¿QUIÉN ES JESUCRISTO? -IV- Parte

Tomado de: http://lapuertaesjesus.wordpress.com/

EL PENSAMIENTO ESTRECHO

Creo que debo decir que hay algunos entre vosotros que van a rehusar creer sean cuales sean las evidencias que les traigan. Muchos hombres se niegan a aceptar las afirmaciones de Dios y de la persona de Cristo, sin basarse en una investigación intelectual, sino en supuestos filosóficos. Muchas veces en una Universidad puedes encontrar una persona que diga que ella no cree en la resurrección porque ella no cree en Dios, ni en las cosas sobrenaturales ni en milagros, sino que cree en un sistema estrecho de pensamiento. Los filósofos Espinoza y Hume dijeron que aunque le trajeran evidencias sobre la resurrección, ellos igual no creerían: ¿Por qué? No por falta de evidencias, sino porque ellos ya decidieron creer que no existe ni Dios, ni lo sobrenatural, ni los milagros.

No es necesario agregar que un pensamiento tal no representa la integridad intelectual sino la miopía filosófica. “Si todas la evidencias dicen que 2 más 2 son 4″, argumenta la mente estrecha, “yo decido creer que es igual a 3″. Así que yo me dirijo ahora a los que buscan la verdad de modo sincero, a aquellos que tienen un deseo auténtico de conocer a Dios. Apelo a tu integridad intelectual, semejante a la integridad intelectual de los escépticos del pasado que decidieron objetivamente probar que Dios no existe.

Cito a continuación una parte del libro Hechos de los Apóstoles del Nuevo Testamento, cita que Sir William Ramsey, el famoso arqueólogo, consideró unas de las más exactas historias del siglo I: “En el primer tratado, oh Teófilo, hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar, hasta el día en que fue recibido arriba, después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido; a quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios”. Hechos 1:1-3

TRES EVIDENCIAS

Existen tres evidencias concretas sobre las cuales están de acuerdo, tanto los cristianos como los no-cristianos. Estas evidencias son:

  1. Jesús fue crucificado.
  2. Existió un sepulcro vacío.
  3. Hubo un anuncio de Pascua: ¡Resucitó!

Jesús fue crucificado sobre una cruz alrededor de los años 29-30 d.C. Él fue bajado de la cruz y fue puesto en el sepulcro de José de Arimatea. Los documentos históricos afirman que una gran piedra, pesando una o dos toneladas, fue puesta en la entrada del sepulcro.

Sobre esa piedra fue puesto el sello romano, que tenía un efecto psicológico, el mismo efecto que tenía el sello de la KGB sobre una puerta: Si tú destrozas el sello, nosotros te destrozamos a ti. Una guardia romana fue puesta frente a la tumba, para cuidar que nada suceda con el cadáver. Esa guardia estaba formada por cuatro, hasta dieciséis militares bien instruidos.

Con todo, tres días más tarde el sepulcro estaba vacío. Algunos escépticos, intentando explicar el sepulcro vacío, presentan teorías que de hecho necesitan más fe que la resurrección misma. Una teoría se llama “la teoría del desmayo”, y fue lanzada por Venturini. Ella sugiere que Jesús no murió en la cruz, y que Él fue bajado de la cruz, pero cuando fue acomodado en el sepulcro, la humedad del sepulcro le revivió su cuerpo. Él hizo a un lado esa piedra gigantesca, se coló por entre la guardia, se mostró a los discípulos como un Dios triunfador, y después partió y murió en otro lado. Ni los más escépticos no aceptan esta teoría, pero algunos la utilizan para intentar fundamentar la posición de que Cristo no resucitó de entre los muertos.

Otra teoría dice que las mujeres fueron a un sepulcro equivocado. Si las mujeres fueron a un sepulcro equivocado, eso significa que la guardia romana también fue a un sepulcro equivocado. De esa manera, el cuerpo podría haber sido hallado en el sepulcro en el que fue colocado. Estas teorías y otras semejantes se oponen al sepulcro vacío y al hecho que los discípulos exclamaron: “¡Jesús está vivo! ¡Él vive!”. Si esto hubiese sido una mentira, las autoridades hebreas hubiesen podido ir al sepulcro, tomar el cadáver, exponerlo en medio de Jerusalén y decir: “¡He aquí vuestro Salvador resucitado!”, y el movimiento cristiano y el anuncio de la resurrección se hubiese terminado entonces. Pero ellos no pudieron encontrar el cadáver. El sepulcro estaba vacío.

John Warwick Montgomery, apologista cristiano y ex-decano de la facultad de derecho Simon Greenleaf, dijo: “Está más allá de las fronteras de la credibilidad que los primeros cristianos hubiesen inventado un cuento tal y después lo prediquen en medio de aquellos que fácilmente pudieron haberlo desmentido, trayendo el cuerpo de Jesús”.

Paul Althaus, de la Universidad Earlangen de Alemania agrega: “La resurrección no podría haberse sostenido en Jerusalén ni un día, ni siquiera una hora, si el sepulcro vacío no hubiese sido un hecho establecido para todos los implicados”.

La explicación del sepulcro vacío podría ser natural o sobrenatural. Si Cristo verdaderamente resucitó sobrenaturalmente por Dios, entonces, yo con toda autoridad puedo llamarte a que te arrepientas de tus pecados y que confíes en Cristo como tu Salvador personal y Señor, porque esta es la reacción lógica.

Pero si la explicación es natural, alguien tendría que haberse llevado el cadáver. ¿Quiénes? ¿Los soldados romanos? No, ellos fueron puestos para mantener el cuerpo en el sepulcro. ¿Las autoridades hebreas? No, porque ellos hubiese traído el cadáver y hubiesen declarado: “¡He aquí vuestro Salvador resucitado!”, para desmentir la afirmaciones de los discípulos. Quizás los discípulos llevaron el cadáver y propagaron la mentira que Jesús es Dios y que resucitó de entre los muertos. Pero las evidencias recogidas por los que hicieron las investigaciones, sugieren lo contrario. Primeramente, los discípulos no esperaban que Jesús resucitase de entre los muertos. Jesús les dijo repetidas veces que Él iba a morir y que después de tres días iba a levantarse del sepulcro, pero ellos no entendieron.

Después de que Jesús murió, los discípulos eran once hombres espantados, que se escondían y huían para salvar sus vidas. Su Dirigente estaba muerto y sus sueños destruidos. Con todo, tres días después, este grupo llegó a ser atrevido, lleno de coraje y visionario. ¿Qué provocó este cambio? No el hecho que vieron el sepulcro vacío, sino el hecho que vieron a Cristo resucitado de entre los muertos. ¿Qué podrían ganar los discípulos inventando un cuento acerca de la resurrección de Cristo? ¿Prestigio? ¿Riquezas? ¿Poder? ¿Posición? Permitidme deciros qué ganaron: Todos, menos uno, murieron martirizados.

Unos fueron decapitados. Unos fueron crucificados. Unos fueron apedreados, o muertos con palos. Todo esto porque sostuvieron que Jesús está vivo y ofrece perdón de los pecados y vida eterna. He aquí una lista de lo que ganaron los onces apóstoles, y primeros conductores cristianos, por el hecho de sostener que Cristo resucitó:

  • Andrés: Crucificado.
  • Bernabé: Apedreado por los judíos.
  • Bartolomeo: Muerto por apaleamiento.
  • Jacobo, el hermano de Cristo: Apedreado.
  • Jacobo, el pequeño: Golpeado y tirado al vacío desde una torre del templo.
  • Juan: Muerte natural.
  • Judas: Crucificado.
  • Lucas: Colgado de un olivo.
  • Marcos: Arrastrado por los pies por las calles y después quemado.
  • Matías: Apedreado y decapitado.
  • Mateo: Muerto por espada.
  • Pablo: Decapitado.
  • Pedro: Azotado y crucificado boca abajo.
  • Felipe: Azotado y crucificado.
  • Simón: Crucificado.
  • Tomas: Muerto con lanza.
  • Jacobo, el hijo de Zebedeo: Muerto por espada.
  • Tadeo: Muerto con flechas.

Si la historia de la resurrección fue una mentira, ellos debían saber que era una mentira, pero lo que nosotros sabemos acerca de su moralidad, contradice la posibilidad que ellos hayan vivido una mentira. Harold Mattingly escribe en su obra histórica: “Los apóstoles Pedro y Pablo sellaron su testimonio con su sangre”.

Tertulio escribió: Ningún hombre está dispuesto a morir si no está convencido que tiene la verdad”.

Es verdad que muchos hombres murieron por una mentira, pero únicamente cuando ellos creían que era verdad. Los hombres no mueren por una mentira. Si los discípulos mintieron, significa que ellos indujeron al error deliberadamente al mundo entero, pero esto no se condice con sus enseñanzas y escritos de las Escrituras, ni con la conducta moral que predicaban a los hombres. Ellos promovieron la honestidad, integridad y verdad.  Los apóstoles Pedro y Pablo, sellaron su testimonio con su sangre.

Edward Gibbon, en su libro The Rise and Fall of the Roman Empire, enumera cinco motivos para la difusión del cristianismo en el siglo I, de entre los cuales uno es: “El comportamiento puro, honesto, sincero y lleno de fe de los discípulos”.

El mensaje de Cristo es que nos amemos unos a otros, que seamos buenos y digamos la verdad. ¿Es posible que ellos hayan vivido una inmensa mentira? No, yo creo que ellos vieron a Cristo resucitado y sus vidas cambiaron radicalmente y fueron por el mundo para contar la “Buena Nueva” del amor de Cristo por cada persona; acerca de su muerte en su lugar, acerca de su resurrección que venció la muerte, y acerca del hecho que Él está vivo ahora. Él está presto a dar vida, porque Él es el Camino y la Verdad para todos aquellos que creen en Él.

Paul Little pregunta en su libro Know Why You Believe (Que sepas lo que crees):

¿Son estos hombres que ayudaron a transformar las estructuras morales de la sociedad unos mentirosos o locos engañados? Estas alternativas son más difíciles de creer que la resurrección, y no hay ninguna pizca de evidencia que lo sostenga”. La otra opinión, así como hemos afirmado anteriormente, es una explicación sobrenatural de la resurrección de Cristo: Dios lo resucitó de entre los muertos y Él vive hoy.

Esto es lo que yo creo que es; no sólo la verdad, sino la verdad racional. Jesús afirmó que es el único camino hacia una relación con Dios, y la única verdad mediante la cual los hombres pueden ser libres. Él es el único camino hacia la cumbre de la montaña, Él es el único puente entre Inglaterra y Nueva York. Únicamente mediante Él, el hombre puede llegar a ser completo y conocer al Dios vivo y verdadero. Y únicamente mediante Jesucristo el hombre obtiene la vida. Jesús dijo que es la Vida, venciendo la muerte en nuestro lugar.

En mis años de estudiante en la universidad, me impresionó profundamente una afirmación de Blaise Pascal. Según sabéis, Pascal fue un brillante matemático del siglo XVI, un milagro que sorprendió a Europa con ecuaciones matemáticas sofisticadas cuando sólo tenía dieciséis años. A la edad de treinta y un años escribió el clásico verso: “En el corazón de todo hombre existe un vacío que tiene la forma de Dios. Este vacío no puede ser llenado por ninguna cosa creada. Él puede ser llenado únicamente por Dios, hecho conocido mediante Cristo Jesús”.

En un momento dado reconocí este vacío en mi vida. Me planteaba preguntas de esta clase: “¿Quién soy yo? ¿Hacia dónde voy? ¿Qué hago yo aquí?”  Y cualquiera que haya sido lo que realizaba en mi vida, tenía el sentimiento de vacío y sin sentido. Buscaba encontrar respuestas. Dediqué mi vida al atletismo. Pero cualquiera sea la cosa que hacía, no encontraba sentido a lo que hacía. Me dediqué a las preocupaciones intelectuales, y cualquiera haya sido lo que yo realicé en la Universidad, tenía el sentimiento que algo me faltaba.

Ves, amigo mío, Dios nos hizo a ti y a mí de tal manera, que nunca tengamos el sentimiento que estamos completos y que nuestra vida no tiene sentido hasta que no llegamos a conocerlo personalmente. Dios nos hizo de tres partes. Él nos hizo criaturas físicas y nos dio la capacidad mental. Asimismo nos dio una capacidad espiritual, pero la mayoría pasa por esta vida con dos tercios de su persona. Nos desarrollamos física y mentalmente, pero no espiritualmente. Nunca llegaremos a estar completos hasta que no lleguemos a conocerlo a Dios personalmente, y esto es posible mediante la persona de Jesucristo.

Este es el único modo mediante el cual puede ser llenado nuestro vacío espiritual. De todas las cosas dichas aquí, desearía que especialmente sepas cómo puedes conocer a Jesucristo personalmente. Primero tienes que saber que Dios te ama. Nos dicen que Dios ama al mundo de tal manera que dio a Jesucristo por él. Juan 3:16. Dios nos ama tanto que creó un Camino mediante el cual podemos llegar a Él. Pero para llegar a Él, y este es el segundo punto, debemos reconocer que lo necesitamos. Debemos reconocer que por nuestras rebeliones existe un abismo entre nosotros y Él. Esto nos conduce al tercer punto, Jesús dijo: “Si no os arrepentís, o sea, si no renunciáis a vuestros viejos caminos, moriréis en vuestros pecados”. El arrepentimiento significa un cambio de mente.

Toda tu vida anduviste en una dirección que te alejaba de Dios. Dios quiere tener una relación contigo; Él quiere que te vuelvas y camines hacia Él. Nosotros hacemos esto cuando reconocemos delante de Dios que somos pecadores y que queremos cambiar nuestros conceptos acerca de Él. Debes entender que Jesús murió sobre una cruz por ti. Para ilustrar el problema del pecado, vamos a suponer que tú tienes una deuda de pecado y yo también tengo una deuda de pecado.

Una deuda significa que yo tengo una obligación, que debo algo a alguien. Nosotros tenemos una deuda imposible de pagar frente a Dios. Yo no puedo pagar tu deuda, porque tengo que pagar la mía. Tú no puedes pagar mi deuda, porque tienes la tuya. La Biblia dice: “La paga del pecado es la muerte”. Con otras palabras, un pago es algo que yo gano.

Yo trabajo y recibo como pago una suma determinada de dinero. Lo que yo gané, la remuneración por mis pecados es la muerte, separación eterna de Dios. Es como si tú debieras un millón de pesos, y ganaras un peso por día. No tienes cómo pagar esta deuda. Necesitas de alguien con capacidad para pagar tu deuda, porque el pecado tiene una consecuencia, a saber, eterna separación de Dios.

Cuando Nicolás II era Zar en Rusia, un padre inscribió a su hijo en el ejército, con la esperanza de introducir disciplina y dirección en su vida. Entre otras cosas, el joven tenía la debilidad de los juegos de azar, y la atmósfera en el ejército parecía hacerle más mal que bien al respecto. Su trabajo en el ejército era ser el tesorero.

A medida que sus deudas de juego crecían, él iba tomando dinero de la tesorería del ejército para pagarse las deudas. Como perdía más de lo que ganaba, se metió más en las deudas. Una noche, analizando la situación, él hizo la suma total de sus deudas. Cuando vio cuan inmensa era la suma que debía, escribió sobre una hoja de papel: “¿Quién puede pagar una deuda tan grande?” Después, apoyó su espalda en la silla, con el rifle en la mano, para reflexionar algunos momentos. Mientras pensaba en su vida y en su muerte, se durmió. El Zar Nicolás II inspeccionaba esa noche la unidad. Cuando entró en la oficina del funcionario, vio al soldado durmiendo, el rifle amartillado y la hoja de papel que revelaba la verdad.

Cuando el soldado se despertó, miró asombrado la hoja con el registro y leyó las palabras: “¿Quién puede pagar una deuda tan grande?” Bajo ellas estaban las palabras: “Pagado totalmente, Zar Nicolás II”.

Este es el motivo por el cual Dios se hizo hombre y vivió una vida perfecta. Él no tuvo pecado. Él no tuvo deudas. Lo que hizo Dios con la deuda que tú tenías por tus pecados, fue enviar a Jesucristo, y Jesucristo, en su amor por ti, pagó tu deuda. Cristo murió en tu lugar, como sustituto tuyo. Dios puede ahora perdonarte y darte una vida nueva si eliges recibir a Cristo. Pero el sólo hecho que reconociste tu estado pecaminoso y aceptas la muerte de Cristo, y entiendes estas cosas a escala intelectual, no te lleva a una relación con Dios.

Debes tomar una decisión. La Biblia dice: “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios”.

Es decir, cada persona, individualmente, debe recibir a Cristo para ser miembro de la familia de Dios. Lo que aceptamos de Dios es un don, porque nosotros no podemos darle nada a Dios a cambio. No podemos decirle: “He aquí nuestras buenas obras. Quiero pagar mi deuda con mis obras buenas; ellas deben ayudarme a llegar al cielo”.

La Biblia dice:  “Porque por gracia (don inmerecido) sois salvos (hechos hijos de Dios) por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios. No por obras para que nadie se gloríe”. Efesios 2:8-9

Asimismo, la Biblia dice: “Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro”. Romanos 6:23  . Supongamos que yo tengo una lapicera que quiero dártela como regalo. Podrías decir que es una lapicera hermosa, y desearías que esta lapicera fuera tuya. ¿Qué debes hacer para obtenerla? Debes tomarla.

Puedes creer en esa lapicera e intelectualmente puedes tener mucha información acerca de la misma. Pero la lapicera no es tuya hasta que no la tomas. Seguramente, puedes quedarte dónde estás ahora, separado de Dios. Con respecto a esta decisión, Él dice que la paga del pecado es la muerte, pero después agrega:“Mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro”. El don es gratis, pero tú debes aceptarlo para que sea tuyo. ¿Cómo recibes tú ese don? Es como si yo llamara a la puerta de tu casa. Tú puedes tomar la decisión de quedarte en tu silla y digas: “Sé que John está a la puerta, pero no quiero verlo”. De última, yo me iré.

También puedes acercarte hasta la puerta y digas: “John, no me gustas y no quiero verte. Adiós”. Y yo partiría. También podrías abrir la puerta y decir: “John, ¡qué bueno es verte! ¡Ven adentro! ¡Entra en mi casa!” A tu invitación, yo entro en tu casa. Exactamente esta es la relación de Jesucristo contigo. Él dice: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él”. Apocalipsis 3:20. Esta decisión se toma por fe.

Ella representa la verdadera confianza en la verdad de Dios. Esta fe en Cristo implica tres cosas. Primero, debes conocer lo que Dios hizo mediante Cristo, gracias a Su amor hacia ti. Segundo, de creer en este hecho y aceptarlo como verdad. Y tercero, y el más importante debes poner tu CONFIANZA personal en las evidencias que conoces, y apoyarte en el hecho que la obra de Cristo en la cruz es suficiente pago para tus pecados.

LA VERDADERA FE

El conocimiento de los hechos. El creer que son verdad. Confianza personal. Mira este problema de la siguiente manera: Supongamos que yo SÉ todo sobre ascensores y creo en ellos. Yo creo que un ascensor me lleva de la planta baja al quinto piso. Pero yo no experimento el ascensor, hasta que no subo a él. Hasta que yo no tengo confianza, basándome en él.

Jesucristo hoy está vivo. Él pagó un precio fantástico para que tú y yo podamos tener una relación con Dios. Él te ama y te ofrece perdón como un regalo gratuito. Todo lo que tienes que hacer es agradecerle que muriera en tu lugar, tener confianza en Él y tomar la decisión de recibirle. Debes hacer una decisión, abriendo la puerta de tu corazón a Aquel que golpea y desea entrar.

¿QUIERES TÚ LLEGAR A CONOCER A JESUCRISTO HOY?

Yo espero haberte mostrado que la fe cristiana es una fe inteligente, y que ella tiene una base racional. No es un salto en la oscuridad, es un paso hecho en la luz. Te dije que Jesús está vivo. Es necesaria poca fe para que tú y el amor de Dios os unáis. No es necesario que entiendas todo. Pero una vez que dijiste: “Sí Jesús, te agradezco que hayas muerto por mí: Te ruego que entres en mi vida”. Cristo puede entrar en tu vida.

Entonces podrás experimentar las cosas de las cuales te hablé. Yo estaba muchos años sólo en el nivel intelectual, y sólo más tarde entendía cómo recibir a Cristo. Hoy puedo testificarte acerca del amor y el perdón de Dios, los que pueden ser encontrados en Cristo. La Biblia resume el Evangelio en 1ª Corintios 15:3-5: “Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; y que apareció a Cefas, y después a los doce”. Quisiera terminar conduciéndote en oración. Si quieres, puedes orar conmigo, si estás listo para confiar en Cristo como tu Salvador personal. Algunos lectores quizás todavía buscan conocer cosas en relación con Jesucristo. Pero algunos saben que Dios ha hecho algo en su corazón, y si no lo entiendes totalmente, sabéis que lo que he compartido es verdad: Señor Jesús, te agradezco que moriste por mí. Reconozco que he pecado. Me arrepiento de mis caminos y deseo cambiar la dirección de mi vida. Te ruego que perdones de mis pecados. Ahora abro la puerta de mi vida, te ruego que me perdones mis pecados y te suplico que entres en ella como Salvador y Señor. Confío en ti para el perdón de mis pecados y para el don gratuito de la vida eterna. Amén”.

Ahora, regresa a tu casa y dirige esta oración a Dios, sólo tú y Él. Si hiciste esta oración (en voz alta), quisiera que leas el capítulo tres del Evangelio de Juan y después el resto del Evangelio.

TOMADO DE http://lapuertaesjesus.wordpress.com/quien-es-jesucristo/

Acerca de unidoscontralaapostasia

Este es un espacio para compartir temas relacionados con la apostasia en la cual la Iglesia del Señor esta cayendo estrepitosamente y queremos que los interesados en unirse a este esfuerzo lo manifiesten y asi poder intercambiar por medio de esa pagina temas relación con las tendencias apostatas existentes en nuestro mundo cristiano.
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