largas oraciones; por esto recibiréis mayor condenación”
[6]– Mateo 23:23 “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello”.
[7]-Hechos 8:18-24 “Cuando vio Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero, diciendo: Dadme también a mí este poder, para que cualquiera a quien yo impusiere las manos reciba el Espíritu Santo. Entonces Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero.No tienes tú parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios.Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quizá te sea perdonado el pensamiento de tu corazón;porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo que estás. Respondiendo entonces Simón, dijo: Rogad vosotros por mí al Señor, para que nada de esto que habéis dicho venga sobre mí”
[8]– El limbo según la iglesia de Roma es el lugar o estado en el que residen las almas de las personas que mueren sin haber sido bau-tizadas pues quedan con el pecado original pero no tiene que ver con el Infierno. Limbo proviene del latín limbus que significa borde o límite, haciendo referencia al “borde del Infierno” Según se enseña al Limbo van los niños que al fallecer no haber fueron el bautismo.
[9]– Esta doctrina aparece el siglo XIII en la Iglesia Católica siendo aceptada oficialmente en su creencia. ES en un lugar intermedio al que van algunas almas después de morir, para expiar sus pecados veniales antes de entrar al Cielo y por medio de misas pueden obtener indulgencias. No es aceptada por la Iglesia Ortodoxa Griega, ni las Iglesias Protestantes. El Papa Benedicto XVI, explicaba en 2011 que el purgatorio es un estado temporal que la persona atraviesa tras la muerte mientras expía sus pecados. El purgatorio nunca es eterno, la doctrina de la Iglesia indica que todas las almas, logran acceder al Cielo.
[10]– Son un Documento pontificio relativo a materia de fe o de interés general, que concede gracias, perdón o privilegios expedido por la Cancillería Apostólica y autorizado por el papa y con el sello de su nombre u otro parecido estampado con tinta roja.
[11]– Romanos 1:17 “Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá”
[12]– 1 Timoteo 6:10 “porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores”
[13]– 1 Timoteo 6:8 ”Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto”.
[14]–Lucas 6:20 (Mt. 5.1-12) “Y alzando los ojos hacia sus discípulos, decía: Bienaventurados vosotros los pobres, porque vuestro es el reino de Dios.
[15]– Mateo 10:8 ”Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia.”
[16]– Malaquías 3:10 “Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde”
[17]–Mateo 6:20 “sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan”. Mateo 6:21 “Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón”.
[18]–Mateo 6:25 (Lc. 12.22-31) ”Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?” Mateo 6:34 “Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal”
[19]–Lucas 10:4 “No llevéis bolsa, ni alforja, ni calzado; y a nadie saludéis por el camino”.
[20]–Salmos 37:25 “Joven fui, y he envejecido, Y no he visto justo desamparado, Ni su descendencia que mendigue pan”.
[21]–2 Tesalonicenses 3:12“A los tales mandamos y exhortamos por nuestro Señor Jesucristo, que, trabajando sosegadamente, coman su propio pan”
[22]–Lucas 12:24“Considerad los cuervos, que ni siembran, ni siegan; que ni tienen despensa, ni granero, y Dios los alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que las aves?”


