LA PROMISCUIDAD SEXUAL EN LA JUVENTUD

Mario E. Fumero

          .La juventud esta en crisis. Si examina fríamente las estadísticas de la delincuencia juvenil, el consumo de drogas, los enfermos sexuales y el SIDA, descubrirás que son los jóvenes el grupo más vulnerable y de alto riesgo en cuanto a esta problemática. Estos se enfrentan a un futuro incierto, invadidos por corrientes neo-liberales que los hace sucumbir en un mar de conflictos, y para colmo, sé esta promoviendo las tendencias promiscuas de una sociedad cada vez  más hedonista.

          Las corrientes sexualistas promovidas por  los organismos internacionales han creado el marco de una enseñanza sexual permisiva, sin valores cristianos. A los adolescentes se les enseña a usar el condón, a las niñas de apenas 11 años se les regala el “diu”. Se alienta el sexo libre bajo consignas mentirosas respecto al contagio del SIDA. La castidad y la fidelidad son ideas anticuadas para estos grupos, y no caben en sus libros de textos.

          En la lucha por la liberalidad sexual se trata de aprobar leyes que promuevan el “sexo libre” y que puedan llevar al “amor libre”, tendencia de moda en una sociedad sin principios y valores. Recientemente recibí un comentario respecto a que en la nueva ley de la juventud, que se discute en el congreso, hay una cláusula que alienta y apoya esta filosofía de una sexualidad sin barrera. ¿Saben Uds. lo que esto representa? Decirle a los jóvenes que pueden ejercer su sexualidad sin limitaciones morales. Que usando un condón no tiene riesgos y que en caso de embarazo, se acude al aborto. Que las menores de edad pueden obtener asistencia medica en secreto para usar aparatos anticonceptivos y así no correr riesgos de embarazo. Esta actitud le dice al joven en un lenguaje común: “Anda, juega al sexo, no pienses en la castidad ni en la fidelidad conyugal, esto es  anticuado, así que adelante, conviértete en un animal que solo piensa en satisfacer sus apetitos carnales”.

          No solo se ha elaborado una educación sexual abortista y promiscua, sino que se están adoptando leyes y actitudes jurídicas muy permisivas. Todo esto abre  la puerta a una decadencia moral en la sociedad, lo que hace inevitable un aumento del SIDA, de hijos sin padres, de parejas irresponsables, de depravación y violencia sexual, de prostitución, de pornografía y toda clase de lascivia. Estos problemas desencadenan a su vez la inseguridad social, los grupos antisociales y el aumento de drogas y armas. Es un circulo vicioso que nos lleva a un callejón sin salida, porque lo que sembremos hoy, lo recogeremos mañana.

          Lo terrible de toda esta tendencia  promiscua, planteada a nivel jurídico, es el silencio de los líderes religiosos de la sociedad, como son los pastores, sacerdotes y educadores. La Iglesia (sea católica o evangélica) debe defender sus valores. La castidad no es una utopía, sino un principio valedero para la salud emocional y física de los jóvenes, pero nadie la proclama. La fidelidad conyugal y el matrimonio, como pacto delante de Dios, son los baluartes de nuestra sociedad cristiana y no debe ser sustituido por el amor libre, la liberalidad sexual o el juego carnal. Es más fácil dar un condón que dar valores y principios. Es más tranquilo callar, que enfrentar una corriente que lo envuelve todo. Pero ¡NO!, Se hace necesario estar alerta, y denunciar en alta voz todo aquello que rompa la pureza y santidad, para señalar lo inmoral e incorrecto en las nuevas tendencias sociales del mundo globalizado.

Los cristianos con fundamento sólido, son mayoría, pero no se pronuncian. Los enemigos de la moral son los menos, pero ejercen el poder para comprar medios, legisladores, gobiernos e imponer sus criterios ante el silencio de una mayoría que aunque no esta de acuerdo con estas medidas, se calla.  Estos proclamadores de los antivalores tienen muchos recursos. A nosotros nos falta el coraje para plantarles cara, y terminando arrinconados, sin protestar por tal medida, y algunos están tan absortos en el cielo, que no se enteran de lo que ocurre en la tierra.

          Si no despertamos hoy, veremos como se aprueban las leyes del CONASIDA y de la Juventud con esas cláusulas que respaldan las tendencias sexuales promiscuas, dándole derecho incluso a los menos de edad a ejercer una sexualidad libre de principios o “ataduras”,  como ellos dicen, sin entender que esas “ataduras” (la castidad y la fidelidad conyugal) son las bases de la salud y la felicidad sexual genuina.

Digamos ¡NO! A la permisividad sexual y ¡SÍ! A la castidad y pureza sexual hasta el matrimonio. Dejemos oír nuestra voz. Somos más, y si actuamos con valor y fe en Dios podremos detener un mal terrible que pone en peligro el futuro vivencial de nuestra sociedad.

Avatar de Desconocido

About unidoscontralaapostasia

Este es un espacio para compartir temas relacionados con la apostasia en la cual la Iglesia del Señor esta cayendo estrepitosamente y queremos que los interesados en unirse a este esfuerzo lo manifiesten y asi poder intercambiar por medio de esa pagina temas relación con las tendencias apostatas existentes en nuestro mundo cristiano.
Esta entrada fue publicada en Articulo, Mario Fumero, Sexualidad, Sida. Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.