Pastor Héctor Hernán Castro Canales

«Piensen en las cosas del cielo, no en las de la tierra.» (Colosenses 3:2 NTV.) En estos días preelectorales, de tanta crispación e incertidumbre social, política y económica en Honduras, vale la pena centrarse en temas que trascienden a lo terrenal y temporal. ¡Hablemos de principios espirituales y eternos que también nos ayuden aquí y ahora!

• La Reforma: Un movimiento que impactó los cimientos religiosos, políticos, culturales, etc., de la Europa al final de la edad media. Estamos en octubre, el mes de la Reforma. El 31 de este mes se cumplen 508 años del acontecimiento histórico que marcó el inicio de ese gran despertar espiritual que revolucionó la vida en Europa en diferentes aspectos.

El 31 de octubre de 1517, Martín Lutero, un teólogo, filósofo y fraile católico agustino, sin proponérselo, sin imaginar el gran impacto que sus ideas tendrían, comenzó e impulsó lo que pronto se conocería como el movimiento de *Reforma protestante*, que buscaba un retorno a las enseñanzas y prácticas de la Iglesia original en los primeros siglos de su historia.¡Era un intento por recuperar la sencillez del cristianismo original!

Lutero clavó en la puerta de la iglesia de Wittemberg, Alemana, 95 tesis o proporciones en las que, buscando generar un debate académico, criticaba algunas doctrinas y prácticas de la iglesia en su momento. Cuestionaba de forma especial la corrupción del clero, la gran opulencia y poder político y económico que la iglesia ostentaba y que contrastaba con la humildad modelada y enseñada por Jesucristo. También recriminó la venta de indulgencias, que eran pagos para reducir el castigo por los pecados y licencias pagadas para pecar.

Sus críticas se centraron en que la Iglesia usaba esta práctica para obtener riqueza, en lugar de centrarse en la verdadera fe y el perdón divino. Aquellas ideas se diseminaron rápidamente por Europa, facilitadas por la imprenta que Juan Gutemberg había inventado en años recientes. Las 5 bases fundamentales de la Reforma: El movimiento de la Reforma se puede resumir en 5 bases fundamentales:

1) Sola Scriptura (sólo la Escritura): La Biblia es la única autoridad en asuntos de fe y práctica. La Biblia está por encima de la tradición, la superstición, las disposiciones papales, la experiencia, etc.

2) Sola Gratia (sólo la gracia): La salvación es un regalo otorgado por la gracia de Dios, no un premio obtenido por las buenas obras humanas.

*3) Sola Fide (sólo la fe): La salvación es recibida sólo por la fe en Jesucristo.  «El justo por la fe vivirá» (Romanos 1:17), fue el texto bíblico que iluminó,  desafío y revolucionó el pensamiento del reformador.

4) Solus Christus (sólo Cristo): Sólo Jesucristo es nuestro mediador suficiente ante Dios y autor de la salvación. Él es Dios y hombre perfecto a la vez y Su obra expiatoria es la única que puede redimir al ser humano por su pecado.

5) Soli Deo Gloria (sólo a Dios la gloria): Toda la gloria es única y exclusiva para Dios por la salvación del ser humano, dada nuestra incapacidad o inutilidad para obtenerla de otra manera.

La Biblia dice: «A Él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén.» (Efesios 3:21.) La gloria de Dios en Su Reino perfecto y eterno en Jesucristo es el centro de todo en todo tiempo, lugar o dimensión.

Por sobre todo los sistemas o proyectos humanos multinacionales, nacionales o personales, sean públicos o privados, en materia social, política, económica, etc., emerge el gran proyecto de Dios que se manifiesta en y por medio de Su Iglesia Universal. ¡Estas bases no han cambiado ni cambiarán jamás!

 ¿La Iglesia restituida en la Reforma urge hoy de una nueva reforma? Hoy por hoy, tal como la Biblia lo profetizó, la Iglesia del Señor en los últimos tiempos se enfrenta a grandes oportunidades, desafíos, peligros y amenazas.

En reflexiones posteriores hablaremos de eso. También escribí recién el kilométrico poema «Legado y retos de la Reforma», en el que abordo está temática en poesía. ¿Quiere tomarse el tiempo para leerlo? Además, está para ser publicado el himno «Destellos de la Reforma», en equipo con mi hermano en Cristo y buen amigo Rigoberto Manzanares Jr. Nuestro sano y gran propósito es siempre generar reflexión que nos lleve a la transformación, nunca a la inútil y destructiva confrontación. ¡Comparta estas reflexiones!