Mario E. Fumero
La tecnología nos invade por todos lados. Hemos progresado tanto, que nos enfrentamos a un futuro tan tecnológico, que sin quererlo crearemos muchos problemas que irán desde la salud, hasta el cumplimiento profético de los últimos tiempos. El aumento de la ciencia es indudablemente una de las señales previa a los tiempos del fin según Daniel 12:4 “Tú empero Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin: pasarán muchos, y multiplicarse la ciencia”.
Detrás de los adelantos tecnológico hay un sistema esclavizante, anulante y explotativo, que generar muchos problemas sociales e incluso de salud. Pero para ello debemos describir las ventajas y desventajas del avance de la ciencia en la sociedad moderna.
El sistema tecnológico y de informática va a pasos agigantado. Evoluciona tan rápido que apenas nos adaptamos a un cambio, cuando aparece el otro. El mundo ha achicado la distancia, y anulado los sistemas tradicionales de comunicación. Los teléfonos fijos están al borde de desaparecer, por la influencia de los móviles lo invaden todo. El sistema del correo tradicional es una especie en extinción, porque los correos electrónicos han llevado a la quiebra el sistema convencional de los sellos y los carteros. El avance digital ha permitido que todos los artefactos del hogar sean electrónicos, o sea, por un mando a distancia, o por una simple voz mediante la cual pueden operar, lo que conlleva a que a gente se mueve menos, aumentando el problema de obesidad. El internet y los juegos de ordenadores anulan las relaciones personales de nuestros hijos, convirtiéndolos en isla en medio de la gente. Nos comunicamos menos cara a cara, todo se simplifica a un mensajito vía celular, o correo electrónico. Las paginas sociales como fecebook, Twitter, Sonic y otras ponen al descubierto nuestra vida privada. Los sistemas GPS nos controlan en todos nuestros movimientos. Somos vigilados aun en la intimidad del hogar.
Nos hemos hecho esclavos de las transnacionales tecnológicas. Las empresas de este estilo como Google, Facebook, Microsoft, Salesforce o Twitter se han convertido en los reyes del sistema, capaces de comprarse fabricantes de hardware como Motorola, o Nokia, para hacer más centralizado el control. El próximo golpe de control lo hará Microsoft, el cual nos obliga cada año a actualizar todos los sistemas de computación, y están creando el método para unificar el control absoluto de las personas. Las tabletas como los Ipad o el sistema android anularan los periódicos de papel, y los libros tradicionales. Las futuras bibliotecas serán tan solo una tableta con ciento de Gigabytes, y podrá darse el caso que se le inserte a las personas una memoria extra en el cerebro, además del posible chip controlador…fantástico, pero posible.
Estamos a un paso de que los robots hagan los trabajos de la casa. De los autos que se conduzcan solo. De que los ciegos tengan un ojo bonico, y una nueva generación de computadoras que funcionaran con inteligencias propias a la voz de su dueño.
Esto es poco para lo que vendrá, pero ¿Cuan es el precio que tendremos que pagar por tales adelantos? Pues veremos el aumento del desempleo, pues las maquinas harán el trabajo de los humanos, aumentando el paro. El aumento de las enfermedades ocasionada por la obesidad, al vivir cada vez más una vida sedentaria. Al sufrir el efecto de los campos magnéticos que general todos estos equipos tecnológicos, que alteran las células del cuerpo según estudios, atrofiándolas. Aparecerán más cáncer, mutaciones y fenómenos celulares. Pero el peor de todo, y lo que a mí más me preocupa, el cumplimiento de la Profecías relacionadas con el control absoluto de las personas, anulándose su intimidad para llegar al famoso sello de la bestia, relatado en Apocalipsis 13:16-18, sin el cual nadie podrá comprar ni vender. Esto ocurrirá en el momento en que aparezca la crisis económica mundial, de la cual hablaremos en otro artículo. Puedo afirmas que la tecnología hará posible el control del anticristo, el que se vea la guerra del Armagedón (Apocalipsis 16:16) y el que todo el mundo pueda ver vía satélite, la venida del Señor cuando ponga su pie en el valle de Meguido, como anuncia la Palabra, proclamando de que “todo ojo lo verán” (Apocalipsis 1:7).