Mario E. Fumero
Desde la década del 70, Honduras ha experimentado un crecimiento tremendo del consumo de droga entre los jóvenes. En esa época existían las denominadas drogas blandas, como era la marihuana, hongo, peyote, floricunda y la LSD que era una droga de diseño muy popular en el mundo del hipismo, además del histórico alcohol, que mezclado con droga se convierte en una bomba de tiempo.
a a partir de la década del 90, Honduras comenzó a experimentar el auge del consumo de droga más fuerte, catalogada narcóticas. La principal que inundó el mercado fue la cocaína, y posteriormente el crack que es la basura de la coca. No conforme con estas drogas, en la década del 2000, apareció en el mercado las denominadas drogas de diseño, como muchas derivadas de la metanfetamina y otras drogas que inundaron el mercado como son el éxtasis. Estas drogas y aquellas que se pueden adquirir legalmente en la farmacia, ha creado entre la juventud hondureña un alto consumo el cual se manifiesta en hechos violentos y delincuentes juveniles.
Pero ahora nos enfrentamos a una amenaza mayor que todas las anteriores, porque ya circula en Honduras la denominada droga zombi, como se le llama el fentanilo, un calmante usado en la medicina para eliminar los dolores extremos que es 100 veces más poderoso, que la morfina y 50 veces más poderosa que la heroína para reducir el dolor, pero con graves efectos colaterales y adversos, que pueden conducir a sus consumidores a una muerte irreversible, debido a las múltiples reacciones adversa que produce en el organismo humano.
Siempre enfocamos el efecto de las drogas en las personas que la consumen, pero nunca buscamos la causa que origina su consumo. Indudablemente que todo aquel que se hace esclavo de una droga, es una persona enferma, que ha encontrado en la misma, una solución a un problema de fondo, porque, al fin y al cabo, la droga es una forma de evadir un problema de fondo.
Honduras vive una situación caótica en muchos aspectos de la sociedad. Existe un alto índice de desintegración familiar, una falta de trabajo para la juventud, una inestabilidad política preocupante, y sobre todo una juventud, completamente desorientada, a expensa de caer víctimas de todas estas drogas de diseño que como las pastillas pueden invadir los centros educativos, y fabricar adictos de forma acelerada.
El fentanilo, si llega entrar dentro de la juventud hondureña, va a causar grandes estragos, porque ya de por sí tenemos serios problemas de drogas entre la juventud y el fentanilo por su fácil distribución, y su bajo costo, se puede convertir en una droga atractiva a los que son dependiente de otras drogas, cuyo costo es mayor y cuyo contrabando se hace un poco más difícil. Si esto ocurriera las consecuencias serían desastrosa, Porque la rehabilitación de un dependiente al fentanilo se vuelve complicado y frustrante
Hay que pensar que una simple pastilla de diseño casero, puede contener todos los elementos del fentanilo y la cual se puede volver indetectable por las autoridades, circulando fácilmente, no sólo en los centros educativo, si en aquellas actividades de atracción juvenil que se da en todo el país, y cuando descubrimos el efecto de la misma, ya la situación de los pacientes se vuelve crítica, de manera que la desintoxicación del fentanilo es más difícil que con todas las drogas clásicas conocidas, por lo que nos espera un arduo trabajo, en caso de qué la misma se puede implementar como una cultura dentro de la juventud hondureña.
Unidos Contra la Apostasía 