Se habla y se canta sobre las blancas Navidades, aduciendo el hecho del invierno en el norte del continente. Es por ello que al poner el arbolito de navidad, le ponemos escarcha, para darle sentido a unas blancas navidades viviendo en los países tropicales.
En realidad nuestras navidades no tienen nada de blanca, pues aún el árbol es verde, como lo es el entorno en dónde vivimos. Sin embargo, la realidad económica del país, y de la crisis mundial que viven los llamados países ricos, nos pronostican unas navidades sombrías, en donde el hambre, escasez y miseria se enseñoreara de muchos hogares hondureños. Creo que como van las cosas, estas fiestas serán para muchas familias unas negras navidades, como lo es el panorama futuro que nos espera el próximo año.
¿Somos consientes de la crisis económica, moral y de inseguridad que vivimos? Si es así, entonces debemos recibir estas fiestas con auste-ridad. Tenemos que bandear las tormentas que nos azotaran (me refiero a la crisis económica), estableciendo unas celebraciones navideña austera, porque no se necesita gastar mucho para dar amor y evocar un hecho histórico tan trascendental, como es el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo (aunque no creo que Jesús nació en esa fecha).
Debemos pensar que después la noche del 24 y 31 de diciembre, se nos viene encima el mes de enero, y si gastamos mucho más de lo que podemos, se nos va a hacer cuesta arriba los meses subsiguientes. Por lo tanto, es mejor tener unas navidades sombrías, y hacer ajustes para darle sentido a las fiestas, sin caer en el gasto innecesario o en una tortuosa deuda que nos puede llevar a la angustia. Pensemos bien antes de comprar cosas suntuosas, y limitémonos en nuestros gastos usando la prudencia, como un siervo fiel, como dice Mateo 25:21 «Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor«. Así que aceptemos la realidad actual, y tomemos las medidas adecuadas.
Piense que una vez pasadas las fiestas de Navidades y Año Nuevo, nos enfrentamos a un 2013 envuelto de un sombrío panorama económico anunciado por los expertos en economía. Es tentado y fácil el seguir celebrando estas fiestas tradicional como antes, pero los tiempos cambian. No estamos en un marco de abundancia. Tristemente el hambre aumenta, el desempleo alcanza cifras alarmantes, y la delincuencia tiene en zozobra a toda la población. Tristemente vamos de mal en peor.
Es mi deseos hacerles un llamado a los lectores de La Tribuna para que pensemos en no derrochar los pocos recursos que tenemos, quemando pólvora o dejando que el alcohol y las fiestas opaquen el mensaje de Jesús. Quizás ese dinero que quemamos, sólo para producir ruido, el cual altera el mensaje de Navidad que de ser una noche de paz, se pudiera usar para llévale algo de comer a algunas familias necesitadas de nuestro entornó, y así darle sentido al mensaje de Navidad, el cual es de amor y paz, entre los hombre de buena voluntad.
No se deje tentar por las ofertas navideñas que te dicen «compra hoy, y paga después» para no poder dormir en paz, pues las deudas son una trampa que nos llevan a la ansiedad y la ruina, y no debemos dejarnos seducir para sobrepasar mi capacidad financiera.
Debemos ser realistas y vivir como tal. No nos dejemos llevar por lo que deseó, pero lo cual no es necesario, además, en estos momentos quizás no lo puedo comprar, porque existen otras prioridades que debemos cuidar como es el sustento y abrigo, así como el futuro de nuestros hijos, que van a clase. No dejemos que estas celebraciones oscurezcan nuestro futuro, pues la verdadera felicidad no está en tener, sino en saber vivir amando y aceptando nuestra realidad.



Pastor FUMERO me extraña de sobremanera que usted caiga tambien en el juego del Diablo, las navidades usted sabe la historia de siempre,son fiestas paganas y una afrenta al Señor nuestro Dios.Debe hablarle al pueblo de la manipulacion espiritual diabolica sobre esas fechas y no sobre como gastar o no.
Creo que eso depende de cuanto se deje uno manipular por el enemigo. Dios lo que ve es el corazón. Si bien estamos conscientes que el 25 de diciembre es una fecha de importancia en el calendario satánico por ser la fiesta pagana del nacimiento del sol, esto aunado a la gran cantidad de bombardeo mediático comercial y el arraigo cultural y social de la fiesta navideña, para nosotros es un momento para recordar aquel glorioso día (obviamente que no fue específicamente el 25/12) en que los ángeles dieron gran gloria al Señor anunciando el nacimiento del Salvador, y nosotros hacer lo mismo por tan maravilloso regalo nos fue dado. Pienso que si lo hacemos de corazón, teniendo en cuenta no pasarnos al lado mundano de la navidad (borracheras, pleitos, contiendas, materialismo excesivo), no hay nada de malo. Reunirnos con la familia y tener un tiempo para compartir de la palabra y del amor que nos une como hermanos en Cristo, es bueno, sea en la fecha que sea.
Es si o no…
Apocalipsis 3:16, pero ya que eres tibio, ni frío ni caliente, ¡te escupiré de mi boca!
Muchos lideres de la iglesia tienen miedo de decir la realidad de las fiestas de Diciembre,son igual que la curas del Vaticano que no quieren decir que la idolatría total que han practicado en muchos años no es bíblico y que es abominación a nuestro Dios Jehova,no se debe negar el nacimiento de Cristo pero no asociarlo con las fiestas de diciembre,
No podemos practicar costumbres del mundo hay muchas costumbres del mundo que los lideres permites dentro de la iglesia por que les agrada mas a ellos que a los pobres fieles que lo que buscamos es el camino a Cristo,y la diferencia es poca.
Como disfrutan los lideres cuando les llega su día ,como los católicos cuando les llega su día del santo patrón del pueblo, el mundo celebrando con desafuero y los cristianos celebrando lo mismo pero sin licor lo único que no hay esos días.pero si merengue,rancheras,regueton,etc. Dizque cristianas………………………….