Mario E. Fumero
Se ha comprobado científicamente que los niños menores de 13 años que han tenido acceso a un smartphone o teléfono móvil enfrentan serios problemas de salud mental. Se ha emitido una voz de alerta para que los padres no les proporcionen a los niños estos aparatos antes de esa edad. Sin embargo, para muchos padres, estos dispositivos se han convertido en las “nodrizas” de sus hijos.
Un estudio realizado y publicado por el Journal of Human Development and Capabilities asoció el uso de estos aparatos en menores, con pensamientos suicidas, trastornos emocionales, baja autoestima, desapego de la realidad y problemas del sueño. Estos efectos fueron más frecuentes entre las niñas y se demostró que afectan significativamente la salud psico social de los menores. Los datos se basan en una encuesta aplicada a casi dos millones de niños menores de 13 años en 163 países. Esto evidencia claramente que nuestros hijos están expuestos a grandes peligros cuando los padres, para entretenerlos, les facilitan el acceso a estos celulares inteligentes a una temprana edad.
En otro estudio, la Dra. Tara Thiagarajan, fundadora y científica jefa de Sapien Labs, una organización sin fines de lucro, afirmó: “Esto requiere una acción urgente para limitar el acceso de los niños menores de 13 años a los smartphones, así como una regulación más matizada del entorno digital al que están expuestos los jóvenes”.
Otros especialistas en psiquiatría y psicología consideran que el acceso temprano de los menores a las redes sociales genera problemas de insociabilidad, trastornos del sueño, disminución de la capacidad de concentración académica, y —lo más grave— afecta sus relaciones personales dentro del hogar. Lamentablemente, muchos padres toleran estas conductas, para no comprometerse con una relación más cercana con sus hijos, por estar ocupados en otros quehaceres, ignorando que la salud mental y emocional de sus hijos depende, en gran parte, de ese vínculo afectivo.
Actualmente, la Comunidad Económica Europea ha establecido un reglamento que fija en 16 años la edad mínima para tener una cuenta en redes sociales. Además, promueve entre los Estados miembros la creación de normas que limiten el acceso de los menores a las redes sociales a partir de los 13 años. En el caso de España, la Ley de Protección de Datos de Carácter Personal fija ese límite en los 14 años. Por lo tanto, los menores de esta edad solo pueden tener cuentas en redes sociales si sus padres o tutores lo autorizan expresamente.
De nada sirven las leyes, ni las medidas estatales, si no hay una actitud responsable por parte de los padres en el hogar. Muchos permiten el uso irrestricto de tabletas, celulares e incluso videojuegos a sus hijos, solo para mantener la paz en casa. Sin embargo, esto va dañando emocionalmente a los menores, llevándolos a adoptar actitudes antisociales e incluso violentas, especialmente cuando el uso de estas tecnologías se vuelve un hábito continuo y adictivo.
En algunos casos, esta adicción puede provocar reacciones convulsivas y violentas. Se han registrado casos de menores que, al ser disciplinados por sus padres mediante la prohibición del acceso al celular o a los videojuegos, han reaccionado de forma violenta. Uno de estos casos fue el de un niño de 13 años que, cuando su madre le quitó el celular para que estudiara, tomó un cuchillo de la cocina y la amenazó con matarla si no se lo devolvía. Este ejemplo refleja las graves consecuencias que puede traer esta dependencia.
Espero que en Honduras el gobierno y el Congreso tomen conciencia de este peligro, y legislen al respecto. Además, esperamos que se promuevan campañas para que los padres regulen el uso de esta tecnología en los menores de edad, a fin de evitar problemas aún más graves en el futuro.
Unidos Contra la Apostasía 