DE SÓCRATES A LA SANTA INQUISICIÓN: LA EVOLUCIÓN DEL CONOCIMIENTO.

Autor: J. Cardenas

Desde los albores de la civilización, la literatura ha sido un espejo y un vehículo de conocimiento y creencias humanas. En torno al año 800 a.C., surgieron dos obras monumentales que no solo capturaron la imaginación de su tiempo, sino que dejaron una marca indeleble en la historia del pensamiento. Estas obras son La Ilíada y La Odisea de Homero, que se han convertido en símbolos de una era en la que los dioses y sus poderes moldeaban la comprensión del mundo. La esencia de estas épicas se puede captar en esta cita del profesor Jace; «La Ilíada y La Odisea son cantos que revelan los poderes de Dioses invisibles e infinitamente sabios, un conocimiento ancestral que ha atravesado los siglos y que perdurará mientras existan creencias religiosas, o hasta que la voluntad humana se aleje de la esencia divina que la conecta con la naturaleza.»

En la época arcaica, alrededor del 800 a.C., estas obras no solo narraban hazañas heroicas, sino que eran relatos sobre dioses del Olimpo: entidades de persecuciones, promesas, riquezas y glorias. En ese entonces, estos relatos representaban el conocimiento literario más antiguo conocido por la humanidad, profundamente venerado y estudiado.

Cada cultura, en ese tiempo, adoraba a sus propios dioses y transmitía este saber de generación en generación. Aunque las creencias variaban, el conocimiento sobre los dioses y sus poderes era una constante en la vida de las personas. Sin embargo, con el tiempo, pensadores como Sócrates comenzaron a cuestionar estas creencias. Sócrates buscó interiorizar y moralizar las religiones tradicionales, lo que le llevó a ser condenado a muerte por los atenienses el 15 de febrero del 399 a.C., un acontecimiento que presagiaba la opresión de ideas y el surgimiento de la Santa Inquisición.

Durante la época escolástica, alrededor del siglo III d.C., las escuelas monacales establecieron las bases para la actividad literaria de historiadores y escritores. En el año 315, el emperador Constantino unificó las religiones bajo el cristianismo mediante el Edicto de Milán, proclamando esta religión como oficial del estado. Constantino confisca bienes y encarga a su historiador Lactancio la redacción del Nuevo Testamento, manipulando el texto para enfatizar la divinidad de Cristo y suprimir los evangelios anteriores.

La Santa Inquisición, establecida por la Iglesia Católica Apostólica Romana, tenía el objetivo de investigar y juzgar a quienes fueran acusados de herejía o de escribir textos incompatibles con la fe oficial. Su papel en la historia es tan controvertido como sombrío, marcando la vida de figuras notables que desafiaron el dogma de la época.

Entre los más célebres se encuentra Miguel Servet (1511-1553), un médico y teólogo español cuya teoría sobre la circulación pulmonar de la sangre y su rechazo a la Trinidad le valieron la condena. Arrestado por la Inquisición en España, Servet fue entregado a las autoridades protestantes en Ginebra, donde encontró su trágico final en la hoguera en 1553.

Otro destino similar le aguardaba a Giordano Bruno (1548-1600), un filósofo, teólogo y astrónomo italiano que defendió ideas revolucionarias para su tiempo, como la infinitud del universo y la existencia de múltiples mundos. Sus creencias, que desafiaban directamente la doctrina de la Iglesia, le llevaron a ser arrestado por la Inquisición y, finalmente, a ser quemado en la hoguera en 1600.

Durante tres siglos, la Inquisición dejó una estela de temor y represión, con más de 60,000 muertes registradas en todo el mundo. No fue hasta 1808, cuando Napoleón Bonaparte la suprimió, lo que permitió a la humanidad abrirse al conocimiento y a explorar la realidad del mundo a través de la razón y el avance científico. Este cambio marcó el inicio de una nueva era en la que la búsqueda del saber se volvió más libre y accesible.

Hoy, en pleno siglo XXI, disfrutamos de libertad de pensamiento. Aunque las religiones aún transmiten saberes antiguos, lo hacen a través de figuras como Jesucristo en lugar de dioses antiguos. La teología contemporánea se desarrolla más como doctrina basada en creencias y fe que como ciencia.

Las religiones, presentes en todos los rincones del mundo, han logrado unificar a muchas comunidades, ya sea mediante iniciativas privadas o con el respaldo de las instituciones estatales. No obstante, es crucial recordar que la religión debería mantenerse en el ámbito personal, y no convertirse en un dominio público.

La educación, por otro lado, debe estar enfocada en proporcionar conocimientos esenciales y universales que beneficien a todos, sin inclinarse hacia doctrinas específicas.

El estudio de las religiones es importante para una comprensión cultural profunda, pero debería reservarse para el ámbito personal de quienes eligen practicar una fe. En definitiva, la educación debe priorizar el aprendizaje integral y la formación crítica, dejando que la religión sea una elección individual y no una imposición colectiva.

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