Mario E. Fumero
La electrónica ha invadido las iglesias, principalmente en los cultos de adoración y conciertos, debido a que los instrumentos ahogan la voz del Pueblo a la hora de cantarle al Señor. Uno de los serios problemas que confrontamos en los cultos modernos es el alto volumen de los equipos de sonidos y los instrumentos (decibelios dB),, los cuales sobrepasan lo que se denomina la salud auditiva, creando dentro del culto una atmósfera de contaminación acústica que trata de producir una bendición electrónica.
Existe en lo celulares una aplicación que puede medir los niveles de decibelio[1] que deben reinar dentro de cualquier ambiente, para evitar la “contaminación acústica”. Según los parámetros científicos, el oído humano tiene la capacidad de soportar, durante un tiempo prudencial, un volumen máximo equivalente a 90 dB. según normas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ya que el ruido fuerte es altamente perjudicial, y es uno de los factores medioambientales que provoca alteraciones físicas en las personas, después de la contaminación atmosférica[2].
LOS DAÑOS DE LOS ALTOS DECIBELIOS
Muchos de los problemas que conlleva esta contaminación auditiva están relacionados a la pérdida de la audición, aunque hay otros factores relacionados con ello, como el psicológicos (estrés, ansiedad, irritabilidad, depresión…) y fisiológicos (alteración de la frecuencia cardíaca y respiratoria, afectaciones de sueño, partos prematuros etc…). Sin embargo, el problema principal es que estamos tan acostumbrado a soportar tanto ruido, que lo vemos como normal, y lo más grave es que nos hemos acostumbrado a generarlo.
Según la lista de estudios científicos, el promedio normal para un oído humano debe ser entre 50 y 70 dB. En un culto o reunión, los decibelios pueden llegar hasta un máximo de 90 dB, pero cuando se pasa de estos niveles, y se genera más de 100 dB se está produciendo una contaminación acústica que puede causar problemas auditivos y de salud[3].
Las iglesias modernas cuentan con potentes equipos de sonido, además, a la hora de cantar, se usan instrumentos amplificados a niveles que sobrepasan lo determinado por la OMS, entre los instrumentos que sobresalen los niveles de dB está la batería y las guitarras eléctricas, así como algunos instrumentos de aire, que, al no ser debidamente regulados, producen sonidos fuertes que sobrepasan los límites de salud. Hay que añadir a lo anterior, el uso de los volúmenes de los micrófonos, y una distribución del sonido de forma desproporcionar, al no estar los parlantes correctamente ubicado en el auditorio, originando que en el frente los decibelios alcancen hasta más de 110 dB, mientras que en la parte de atrás llegar a 90 dB.
Lo peor de los instrumentos modernos en los cultos es que ahogan la voz del pueblo, y a veces, son tan potente, que no se puede escuchar la letra de lo que se canta. Recientemente he estado en algunos cultos en donde he recibido sonidos tan impactantes, que me ha repercutido en el corazón, por lo que pensé comprar unos protectores auditivos cuando voy a ciertas iglesias que usan volúmenes que sobrepasan los 110 dB, algo que desde el punto de vista de la salud auditiva, es un atentado acústico[4].
¿Cree Ud. que con mayor volumen se recibe mayor bendición? Lo más importante en el culto devocional es el cantar y escuchar la voz de los que cantan, además, el volumen tiene que ser coherente al contenido de lo que se canta, mediante lo cual expresamos nuestros sentimientos de adoración, y no debemos permitir que nada lo ahogue. Este fenómeno social moderno de alto volumen no solamente afecta las iglesias, sino que está presente en la vida privada, ya que se usan volúmenes muy altos, lo cual a largo plazo puede crear serios problemas, aumentando los niveles de sordera[5].
Quiero dejar en una gráfica de los niveles de sonidos, que científicamente se ha determinado aceptables en cada determinada sitúación, y buscar la forma que, al adorar a Dios, ningún instrumento opaque la expresión del pueblo, porque esa es la esencia de la adoración en el culto.

BIBLIOGRAFÍA
[1]– Buscar en el móvil la app “Decibel X” o “Sonómetro D” “Sonómetro” que miden los niveles de sonido ambientales.
[2]– La Organización mundial de la salud (OMS) proporciona en una página de consulta dedicada a la temática del ruido enlaces hacia descripciones de actividades, informes, noticias y eventos, así como hacia los datos para entrar en contacto con los diversos programas y oficinas de la OMS que se ocupan del tema. Puede consultarse la «Guidelines for Community Noise» edited by Birgitta Berglund, Thomas Lindvall, Dietrich H Schwela World Health Organization 1999.
[3]– «Noise and its effects: A review on qualitative aspects of sound. Parts I and II», C. Marquis-Fabre, E. Premat, D. Aubrée and M. Vallet Acta Acustica united with Acustica Vol. 91 (2005) pp. 613-642.
[4]– Efectos del ruido sobre la salud, Dr. D. Ferran Tolosa Cabaní, Discurso inaugural del Curso Académico 2003 en la Real Academia de Medicina de las Islas Baleares.
[5]– Jornada sobre Criterios Acústicos en el diseño de centros docentes, LABEIN, 2001.



