TRISTEZA

«Que tengo gran tristeza y continuo dolor en mi corazón» Romanos 9:2

Algunos predicadores extremistas han afirmado que un cristiano no puede estar triste, porque la tristeza es fruto del pecado, y obra de Satanás. Incluso hay un corito que dice que; “no puede estar triste un corazón que tiene a Cristo”. Tal afirmación disparatada está totalmente desconectada de la realidad de la naturaleza humana, y de las enseñanzas bíblicas.

          Tanto la tristeza, como la alegría, están relacionada con la vida emotiva de las personas. Son partes intrínsecas de la naturaleza, y no operan por intervención demoniaca, ni por falta de fe, sino por sentimiento, amor o frustración. Hay una verdad fundamental, todo el que ama siente, y todo el que siente, sufre.

          Todos los grandes hombres de Dios tuvieron momentos de tristeza. Elías llegó tener una tristeza tan grande, que le llevó a una depresión, cayendo debajo de un enebro con deseo de morir (1 Reyes 19:4[1]). De igual forma Jeremías sintió lo mismo, y no hallo descanso (Jeremías 45:3[2]). También los discípulos experimentaron tristeza (Lucas 22:45[3]). El mismo Jesús se entristeció, pues dice Mateo 26:38 Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo”. También Pablo, sufrió tristeza y angustia de forma continua, producto del amor que tenía por la Iglesia. En esos tiempos difíciles de persecución el apóstol escribió; que tengo gran tristeza y continuo dolor en mi corazón”. Romano 9.2. (Ver también 2 Corintios 2:7[4]).

          No podemos satanizar la tristeza, porque es parte aun de la obra del Espíritu Santo, el cual nos produce dolor por el pecado, para arrepentimiento; “Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte” 2 Corintios 7:10.

          Es bueno aclarar que hay dos tipos de tristeza. Una que nace del amor y el arrepentimiento, que nos lleva al perdón, y la triste del mundo, como fruto del pecado y rebeldía, la cual trae consecuencias. Además, para valorar el gozo, debemos pasar primero por el dolor y la tristeza, y este nos dignifica y purifica.


BIBLIOGRAFÍA

[1]– “Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres”.

[2]– “Tú dijiste: ¡Ay de mí ahora!, porque ha añadido Jehová tristeza a mi dolor; fatigado estoy de gemir, y no he hallado descanso”.

[3]– “Cuando se levantó de la oración, y vino a sus discípulos, los halló durmiendo a causa de la tristeza;”

[4]-así que, al contrario, vosotros más bien debéis perdonarle y consolarle, para que no sea consumido de demasiada tristeza.