RECIBIDO, AUTOR DESCONOCIDO

 Las Sagradas Escrituras nos muestran un reloj que marca un periodo de 6000 años de la historia de la humanidad desde la creación del hombre hasta el regreso de Jesucristo a buscar a su iglesia. Luego nos habla de un milenio adicional, osea son siete milenios como fueron los siete días de la creación, un día representando mil años. Esos seis mil (6000) de historia se dividen en 15 periodos de 400 años(15 x 4000 = 6000). Esto representa 15 horas en ese reloj. Pero nuestro reloj tiene 24 horas. (24 x 400 =9600). Así que a este reloj se le han quitado 9 horas ( 9 x 400 =3600).

Así que en reloj que indica el calendario divino tenemos 6000 años. Transcurrieron 4000 antes de Cristo y se supone que estamos al final de los 2000 después de Cristo. Estas nueve horas representan las nueve horas que sufrió nuestro Señor. Jesús fue tomado prisionero a las 6:00 am y expiró a las 3:00 p.m. Estuvo seis horas crucificado, desde la doce del mediodía hasta las tres de la tarde. Una hora crucificado por cada uno de los milenios de la humanidad (6), como fueron los seis días de la creación. Estos números están confirmados en la Biblia.

En la boda de Caná habían seis (6) tinajas de agua que Cristo conviertió en sangre. Una tinaja de sangre por los habitantes de cada uno de los seis milenios. Jesús se transfiguró al sexto día. Lo que indica que de la misma forma aparecerá al final del sexto milenio en las nubes. Jwesés murió un viernes, que es el sexto día.

La maldición sobre la tierra abarca un periodo de seis mil años. Zacarías tuvo una visión en el añ 3600 D.A. En ese lienzo de 20 codos x 10 codos se anunciaba una maldición. Así que 3600 + 2400 nos da 6000 años, y en el libro de Apocalipsis nos habla de la culminación de la maldición sobre la tierra. El arca de Noé tenía una longitud de 300 codos. Esto nos indica un periodo de 3600 años (300 x 12 = 3600), los discípulos arrastraron la redes 200 codos de distancia, estos nos da (200 x 12 =2400) y (3600 + 2400 = 6000). Israel estuvo 400 años de cautiverio. El número de los 144,000 nos da: (144,000/24 = 6000). Todo nos confirma ese periodo de tiempo de seis mil año de acuerdo al reloj bíblico.

Pero el imperio romano cambia el calendario y los judíos fueron confundidos. Hay diferencias fundamentales entre ambos relojes o calendarios. El calendario actual tiene 365.25 días mientras que el divino es de 360. Hay una diferencia de 87.5 años entre ambo, o 90 días si aplicamos el siguiente método. Cada 400 años hay una diferencia de 6 años,(394). En seis mil años tenemos 15 periodos de 400, así que (15 x 6 = 90).

Lo interesante es que cuando aplicamos el calendario o reloj divino todo nos concuerda, Todas las cifras matemáticas armonizan y nos transmiten muchas informaciones que no pueden ser alteradas como ocurre cuando nos dejamos ir por el lenguaje verbal. Así, que estamos viviendo en los últimos minutos en el reloj divino. Es interesante cuando aplicamos la medida del codo a la fecha del diluvio. De acuerdo a las Sagradas Escrituras el diluvio ocurrió en el año 1656. Esto es fácil de determinar ya que sabemos exactamente la fecha de nacimiento de Noé. Noé tenía 600 años cuando comenzó el diluvio. Noé nació en el año 1056 DA. O sea que la fecha del diluvio fue en el año 1656 DA.

(1056 + 600 = 1656). Si a esta fecha le aplicamos la medida del codo obtenemos lo siguiente: (1656 x 22.2/1.85 =1987). Ahora si convertimos el calendario actual al calendario divinos nos da: (6000 x 365.25 /360=6087). El año 6087 en el calendario actual, corresponde al año 6000 en el calendario divino. Asi que el último siglo comenzó en el año 1987 (6087 – 100 = 5987 0 el 1987 DC. Esta fecha armoniza que la fecha obtenida del diluvio (1987). Ahora nadie puede indicar el fin del mundo, ni aun los ángeles lo saben. Pero ciertamente que todas las señales nos indican que estamos al final del mundo, que la humanidad se equivoca si piensa que primero vendrá una Tercera Guerra Mundial, no, Jesús puede venir en cualquier momento. Cuando ocurra esa Tercera Guerra la iglesia no estará sobre la tierra, esa guerra corresponde al Armagedón y la otra, la de los reyes del norte será después del milenio.

Israel es el reloj de Dios. Ese reloj nos indica que verdaderamente ya estamos al final de los tiempos. Dios permitió el establecimiento judío en 1948 por un decreto de las Naciones Unidas, el fundador de Israel nació 4000 años antes (1948DA) así se cumplió la profecía que decía: «en un día te haré nación», Dios está recogiendo a Israel a su territorio, los está ubicando en el lugar apropiado, hoy el gobierno de Israel tiene problemas con algunos colonos que tienen que ser removidos, aunque protesten esos colonos deberán acupar la tierra que Dios ha determinado, cuando todo Israel esté ubicado entonces el camino ya estará listo para que reciban a su Mesías, ya que rechazaron a Cristo, el evangelio se está predicando en todos los rincones de la tierra, inclusive en las naciones que no lo permiten, Dios hace que por el Internet muchos crean y sean salvos, el último imperio de los hombres ha empezado a declinar, los Estados Unidos para que se cumpla la profecía de Isaías 33.  

La ciencia se ha multiplicado, guerras, rumores de guerra, terremotos, maremotos, volcanes en erupción, inundaciones, hambres, peste, enfermedades, violencia, el desarrollo de la brujería y de muchas doctrinas de las tinieblas, la idolatría, en fin casi todas las profecías ya están cumplidas, hay muchas señales en los cielo, habrán otras, la apostasía en la iglesia, las iglesias se alejarán del fundamento de Cristo y corromperán el evangelio, ya vino el que iba a preparar el camino del falso profeta y  Sadam ha preparado el camino de la Bestia. Sólo falta que aparezca en el cielo la señal del Hijo del Hombre, la Estrella de Belén, una enorme estrella reluciente anunciará la entrada triunfar de Cristo en las nubes con sus ejércitos de millones de ángeles que bajarán a buscar a los salvados. El reloj de tiempo del Señor sigue con su tic-tac, tic–tac, el reloj del Señor no se detendrá, el reloj del Señor se encamina a marcar el momento que esperamos, el momento en que nuestro Jesús venga por su Iglesia.